*: Un día con papá Ken....
Sale mal.
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Ken Sato, el famoso beisbolista y héroe local, se encontraba en una situación completamente nueva: cuidar a sus tres hijos mientras su esposa, T/N, disfrutaba de un merecido día de descanso con sus amigas. Aunque Ken era un hombre fuerte y valiente en el campo de béisbol, no tenía ni idea de lo que le esperaba en casa.
Sus dos hijos mayores, Hiro de seis años y Yuki de cinco, eran una energía pura encarnada. Se parecían mucho a Ken, pero habían heredado el carácter alegre y activo de su mamá latina. Mientras tanto, su pequeña hija Emi, de un año, era el retrato de su madre, pero con el carácter tranquilo y serio de Ken.
La mañana comenzó con una explosión de energía. Hiro y Yuki corrían por la casa jugando a ser superhéroes, mientras Emi observaba desde su silla alta con una expresión serena, chupando su chupón.
"Papá, ¡míranos! ¡Somos superhéroes como tú!" gritó Hiro, saltando del sofá con una capa improvisada hecha de una toalla.
"¡Sí, y vamos a salvar al mundo!" añadió Yuki, girando en círculos hasta marearse y caer al suelo riendo.
Ken trató de mantener el orden. "Chicos, vamos a desayunar primero. ¿Qué quieren comer?"
"¡Pancakes!" gritaron al unísono, corriendo hacia la cocina.
Ken se puso manos a la obra, pero pronto descubrió que cocinar para tres niños era una tarea monumental. Hiro y Yuki decidieron "ayudar", lo que resultó en una nube de harina y trozos de masa pegados en todas partes. Emi, por su parte, se dedicó a golpear su plato con una cuchara, disfrutando del ruido.
Finalmente, Ken logró servir los pancakes, aunque la cocina parecía una zona de guerra. Mientras los niños comían, él se tomó un momento para respirar, pensando que lo peor había pasado.
"Papá, quiero jugar afuera," dijo Hiro, con la boca llena de pancake.
"¡Yo también!" añadió Yuki, saltando de su silla.
"Está bien, pero primero hay que limpiar esta cocina," dijo Ken, mirando el desastre a su alrededor. Los niños, sin embargo, ya estaban corriendo hacia el jardín.
Ken dejó a Emi en su cuna portátil y se apresuró a seguir a los chicos. Hiro y Yuki habían decidido construir una fortaleza de ramas y hojas, y Ken se unió a ellos, tratando de mantener el entusiasmo mientras evitaba que alguien se lastimara. Emi observaba todo desde su cuna, chupando su chupón con calma.
Después de una hora de juego intenso, Ken logró llevar a los niños de vuelta a la casa para el almuerzo. Preparar sandwiches fue un desafío menos complicado, y logró mantener a los niños sentados y comiendo durante unos minutos.
Pero entonces, llegó la hora de la siesta. Ken intentó acostar a Emi, pero la pequeña parecía más interesada en jugar con su chupón que en dormir. Hiro y Yuki, por otro lado, se negaban a quedarse quietos.
"Papá, no quiero dormir," protestó Hiro.
"¡Yo tampoco! ¡Quiero jugar más!" añadió Yuki.
"Chicos, todos necesitamos un descanso. Vamos a intentarlo, ¿de acuerdo?" Ken trató de sonar convincente, pero sabía que estaba perdiendo la batalla.
Finalmente, después de muchas negociaciones y un par de cuentos, logró que los niños se acostaran. Emi finalmente se durmió en sus brazos, y Ken se sintió como si hubiera ganado una medalla de oro.
Aprovechando el silencio, Ken se desplomó en el sofá, solo para ser despertado por el sonido del timbre. Era T/N, de regreso de su día de descanso.
Al entrar, T/N encontró a Ken en una escena que no podía haber imaginado. Estaba en el sofá, con una foto de ella pegada a su cara con cinta adhesiva, y Emi dormida en sus brazos.
"¿Qué está pasando aquí?" preguntó T/N, tratando de no reírse.
Ken levantó la vista, exhausto pero sonriendo. "Pensé que si los niños veían tu cara, se calmarían un poco. Ser un héroe es fácil comparado con esto."
T/N se rió y se acercó para besar a Ken. "Hiciste un gran trabajo, cariño. Pero ahora, déjame ayudarte."
Con la ayuda de T/N, lograron mantener la paz en la casa. Los niños despertaron, aunque la energía volvió a subir, todo parecía más manejable con mamá en casa.
Esa noche, mientras acostaban a los niños, Ken y T/N se tomaron un momento para reflexionar. "Creo que aprendí a valorar mucho más lo que haces cada día," dijo Ken, abrazando a T/N.
"Y yo estoy orgullosa de ti, Ken. Eres un gran papá y un héroe en todos los sentidos," respondió T/N, sonriendo.
Con el caos del día atrás, la familia se acurrucó junta, disfrutando de la paz y el amor que los unía.
El papá del año :)