- Es... Es... Hermoso – besó el amuleto.
- Que bueno que te gustó, tenía miedo de que lo odiaras – dijo sonrojado y con una tímida sonrisa en su rostro.
Kageyama aún con el amuleto en la mano tomó las mejillas sonrojadas de Hinata y giró su cara hacia arriba para que sus ojos hicieran contacto, el naranjito tenía miedo de que esta situación fuera su imaginación, miedo de cerrar los ojos y luego abrirlos y que todo haya sido un sueño, sabía que Kageyama lo miraba con amor, había visto esa mirada antes, la conocía y la anhelaba. Kageyama se perdió en esos ojos grandes, en esa mirada que le decía a gritos "te amo", su corazón estaba tan acelerado que estaba incluso medio mareado.
- Hinata... Mírame, levanta tu mirada.
- Me da vergüenza.
- Déjame verte – suplicó, Hinata levantó la mirada – ay Hinata, yo... Te quiero, te adoro, no puedo dejar de pensar en ti, a cada hora del día tu imagen se viene a mi mente y es una tortura no poder tenerte a mi lado.
- Entonces, ¿no crees que soy un adefesio?.
- Dios no, eso fue porque tengo miedo Hinata, tengo miedo del resto del mundo, tengo miedo del qué dirán, tengo miedo de la reacción de mis padres cuando sepan que me gusta un hombre, tengo miedo de la reacción de nuestros compañeros de equipo y de curso, tengo miedo de mí pero ya no aguanto.
Kageyama acercó sus labios a los de Hinata chupándolos, y luego mordiendo el labio inferior.
- Hinata, te amo, por favor perdóname, perdóname, perdóname – rozaba su mejilla en la de Hinata pidiéndole perdón en susurros cerca de su oído – perdóname, perdóname.
Toda la piel de Hinata se volvió sensible, tenía los todos los pelos de punta, exquisitos escalofríos recorrían desde su coronilla hasta la punta de sus pies, su pulso acelerado; no podía creer lo que estaba sucediendo, era un sueño y el más dulce de todos.
- Kageyama, te amo, te amo.
Sus cuerpos se fundieron en un abrazo fuerte, un abrazo que demostraba que ninguno quería volver a separarse, que era el uno para el otro y que de ahora en adelante estarían juntos por siempre. La mamá de Hinata entró despacio a la pieza, los vio abrazados y sólo pudo sonreír, "por fin hijo, ahora sí serás feliz". Cerró la puerta y luego tocó. Ambos se separaron al instante.
- Chicos – miró a Hinata – tu padre y yo junto con Natsu vamos a salir, no creo que volvamos hoy, Kageyama ¿te puedes quedar cuidando a Shou chan?, tengo miedo de que se quede solo por tu ya sabes, lo que le pasó la última vez – "te conviene Kageyama, aprovechen", se sonrió lo que perturbó un poco a ambos – ¿y?, ¿qué me dices?.
- Llamaré a mis padres de inmediato avisando – abrió su bolso y sacó el teléfono, salió de la pieza para hablar.
- ¿Dónde van mamá? – preguntó Hinata extrañado.
- Ah, es un secreto pero sólo te puedo decir, disfruta el tiempo a solas con Kageyama.
- Mamáaaaaaaa – el rojo que le subió al rostro fue tal que casi explota – pero ¿qué cosas estás diciendo?.
- Una madre sabe hijo, yo sé lo que sientes y sé que es correspondido – se acercó a él y lo abrazó, besó su cabello – te quiero hijo y te acepto tal cual eres, tu padre está al tanto y Natsu sospecha, se pone muy celosa de Kageyama, siempre dice que él me quiere quitar a mi hermano. Así que hijo sólo me queda decirte, bendiciones.
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Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina]
FanfictionHinata se da cuenta que le atrae Kageyama y de ahí para delante su vida se vuelve un caos, cada día un mal entendido tras otro, pasa por períodos en que añora morir, no estar, esfumarse del mundo por lo que toma pésimas decisiones que traerán nefast...