*: Una familia muy ¿especial?
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En un mundo lleno de conspiraciones y misterios, T/N era una espía conocida por su habilidad para infiltrarse en cualquier lugar y desenmascarar a los más oscuros villanos. Su última misión era la más peligrosa hasta ahora: desenmascarar a un político corrupto que planeaba acabar con toda una ciudad para beneficio propio. Con una mezcla de inteligencia, sigilo y determinación, T/N estaba lista para enfrentarse a cualquier obstáculo.
Sin embargo, el destino tenía preparado algo inesperado para ella. Durante una de sus investigaciones nocturnas en un club clandestino, T/N se encontró con un hombre que destacaba entre la multitud, no solo por su apariencia atractiva, sino también por su aire misterioso. Su nombre era Ken Sato, un asesino a sueldo conocido por su fuerza sobrehumana, pero lo que más llamaba la atención era su personalidad amable y despreocupada, y su facilidad para emborracharse.
Después de unas cuantas copas (y tal vez unas cuantas más de las que debería), Ken se inclinó hacia T/N, con una sonrisa que mezclaba peligro y encanto. —¿Sabes? También tengo una misión... y resulta que mi objetivo es ese maldito político, —dijo, mientras su mirada se tornaba seria por un momento.
T/N, viendo una oportunidad, decidió que trabajar juntos sería lo más sensato. Después de todo, dos cabezas piensan mejor que una, y en este caso, dos cabezas armadas y peligrosas eran aún mejor.
La misión no fue fácil, pero juntos, T/N y Ken lograron llegar al escondite del político. Después de una intensa batalla llena de explosiones, disparos y un par de momentos en los que Ken casi pierde el equilibrio por estar ligeramente ebrio, finalmente lo acorralaron. Pero antes de que pudieran celebrar su victoria, encontraron algo que no esperaban: una niña pequeña, de nombre Emi, encerrada en una habitación secreta.
—¿Qué demonios...? —murmuró Ken, mientras miraba a Emi, quien tenía grandes ojos llenos de miedo y curiosidad.
—Parece que este político no solo era un villano, sino un verdadero hijo de perra, —respondió T/N, con una mezcla de indignación y sorpresa.
Pronto descubrieron que Emi tenía un don especial: podía leer la mente de las personas. Esto había hecho que el político la mantuviera cautiva, utilizándola para sus propios fines malvados. Pero ahora que estaba libre, quedaba una gran pregunta: ¿qué hacer con ella?
—No soy exactamente material de niñera, —dijo Ken, rascándose la cabeza mientras miraba a Emi, que seguía aferrada a la pierna de T/N.
—Y yo no sé nada sobre criar niños, —añadió T/N, suspirando.
Sin embargo, después de algunos intentos fallidos de encontrarle un hogar seguro (incluyendo una hilarante escena en la que Ken intentó dejar a Emi con una monja, solo para que la niña leyera su mente y revelara todos los pecados de su pasado), decidieron que lo mejor era cuidarla ellos mismos.
Con el tiempo, se asentaron en una grande y acogedora casa. T/N continuó trabajando como espía, mientras que Ken, aunque seguía siendo un asesino temido, pasó más tiempo en casa cuidando de Emi. Pronto, los roles comenzaron a salir de manera natural. T/N era la que mantenía la fachada seria y protectora, pero en realidad, era Ken quien se convertía en el verdadero cuidador de Emi. Pasaba horas jugando con ella, cocinando sus comidas favoritas y asegurándose de que siempre estuviera feliz y segura.
—T/N, creo que estoy empezando a acostumbrarme a esto de ser un hombre de casa, —dijo Ken un día, mientras se agachaba para atarle los zapatos a Emi.
—Bueno, considerando que compré suficiente equipo de cocina y limpieza para un ejército, espero que lo estés disfrutando, —respondió T/N con una sonrisa, mientras se preparaba para salir en otra misión.
—¿Y a dónde vas ahora? —preguntó Ken, levantando la vista.
—Solo a salvar el mundo, —respondió T/N con un guiño.
Ken se levantó y se acercó a ella, dándole un beso rápido en la mejilla. —Ten cuidado, no quiero tener que ir a rescatarte otra vez, —dijo, tratando de sonar serio, aunque sus ojos brillaban con diversión.
—Lo haré, —respondió T/N, sintiendo una calidez en su corazón que no había sentido en mucho tiempo.
Y así, la vida continuó para los tres. Aunque no había sido el camino que ninguno de ellos había imaginado, T/N, Ken y Emi se convirtieron en una familia poco convencional pero profundamente unida. La misión de salvar a la ciudad se había convertido en algo más grande: salvarse unos a otros. Y en ese caos y amor, encontraron algo que no sabían que necesitaban.