Capítulo 53 parte 1

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Kageyama entró con el teléfono en la mano, tenía una cara ofuscada, con el ceño más fruncido que de costumbre, pero al ver a Hinata no dudó en intentar sonreír.

- ¿Qué te dijeron? – preguntó la mamá del naranjito.

- Mi mamá convenció a mi papá – "si no fuera por mi madre...".

- Que bueno hijo – "bien hasta ahora ella ha logrado calmar a la bestia, debo llamarla para agradecerle"-

El padre de Hinata  apareció para despedirse.

- Chao hijo, no le abras la puerta a NADIE, ¿entendido? – se giró hacia Kageyama – tú, cuida de mi hijo por favor – le tendió la mano cuando el ceñudo la tomó recibió un apretón de aquellos, cuando se dejaron de dar la mano, la de Kageyama pulsaba, incluso dolía un poco – cuídalo – repitió amenazante.

- Cuente con ello – dijo muy serio y seguro de sus palabras.

El padre del naranjito lo miró con el ceño fruncido, respiró profundo para pronunciar las siguientes palabras muy cerca del oído de Kageyama – trátalo con amor.

Kageyama se puso pálido, ¿había escuchado mal?, ¿amor?, casi le da un infarto cuando entendió que el padre de Hinata sabía los sentimientos de él, mierda, si el papá sabía lo más probable es que la mamá también, "Dios, esto sí que es vergonzoso", lo peor fue cuando entró Natsu...

- Kageyama, tú ¿eres el 'novido' de mi hermano? – preguntó enojada, le iban a quitar a su hermano, además ese tonto siempre andaba con la cara arrugada, no le gustaba para nada la idea, sin esperar repuesta se acercó a su hermano y lo abrazó fuerte mirando enojada y de lado a Kageyama, con la cara toda fruncida.

Todos quedaron estupefactos, Hinata tenía el pulso a un millón por hora, le subió la presión, lo supo porque a parte estar rojo como sandía, comenzó a escuchar un zumbido y un pitito en su oído, además vio unas pequeñas lucecitas que se lo confirmaron, tuvo que sentarse en la cama; la mamá en un principio quedó de una pieza, anonadada, pero al momento después se comenzó a reír, no a carcajadas, sino una risita nerviosa pero divertida; el padre estaba enojado, le ardía la mierda  saber que su hijo tenía novio, no tanto porque fuera un hombre, sino porque estaba celoso, no quería que nadie le quitara a su pequeño saltarín hiperactivo, aún veía a su hijo como un niño y saber que había crecido y peor aún reconocerlo lo tenía ofuscado, Dios ¿cómo será cuando Natsu tenga novio?, eso será un infierno, lo más probable es que le dará un infarto; Kageyama sintió miedo, el miedo de ser juzgado, el miedo de ser tachado de adefesio, de asqueroso, no quería mirar a los padres de Hinata, quería salir arrancando, esconderse de todos, estaba pálido y sus piernas flaquearon, le tiritaron y sudaron las manos, todas sus reacciones le indicaban que lo negara y arrancara, pero ya estaba cansado de ser un cobarde, cansado de hacer sufrir a su naranjito, cansado de no poder estar con la persona que más amaba en este mundo, se armó de valor para pronunciar las palabras que salieron trémulas de sus labios.

Se arrodilló frente a Hinata, Natsu no quería por ningún motivo soltar a su hermano pero su madre la tomó y la alejó.

- Hinata ¿quieres ser mi novio? – dijo con todo el valor que sacó del profundo amor que sentía por el señuelo más fuerte, por su amado número diez, por su naranjito.

La mamá sonreía encantada, no soltó a Natsu porque sabía que ella correría a los brazos de Hinata y se interpondría entre ambos, pero no pudo callar su boca.

- Nooooo – dijo con lágrimas en los ojos – mi hermano es mío de 'naiden' más.

El padre estaba emocionado, en el rabillo de sus ojos se acumuló líquido salado, pero respiró profundo por la nariz para calmarse, "ese chico tiene huevos" se dijo mentalmente, con su mano derecha se secó la humedad de los ojos.

Hinata no podía creer lo que había escuchado, se quedó estático, abrió los ojos desmesuradamente, "estoy soñando, sí, me debo haber drogado y estoy alucinando, Kageyama me acaba de pedir que seamos novios, no puedo creerlo, estoy soñando", su estómago se revolvió con dulces mariposas, una sensación de vacío exquisito lo invadió, escalofríos se apoderaron de su columna vertebral; quería responder pero las palabras no salían, estaba tan nervioso, tan emocionado y sorprendido, Kageyama lo quería, Kageyama se atrevió a preguntarle eso delante de toda su familia, su amado ceñudo por fin estaba demostrando sus sentimientos.

El peli negro era el más nervioso de todos, su corazón palpitaba como si hubiera corrido una maratón, como si hubiera jugado mil partidos, esta era la experiencia más estresante de su vida, sus manos tiritaban, apretó fuerte los puños para disimular; gotitas de sudor dominaban su frente, algunas se reunieron creando una mayor que bajó lentamente por su sien, aguantó las ganas de secársela quería tener dignidad pero estaba comenzando a preocuparse ante el silencio de Hinata, ¿a caso Hinata se iba a arrepentir?, no podía ser, todas las veces Hinata le había demostrado que estaba enamorado, su amado naranjito no podía recular ahora, no podía echarse para atrás con facilidad, Kageyama sabía que lo amaban...

- Hinata – le tomó las manos, ambos tiritaban, ambos estaban avergonzados, emocionados y nerviosos –  ¿quieres ser mi novio? – repitió.

Naranjito se abalanzó hacia los brazos de Kageyama, ahora ya no pudo contener el llanto y así abrazado a su cuello contesto.

- Sí, es lo que más quiero en este mundo – Kageyama lo abrazó.

Hinata se arrodilló para quedar frente a Kageyama, por lo tanto ambos arrodillados en el suelo y abrazados se miraron con tal ternura que los padres e incluso Natsu sonrieron.

Los ahora novios no podían apartar la mirada de los ojos del otro, perdidos en las pupilas ajenas, perdidos en su propio reflejo, con el corazón latiendo como nunca, con su piel erizada, se acercaron quedando nariz con nariz, ya no estaban en la pieza de Hinata, ya no estaban en el planeta, sólo eran ellos, los padres de Hinata desaparecieron de sus mentes, no importaba nada, sólo eran los ojos de su novio los que los mantenía en el ahora, no existió el pasado y no importaba el futuro, sólo había un presente maravilloso, sublime, la vergüenza pasó al olvidarse de la familia voyerista, una sonrisa bobalicona nació en sus labios; Hinata lloraba sonriendo, Kageyama por primera sonreía con euforia, al ex ceñudo giró su rostro y acercándose lentamente a lo labios de Hinata finalmente lo besó, fue un beso tierno, un beso de veneración.

Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora