Pedido por: Dambecooj
*:A Ken sato le gusta que lo calmes cuando esta celoso.
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Era una noche tranquila en la casa de Ken Sato y [T/N]. La luna brillaba en el cielo, iluminando suavemente la sala donde [T/N] estaba leyendo un libro. Ken, sentado a su lado, no podía concentrarse en nada más que en las emociones que lo estaban abrumando. Había visto a [T/N] hablando y riendo con un antiguo amigo en la tienda esa tarde, y aunque sabía que no tenía motivos reales para preocuparse, no podía evitar sentir una punzada de celos.
[T/N], siempre perceptiva, notó el cambio en su comportamiento. Cerró su libro y se giró hacia él, colocando una mano suave sobre la suya.
—Ken, ¿qué sucede? Te noto distante —dijo con ternura.
Ken desvió la mirada, tratando de ocultar sus sentimientos, pero [T/N] no se dejó engañar. Con una sonrisa comprensiva, se acercó más a él, acariciando su mejilla.
—Vamos, cuéntame —insistió suavemente.
Ken suspiró, sabiendo que no podía ocultarle nada a [T/N].
—Vi cómo te reías y hablabas con tu amigo hoy en la tienda —confesó finalmente—. No pude evitar sentirme celoso.
[T/N] lo miró con sorpresa al principio, pero luego sonrió, comprendiendo sus sentimientos. Se acercó aún más, abrazándolo con fuerza.
—Oh, Ken —susurró—. No tienes por qué sentirte así. Eres el único hombre que amo, el único que tiene mi corazón.
Sus palabras eran sinceras y llenas de amor. Ken sintió cómo su corazón se aligeraba, pero aún había una sombra de duda en sus ojos. [T/N] lo notó y decidió disipar cualquier rastro de inseguridad.
Tomó su rostro entre sus manos y lo besó suavemente, sus labios transmitiendo todo el amor y la devoción que sentía por él. Ken correspondió el beso, sintiendo cómo la calidez de sus labios comenzaba a derretir sus inseguridades.
—Eres todo para mí, Ken. No hay nadie más en este mundo que pueda compararse contigo —dijo [T/N], mirándolo directamente a los ojos—. Eres mi corazón, mi amor, mi todo.
Ken sintió una oleada de alivio y amor recorrer su cuerpo. La sinceridad en los ojos de [T/N], el calor de su abrazo y la dulzura de sus besos lo convencieron de que sus celos eran infundados. Ella siempre había sido honesta y abierta con él, y en ese momento, supo que no tenía razones para dudar de su amor.
—Gracias, [T/N]—susurró, sintiendo cómo las lágrimas de alivio amenazaban con desbordar—. Lo siento, no debería haber dudado.
[T/N] sacudió la cabeza suavemente, besándolo de nuevo.
—No tienes nada de que disculparte. Es normal sentirse así a veces. Pero quiero que siempre recuerdes que tú eres el único para mí.
Con esas palabras, [T/N] comenzó a repartir pequeños besos por todo su rostro: en su frente, sus mejillas, su nariz, y finalmente, en sus labios. Cada beso era una promesa de amor eterno, una reafirmación de que Ken era su todo.
Ken sonrió, sintiendo cómo sus dudas se desvanecían por completo. La presencia de [T/N], su amor y sus besos eran todo lo que necesitaba para saber que él era el único en su corazón.
Se abrazaron fuertemente, perdiéndose en el calor y la seguridad del otro. La noche continuó, pero cualquier sombra de celos había desaparecido, reemplazada por una certeza firme y amorosa de que su amor era verdadero y eterno.
—Te amo, [T/N]—murmuró Ken, susurrando las palabras contra sus labios.
—Y yo te amo a ti, Ken. Para siempre —respondió ella, sellando su promesa con un beso profundo y lleno de amor.
Ay el amor.
A la personita qué lo pidio, espero y le guste.
Holi💗
¿Me extrañaron?