Capítulo 56 parte 5

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- Gracias por su apoyo, la verdad tengo mucho miedo de la reacción de mi padre – se sinceró el ceñudo.

- Tranquilo, ya hablé con tu madre que te quedarás a almorzar, después de comer los llamas y veremos – le sonrió con ternura y complicidad.

- Gracias – se limitó a responder, los nervios se estaban haciendo latentes en su tiritar de manos y sudoración excesiva, pensar en su padre era suficiente para dejarlo al borde de un infarto.

Llegaron al living, estaba el padre del naranjito sentado en el sillón leyendo el diario, al sentir pasos miró sobre el diario directo a los ojos azules de Kageyama, no dijo nada, ni siquiera sonrió, se le estaba haciendo un poco difícil aceptar que su hijo tuviera novio. El observado sintió escalofríos de los malos recorrer su columna vertebral pero se recompuso al recibir una agradable sonrisa  de parte de su suegra.

El peli negro se sentó y sacó su teléfono para hacer cualquier cosa por mientras para pasar el rato y distraerse, se metió a un juego en línea donde había que atacar a una aldea, estaba en lo mejor cuando siente una mirada penetrante hacia su persona, levanta la vista de su juego y se encuentra con la cara arrugada de Natsu, tenía el ceño y la boca fruncidos, y lo miraba como si fuera su más grande enemigo, estaba celosa a más no poder. Kageyama rogó en su mente que Hinata se apurara, sentía que tenía dos opositores en la familia de su amado y una cómplice, "Hinata si no te apuras Natsu me asesinará...", intentó sonreír recordando que la pequeña había dicho que él siempre estaba enojado que ese era uno de los motivos por el cual no le gustaba, le salió algo similar a una sonrisa, su cara era graciosa lo que provocó una diminuta curva en los labios de la pequeña. Kageyama se armó de valor y le habló a su cuñada.

- Natsu, sé que no te caigo bien, pero yo amo a tu hermano – dijo intentando razonar con la pequeña.

- Es tú me lo vas a quitar – cruzó los brazos sobre su pecho.

- Te prometo que él jamás te dejará de querer – levantó las cejas dándole énfasis a su promesa.

- ¿Estás seguro? –preguntó esperanzada.

- Estoy completamente seguro – ahora sí le salió una sonrisa, ya pudo entablar una conversación con ella, se sintió más seguro.

La pequeña seguía mirándolo fijo pero ahora en vez de enojo era de curiosidad. Pasaron unos minutos cuando Hinata baja corriendo las escaleras.

- Hinata no corras te puedes caer – Kageyama lo retó a penas llegó al living.

- Sí hermanito, te 'pudes' caer, la mamá 'siempe' nos dice eso – miró a Kageyama de reojo, "él se preocupa de mi hermano".

- Perdón, perdón – se sobó la nuca arrepentido – es que no podía aguantar estar lejos de ustedes, se acercó primero a Natsu y le dio un beso en la frente, ella lo abrazó con fuerza – tú eres mi preferida – le dijo con un guiño, ella sonrió satisfecha.

- Pasen a la mesa – dijo la mamá desde el comedor.

- Sí – respondieron los menores.

Kageyama corre al baño a lavarse las manos, volvió y estaban todos sentados a la mensa. Se disculpó por el retraso, Hinata le sonrió palmeando la silla que estaba a su lado.

- Siéntate acá Kageyama.

- Claro – se sentó y arrimó la silla a la mesa.

Comenzaron a comer y a conversar sobre el equipo y lo que venía, el padre de Hinata afirmaba de vez en cuando, Kageyama ya estaba más relajado pero sus nervios se crisparon al sentir la mano de Hinata sobre su muslo avanzando de manera peligrosa hacia su entrepierna, "¿que le pasa a este imbécil?, ¿acaso quiere hacer eso delante de toda su familia?", Kageyama movió su muslo de forma brusca y rápida dándole a entender a Hinata que no hiciera eso, al moverse se le cayó la comida de los palillos, miró a Hinata reprobatoriamente, éste sólo sonrió coquetamente levantando una ceja y quitando la mano, pasaron dos minutos y volvió a sentir la mano del pequeño acariciando su muslo pero esta vez si llegó al miembro de Kageyama que contuvo la respiración del susto, los demás integrantes de la familia comían mirando su plato, aún no se percataban de la incomodidad de Kageyama; el naranjito comenzó a friccionar sobre los jeans del peli negro, éste sudaba intentando aguantar, "piensa en otra cosa, piensa en otra cosa, Hinata estúpido,  ¿qué estás haciendo?, piensa en otra cosa", se repetía como un mantra mientras su miembro se ponía duro por la estimulación y porque su mente le jugaba malas pasadas al recordar los que hicieron en la noche, un leve sonrojo cubrió sus mejillas que fue exponencialmente en aumento, quería gemir y dejarse llevar pero estaba rodeado de la familia de su novio, en ese momento la madre levanta la vista y ve a Kageyama tieso y sonrojado, no comía pero tenía los  palillos tomados en el aire.

- Kageyama, ¿está mala la comida? – preguntó acongojada.

- No – la voz le salía extraña, tosió para aclarar su garganta – pa pa para nada – Hinata se apiadó de él y dejó de frotar su miembro, sacó la mano y le sirvió más comida a su novio.

- Come Kageyama, necesitamos fuerza para jugar – dijo sonriendo de medio lado, dándole una mirada ultra lasciva a su novio.

Kageyama tragó saliva, sabía a lo que se refería, no tenía nada que ver con el voleibol – sí, tienes razón – Hinata bajó la mano cubriéndose con la mesa tocó nuevamente el eje de Kageyama, éste volvió a toser y movió su muslo – por cierto, la próxima semana tenemos una concentración en Tokyo, el día miércoles nos iríamos – cambiando de tema distraería al pequeño y lo logró, éste sacó su mano rápidamente para juntar sus manos como rezando y suplicar.

- Woooow, eso es fuaaaaw. Papá, mamá denme permiso, por favor – ya lo sabía pero de igual forma se ilusionó, rogó con su carita de cachorro bajo la lluvia y abandonado.

- Hinata, hace poco te secuestraron, no quiero que vayas ¿y si pasa algo? – contestó la madre asustada y aprensiva.

- Pero nuestro hijo tiene que seguir su vida, no podemos encerrarlo para siempre, lleva una semana dentro de la casa sin salir en ningún minuto, debe ir a clases y seguir con las actividades del club, ya sus hematomas a penas se notan, debe ponerse al día.

- Disculpen que me entrometa, yo tengo el papel para que lo firmen si estiman conveniente, sólo están esperando a Hinata, todos ya tenemos el permiso – dijo eso para presionar a que le dieran permiso.

- No quiero pero sé que debo aceptar – miró a su hijo con angustia – prométeme que me vas a llamar todos los días, si no me llamas me voy a asustar, ese hombre puede estar persiguiéndote.

- Me comprometo a llamarte todos los días – dijo con su mano sobre su corazón.

- Yo me preocuparé de recordárselo – acotó Kageyama.

- Te lo agradecería – le sonrió en muestra de agradecimiento.

- Yeeeeiiiiiiiii – gritó Hinata feliz.

Kageyama sólo pudo sonreír, "es tan lindo, amo sus expresiones y su entusiasmo, todo va bien, sólo espero que mi padre no se interponga"...

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Otro cortito... Lo siento 😣
Un abrazo rompe costillas 🤗

Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora