*: Lo hacen como conejos.
Coito.
Malas palabras.
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A simple vista, Ken Sayo y T/N parecían la pareja perfecta. Él, una estrella mundial del béisbol, conocido por su sonrisa fácil y su disciplina en el campo; ella, una actriz latina cuyo talento y carisma la habían convertido en una de las más queridas de Hollywood. En cada alfombra roja que pisaban juntos, se les veía como la representación del amor ideal: siempre amables, respetuosos, con gestos dulces que parecían sacados de un cuento de hadas. Ante las cámaras, eran todo lo que el mundo quería ver.
Las entrevistas siempre giraban en torno a lo mismo: "¿Cómo mantienen el equilibrio entre sus carreras y su relación?" T/N, con una risa suave, respondía que se trataba de respeto y admiración mutua. Ken añadía que, aunque sus vidas eran ocupadas, siempre encontraban tiempo para el otro. Todo el mundo suspiraba soñando con ese tipo de relación.
Pero la verdad, lo que nadie sabía, era que detrás de ese velo de perfección, había una pasión desbordante que pocos podrían imaginar. Porque si bien ante el público eran reservados y mesurados, lejos de las miradas, Ken y T/N eran como dos volcanes en constante erupción.
Detrás de esas puertas cerradas de las mansiones, hoteles de lujo y sets de grabación, su amor era salvaje. Se buscaban a cada momento, con una urgencia que no dejaba espacio para pausas. Las cenas románticas que compartían en la privacidad de su hogar siempre terminaban con risas cómplices y miradas ardientes, interrumpidas por besos y caricias que no podían esperar. A veces, el simple hecho de estar juntos en una habitación bastaba para que la temperatura subiera, y la contención que mostraban ante los demás se desvanecía como una niebla disipándose ante el sol.
—No puedo esperar a llegar a casa— le susurraba Ken a T/N mientras salían de un evento. Y esas palabras tenían un peso, una promesa que ambos entendían perfectamente.
En público, eran pura clase, pero en privado, las cosas eran muy diferentes. Les encantaba hacer locuras; Ken era un amante impetuoso, siempre encontrando excusas para robarle un beso a T/N en los momentos más inesperados. En el coche, en los descansos entre tomas de sus películas, o incluso en los camerinos después de un partido. Cada oportunidad era buena para demostrarle cuánto la deseaba.
— ¡ahh! si así— mirabas abajo como entraba en ti con dureza, sintiendo como eras follada cada vez más rápido y duro, dentro del coche.
—Me encanta como te la comes, tan rica— el sonido morboso solo hacia que los vidrios se empañaran más de su sudor y gemidos fuertes, disfrutando de tu interior sintiendo como tus paredes envolvían su pene apretándolo tan bien.
—¡DIOS!...me vas a cortar la verga— gimió subiendo tus piernas a su hombro, entrando más en ti dejando que sus bolas golpearan con tu trasero dejando que el carro se mueva a su ritmo.
Y T/N no se quedaba atrás. Sabía exactamente cómo provocar a Ken, con una simple mirada o un toque suave en el lugar adecuado. Sabía que él era su mayor fan, tanto dentro como fuera de la cancha, y le encantaba mantenerlo en tensión, sabiendo que en cuanto tuvieran un momento a solas, la calma se rompería.
— córrete para mami— besabas su punta con diversión dejando que su labial quedara marcado en la punta de su pene y varias partes descubiertas de su abdomen— un oral para la buena suerte—
Ken mordió su labio agarrándose de su casillero tomándote de tu cabello agarrándolo en una coleta, abriste la boca sacando la lengua lista para tragarte su pene hinchado por tus lamidas calientes.
Sentiste como golpeaba tu garganta fuerte, sintiendo esas ganas de vomitar resistiendo a como llenaba tu boca hasta el fondo, destruyéndote con sus embestidas feroces sacándote pequeñas lágrimas de tus ojos todas caían de forma bonita para Ken, calentándolo más, ese sonido de su pene entrar en tu boca, sintiendo caliente y mojado la sensación la hacia moverse más.
Hasta explotar.
—Trágalo— ordeno cerrando tu boca con su gran mano hasta no ver como lo tragabas, sacaste tu lengua para que viera—Me encantan tus orales de la buena suerte.
Eran cómplices en todo sentido, no solo en sus carreras exitosas, sino en ese secreto que solo ellos compartían: su amor era insaciable, una chispa que nunca dejaba de encenderse. Y, aunque ante el mundo parecían la pareja perfecta y bien educada, ambos disfrutaban ese otro lado de su relación que los mantenía conectados a un nivel mucho más profundo y visceral.
Sus vidas estaban llenas de compromisos, pero en cuanto el tiempo lo permitía, se escapaban juntos a algún rincón del mundo, donde podían olvidarse de todo y vivir su amor sin restricciones. En esos momentos, no eran el famoso Ken Sayo ni la actriz T/N. Solo eran ellos, dos personas perdidamente enamoradas, disfrutando cada segundo juntos, sin cámaras, sin guiones, sin aplausos.
—Mírate, te miras como una linda putita— te burlaste al verlo en pelotas en un parque de noche, con tu lencería negra de encaje meneado el culo para ti, palmeas sus glúteos dejando la marca de tu mano en su piel— voy a romperte—
Del baño público se escuchaban gemidos y pieles chocar sin control, estabas siendo cargada por él aguantando la manera en la que su pene te golpeaba en áreas que te hacían poner los ojos en blanco y la baba escurría de tu boca sin control.
—¿no me ibas a romper?— te miro burlón dando tres fuertes embestidas.
— cállate y sígueme follando—
Quizá, para algunos, Ken y T/N seguirían siendo la pareja perfecta de la alfombra roja. Pero ellos sabían que su verdadera historia de amor se escribía cuando no había nadie mirando. Y en ese pequeño universo, donde todo era pasión y deseo, ellos eran más felices de lo que cualquier cámara podría captar.
Benditos estos fanarts :)