En el equipo de béisbol, las rivalidades amistosas eran comunes, pero entre M/R y Ken Sato había algo diferente. M/R, alto y fuerte, destacaba en el campo, pero lo que no sabía era que Ken estaba enamorado de él. Ken observaba cada interacción de M/R con su amigo, sintiendo una punzada de celos cada vez que se abrazaban o jugaban de manera cercana.
Un día, después de un intenso entrenamiento, Ken vio a M/R y su amigo riendo y bromeando en el vestuario. No pudo evitar sentir un nudo en el estómago.
—Oye, M/R —dijo Ken, intentando sonar casual—, ¿te gustaría practicar unos lanzamientos conmigo? Podría usar tu ayuda para mejorar.
M/R sonrió, asintiendo.
—Claro, Ken. Siempre dispuesto a ayudar a un compañero.
Mientras practicaban, Ken no pudo evitar preguntar con cautela:
—M/R, tú y tu amigo parecen muy cercanos, ¿verdad?
—Sí, somos buenos amigos desde hace tiempo —respondió M/R, sin notar el nerviosismo en la voz de Ken—. Siempre hemos estado ahí el uno para el otro.
Ken sintió que sus celos aumentaban, pero decidió no decir nada más. Sin embargo, su incomodidad era evidente, y M/R comenzó a notar que Ken buscaba más su compañía y atención.
Una tarde, mientras caminaban juntos después de un partido, M/R decidió abordar el tema.
—Ken, he notado que últimamente estás un poco raro. ¿Hay algo que te preocupe?
Ken se detuvo, mirando al suelo, y luego reunió el valor para hablar.
—Es solo que... me pongo celoso cuando te veo con tu amigo. Me gustaría pasar más tiempo contigo porque... bueno, me importas más de lo que crees.
M/R se sorprendió, pero una sonrisa se formó en su rostro al comprender la confesión de Ken.
—Ken, no tenía idea de que te sentías así. Tú también me importas mucho. Es solo que no pensé que te interesaría algo más que la amistad.
Ken alzó la vista, viendo la sinceridad en los ojos de M/R.
—Entonces, ¿te gustaría que fuéramos algo más que amigos?
M/R asintió, acercándose a Ken con una sonrisa.
—Sí, me gustaría mucho.
Desde ese momento, la dinámica entre ellos cambió. Ken y M/R comenzaron a compartir más tiempo juntos, descubriendo que su conexión iba más allá del campo de juego. Los celos se desvanecieron, reemplazados por un amor creciente y genuino.
Y así, en el equipo de béisbol, no solo surgió una pareja inesperada, sino también un vínculo más fuerte que el que habían imaginado. Juntos, enfrentaron cada partido y desafío, sabiendo que se tenían el uno al otro, tanto en el juego como en la vida.
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La neta para mi rayito es más alto y musculoso que Ken :)
La personita que lo pidió espero y te haya gustado :)