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*: Alpha y omega 

Omegaverse

2° parte.


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Después de aquel día, la rutina entre T/N y Ken Sato siguió su curso como siempre. T/N continuaba siendo la asistente confiable y eficiente que equilibraba su vida como estrella de béisbol y héroe, mientras que Ken mantenía su oscuro secreto bien guardado, robando la ropa que T/N usaba durante su celo. Para él, era un ritual privado, una obsesión que lo consumía en secreto, lejos de la luz del día.

Una tarde, T/N salió temprano de la casa para hacer unas diligencias, dejando a Ken solo. No tenía planes de regresar hasta la noche, pero al llegar a su destino, se dio cuenta de que había olvidado un documento importante que necesitaba. Sin pensarlo dos veces, decidió volver para recogerlo.

Cuando llegó a la casa, todo parecía normal al principio. Caminó por el pasillo hacia su habitación, pero antes de llegar, escuchó un sonido que la hizo detenerse en seco. Eran gemidos, bajos y apagados, como si alguien intentara contenerlos. El sonido venía de la habitación de Ken.

T/N sintió un nudo en el estómago, pensando que lo mejor sería irse y no intervenir en lo que fuera que estaba ocurriendo. Pero justo cuando iba a darse la vuelta, un aroma familiar la envolvió, un olor dulce y picante que le erizó la piel. Sus instintos de omega se activaron inmediatamente, y, casi sin darse cuenta, empezó a caminar hacia la puerta de Ken.

El aroma la atraía, le hacía imposible resistirse. Su corazón latía con fuerza mientras se acercaba, y cuando estuvo frente a la puerta, la abrió lo suficiente como para ver lo que estaba ocurriendo dentro.

La imagen que vio la dejó sin aliento. Ken estaba sentado en el borde de su cama, su rostro ruborizado y sus ojos cerrados con fuerza. En sus manos, sostenía algo que T/N reconoció al instante: la ropa interior que había usado durante su último celo. Ken la llevaba a su rostro, inhalando profundamente, mientras sus jadeos llenaban el cuarto. Y su mano daba atención a su erección.

T/N no podía creer lo que estaba viendo. El hombre al que había admirado, su jefe respetuoso y siempre bajo control, estaba perdido en la excitación, consumido por el aroma que ella había dejado en esa prenda. Sus feromonas la alcanzaron, llenando el aire con un deseo que hizo que su cuerpo empezara a reaccionar también. Un calor familiar comenzó a arder en su interior, como si su cuerpo reconociera el llamado de un alfa.

Ken, completamente inmerso en su fantasía, no se dio cuenta de la presencia de T/N. Seguía respirando el aroma de la prenda, sus manos temblaban y sus jadeos se volvían más intensos. Las feromonas de T/N, que se liberaron sin que ella lo quisiera, se mezclaron en el aire y llegaron hasta Ken, haciendo que su cuerpo se tensara.

En ese momento, T/N comprendió que esto era solo el comienzo. Lo que había sido una obsesión secreta para Ken estaba a punto de convertirse en una realidad ineludible para ambos. Ken abrió los ojos repentinamente y la vio. El shock y la vergüenza se mezclaron en su rostro, pero las feromonas ya habían hecho efecto en ambos. Los ojos de Ken se oscurecieron con deseo, y el ambiente en la habitación cambió por completo.

T/N intentó retroceder, pero su cuerpo no le obedecía. El deseo crecía en ella también, una necesidad insaciable que había estado reprimida durante tanto tiempo y que ahora se desataba con una fuerza abrumadora. Ken se levantó lentamente, su respiración pesada y sus ojos fijos en ella, como si fuera la única cosa en el mundo que importaba.

La distancia entre ellos se acortó, y antes de que T/N pudiera reaccionar, Ken la tenía acorralada contra la pared, su cuerpo cálido presionando el suyo. El aroma que él exudaba, mezclado con el suyo propio, la envolvía, llenando sus sentidos.

No hubo palabras, solo una tensión palpable que los mantenía atados. Ken deslizó una mano por su cintura, sus dedos rozando la piel debajo de su ropa, y T/N sintió que su control se desvanecía. Las fantasías de Ken se estaban haciendo realidad, y T/N, atrapada en el torbellino de deseo y excitación, no pudo resistirse más.

Ken la tomo entre sus brazos llevándola a su habitación, inmerso solo podía pensar en una cosa. T/N. La dejo en la cama empezando a quitar su ropa sintiendo cada toque con una electricidad recorrer todo su cuerpo. 

T/N estaba quieta dejándose quitar todo, sumisa ante el alpha, su respiración entrecortada y agitada hacía las cosas más difíciles para Ken quien todavía tenía un poco de cordura, quería ser lo más gentil.

Bajo su mano, abriendo las piernas de T/N empezando a acariciar su intimidad. Miro como reaccionaba a sus toques, como cada movimiento la hacia temblar y gemir cada vez que iba más adentro y rápido. Jugaba con ella, metiendo un dedo, otra vez tres y se regresaba a apretar su clítoris. Sus piernas temblaban tanto que tomaba la otra mano de Ken con los ojos cerrados y la boca abierta decía que siguiera.

Ken sonreía de una manera loca y excitada que T/N no vio, mando a mierda la poca cordura cuando T/N se movió por su propia cuenta tomando la mano de Ken metiéndola más a su intimidad en busca de más. Perdido en feromonas y T/N. La subió arriba suyo con una facilidad, obligándola abrir los ojos solo para atrapar su boca con la de ella. Un beso desesperado y pasional, combinando su baba. Jugando con su lengua. Sintiendo como comía su boca.

T/N se separó por falta de aire mirando un hilo de baba que aun los unía volvió a sentir algo dentro de ella, algo grande y un poco grueso. Se aferró a su espalda dejando múltiples rasguños en su piel abrazándolo fuerte, mordía la curva de cuello sintiendo por completo como Ken estaba dentro de ella. Lo escucho bufar y jadear  ronco, bajo en su oído. Dando entender que era tan rico estar dentro de ella, lo disfrutaba tan bien que no se movía, dejaba que sus paredes vaginales lo apretaran bien.

Ken nuevamente sorprendido por T/N, quien su cadera se movía en círculos haciendo que Ken golpeara lugares que la hacían jadear y gemir fuerte. Agarro su cintura con ambas manos, ayudándola a saltar fuerte y seguro. Dejando que ambos disfrutaran de la pasión de sus cuerpos.

El alfa que había mantenido su deseo oculto durante tanto tiempo finalmente había encontrado la oportunidad de desatarlo. Y T/N, sintiendo cómo sus propios deseos tomaban control, se rindió a la realidad que ambos habían estado evitando.

El mundo fuera de esa habitación dejó de existir. Todo lo que importaba en ese momento eran ellos dos, atrapados en el calor de una pasión que ya no podían negar. Sus cuerpos respondieron el uno al otro, movidos por el instinto y el deseo, mientras Ken se sumergía en la fantasía que tanto había anhelado, y T/N se daba cuenta de que no había vuelta atrás.

 Sus cuerpos respondieron el uno al otro, movidos por el instinto y el deseo, mientras Ken se sumergía en la fantasía que tanto había anhelado, y T/N se daba cuenta de que no había vuelta atrás

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One Shots [ken Sato]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora