Hinata estaba rojo de vergüenza, olvidó la preocupación que sintió por el rostro de Kageyama, sus orejas ardían, su bendita madre lo había vestido con su pijama de niño, que aún le quedaba bueno ya que no había crecido mucho que digamos, era de color blanco, con pequeñas orejas redondas y caídas, se veía demasiado hermoso y tierno. "Debe haberse puesto sentimental ya que anoche llegué tarde, o espera, ¿no habrá sido una pesadilla?.
- ¡Estúpido Kageyama! - gritó - no te rías - dijo más bajito con los labios arrugados, al hacerlo se mareó, y cayó sobre la almohada como si pesara una tonelada.
- Oye, oye, Hinata, ¿estás bien? - "no puede desmayarse, ¿o sí?".
Hinata cerró los ojos, el zumbido en sus oídos iba en disminución, "Estoy teniendo una pesadilla, ayer también".
- Es una pesadilla, vete por favor.
- No puedo, tu mamá me pidió que me quedara contigo...
- Está bien, sólo déjame descansar.
- Los perros obedecen a sus amos, jajajajajajajaja...
- Maldito Kageyama, te odio, te odio, vete...
- Me voy a quedar a tu lado, pero debo admitir que eres una molestia, ojalá durmieras para siempre - dijo enojado, se arrepintió a penas terminó de hablar, pero su orgullo le impidió disculparse.
Hinata se dio vuelta, dándole la espalda al personaje que acababa desearle el sueño eterno, sintió opresión en su pecho, y no aguantó, otra vez estaba llorando pero esta vez en silencio, no quería que Kageyama lo escuchara, no, eso nunca, "se va burlar, Dios, por favor, no quiero más, déjame descansar, ya no quiero más dolor, si esto sigue así, llévame de una vez por todas, estoy cansado, muy cansado, quiero dormir, tal vez Kageyama tiene razón y eso debería hacer", sus lágrimas mojaron la almohada, cerró los ojos con fuerza tratando de reprimir que el líquido salado escurriera, se concentró en respirar lento, no podía escucharlo, por ningún motivo. Hinata estaba exagerando un poco, pero sus emociones eran muy fuertes y cambiantes, en un momento estaba feliz para el próximo, estar sumido en la más profunda depresión y así se encontraba ahora, que Kageyama, el hombre del que se enamoró, el primer hombre que le ha gustado, le dijera que ojalá durmiera para siempre y que era una molestia fue el punto de quiebre en su alma.
- Oye Hinata - lo tocó, posó su mano sobre el hombro del perrito - oye, yo no quería decir eso.
Kageyama no podía del remordimiento, lo escuchó llorar, escuchó sus lastimeros sollozos, y sintió que le arrancaban el corazón, antaño esto no sucedía, pero ahora algo había cambiado, no sabía qué, pero le afectaba, "no llores, por favor, me molesta, me siento desdichado".
- Hinata, lo siento yo no quería decir algo así, Oye idiota, date vuelta, sé que estás despierto, te escucho llorar.
- ¡Déjame en paz Kageyama estúpido" - se tapó con las frazadas sobre la cabeza haciéndose una bolita.
- Oye, me estoy disculpando idiota - agarró las frazadas y las tiró con fuerza, Hinata que las estaba agarrando se movió con ellas quedando de espaldas sobre el colchón apretándolas tan fuerte que sus nudillos estaban blanquecinos.
- Yo, estoy cansado de que me grites siempre, estoy cansado de tu desprecio, te detesto porque me gus... - se detuvo abruptamente, se tapó la cara con las frazadas, refugiándose de la mirada atenta de Kageyama.
El ceñudo sujetó un dedo de los cuatro que se asomaba de una mano, lo tomó y lo obligó a soltar el agarre de las frazadas, hizo lo mismo con cada dedo de su mano, Hinata se dejó, no opuso resistencia, no quería oponerse, Kageyama lo destapó por completo, su corazoncito estaba acelerado y presentía que algo entre ellos iba a cambiar para siempre.
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Es corito, lo sé, perdón.
Ojalá les guste y me sigan leyendo.
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Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina]
FanfictionHinata se da cuenta que le atrae Kageyama y de ahí para delante su vida se vuelve un caos, cada día un mal entendido tras otro, pasa por períodos en que añora morir, no estar, esfumarse del mundo por lo que toma pésimas decisiones que traerán nefast...