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No recuerdo quién pidió esto :(


*: La bella y la bestia

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En un reino lejano, entre montañas altas y frondosos bosques, vivía un joven apuesto y arrogante llamado Kenji. Aunque poseía una gran fortuna y una vida llena de lujos, su corazón estaba vacío, soportado por la soberbia y el egoísmo. Un hechizo cayó sobre su vida, transformándolo en una bestia temida por todos. Su castillo, antes brillante y lleno de vida, se volvió sombrío, y solo quienes no conocían el miedo osaban acercarse. El hechizo, pronunciado por una anciana que Kenji había despreciado, solo podría romperse si encontraba a alguien que lo amara por quien era en su interior, más allá de su aterradora apariencia.

Un día, en un pequeño y pintoresco pueblo cercano, vivía T/N, una joven curiosa y valiente que soñaba con aventuras más allá de los límites de su tranquila vida. Siempre había sentido que estaba destinada a algo más, a un amor verdadero que superara cualquier obstáculo. Su espíritu independiente y su deseo de conocimiento la hacían destacar, aunque algunos la veían como diferente.

Una tarde, su padre, un inventor apasionado, decidió aventurarse más allá del bosque para vender sus creaciones, pero nunca regresó. Preocupada, T/N decidió ir en su búsqueda. Armándose de valor, se adentró en el bosque hasta que llegó al sombrío castillo de Kenji. Las puertas, cubiertas de hiedra y musgo, se abrieron misteriosamente. Al entrar, fue recibido por objetos encantados que hablaban y la guiaban hacia una gran sala. Allí, encontró a su padre encarcelado, atrapado por la Bestia.

—¡Por favor! —exclamó T/N, con el corazón lleno de angustia—. ¡Déjame tomar su lugar! 

Kenji, con su imponente figura y sus ojos llenos de ira, se acercó lentamente. A pesar de su aspecto temible, algo en su interior vaciló al ver la valentía y el amor de T/N por su padre. Sin decir una palabra, ascendiendo, liberando al anciano y aceptando a la joven en su lugar.

Los días pasaron, y aunque al principio T/N encontraba difícil convivir con Kenji, poco a poco descubrió que debajo de esa apariencia monstruosa había un alma atormentada y solitaria. Kenji, por su parte, también comenzó a cambiar. Las pequeñas acciones de T/N —sus palabras amables, su risa contagiosa, y su bondad— derritieron lentamente las capas de amargura que lo habían consumido durante tantos años.

Una noche, mientras caminaban juntos por el jardín iluminado por millas de luces mágicas, T/N habló de sus sueños y de la belleza que veía en el mundo. Kenji, que la escuchaba en silencio, se sorprendió al darse cuenta de que había comenzado a verla de una manera diferente. Ya no la veía como una prisionera, sino como alguien que llenaba su mundo de luz.

—T/N... —murmuró Kenji con voz ronca—, nunca he conocido a alguien como tú.

T/N lo miró a los ojos, esos mismos ojos que antes le habían causado temor, y vio en ellos algo más: tristeza, arrepentimiento y... esperanza.

—No eres tan diferente a los demás, Kenji —dijo ella suavemente—. Solo necesitabas recordar quién eres en realidad.

La conexión entre ellos creció, y una noche, en el gran salón del castillo, Kenji organizó un baile en honor a T/N. Vestida con un hermoso vestido dorado, T/N bajó las escaleras mientras la melodía de una suave canción llenaba el aire. Kenji, con su gran figura, se acercó nervioso, ofreciéndole su mano. Al tomarla, T/N no pudo evitar sonreír, y juntos, giraron por la sala como si el mundo exterior hubiera desaparecido.

El amor que florecía entre ellos era sincero, basado en la bondad, el respeto y el entendimiento mutuo. Pero el hechizo aún no se había roto. Había un último obstáculo: el tiempo. La rosa encantada que marcaba el fin de la maldición estaba perdiendo sus últimos pétalos.

Una noche tormentosa, un grupo del pueblo, temeroso de lo que no comprendían, decidió atacar el castillo. Al enterarse, T/N corrió hacia el castillo para anunciar a Kenji, pero la batalla ya había comenzado. Kenji, aunque luchó con fiereza, resultó gravemente herido. Cayó al suelo, sus fuerzas agotándose.

—No... ¡Kenji! —gritó T/N, corriendo hacia él y sosteniéndolo en sus brazos.

—T/N... —susurró con voz débil—. Lo siento... por todo. Solo quería ser alguien digno de ti.

Las lágrimas de T/N cayeron sobre su rostro, mientras el último pétalo de la rosa caía lentamente. La joven inclinó su cabeza y, sin dudarlo, lo besó con ternura.

En ese instante, una luz brillante envolvió a Kenji, y su figura comenzó a cambiar. Ante los ojos asombrados de T/N, la bestia desapareció, y en su lugar, apareció un hombre, joven y apuesto, pero esta vez con un corazón lleno de humildad y amor.

—El hechizo... —susurró Kenji, tocando su rostro—. Se rompió.

T/N lo miró con una sonrisa, sabiendo que no importaba cómo luciera ahora. Siempre lo había amado por quien era por dentro.

Y así, en ese castillo antes sombrío, ahora lleno de luz, Kenji y T/N vivieron felices, demostrando que el verdadero amor no se encuentra en la apariencia, sino en el corazón.


La personita quien me lo pidió, espero y te haya gustado :)

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La personita quien me lo pidió, espero y te haya gustado :)

One Shots [ken Sato]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora