Capítulo 49 parte 3

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Sacó el primer pastelillo, mascó y la crema pastelera se deshizo en su boca, dulce y aterciopelada, mmmmh era un sabor espectacular, lo disfrutó, mascó el segundo pedazo, otra vez las maravillosas sensaciones de dulzura lo invadieron. Sonó el teléfono, miró la pantalla y era Kageyama, sí, su amado armador.


- ¿Aló? Kageyama – dijo con entusiasmo.

- Hinata, te llamo para avisarte que la próxima semana iremos a practicar a Tokyo.

- Wooooooowwwww, ¿en serio? – su entusiasmo fue desbordante.

- Sí.

- Wuaaaaa que buena noticia... Oye Kageyama... ¿Me vendrás a ver hoy también?, ayer no nos despedimos – dijo nervioso.

- No, tengo cosas más importantes que hacer – fue muy cortante al hablar, "no puedo ir, por favor, entiéndeme, no me ayudas... No debo estar cerca tuyo".

- Pero... Un ratito... Aunque sea pequeño – suplicó Hinata.

- No seas egoísta, me demoro mucho en ir a tu casa y después a la mía, piensa un poco en los demás Hinata – "¿por qué tengo que agredirlo?, ¿por qué digo estas cosas? Si lo único que quiero es estar junto a él".

- Perdón – dijo con lágrimas en los ojos.

- Deja de dar lástima y apúrate en recuperarte porque debemos estar preparados para el campeonato.

- Sí – "es lo único que te interesa... Algunas veces creo que no es así pero luego la verdad se hace presente" – yo te quiero Kageyama, te quiero... – no supo por qué motivo lo dijo, pero necesitaba hacerlo.

- Pero yo no, así que no seas asqueroso, esa cosa homo no me va conmigo, me das asco adefesio – colgó, "mierda no debí decir eso, no debí, ¿por qué lo ataco?, cuando debería ...", no terminó de pensar, no debía pensar así.

Kageyama no sabía cómo lidiar con sus sentimientos hacia Hinata, lo amaba con toda su alma pero tenía un miedo enfermizo por lo que pensaría  y cómo reaccionaría su padre si supiera que está con otro hombre, su padre les llamaba adefesios, asqueroso, etc, por eso reaccionaba tan mal, quería alejar a Hinata pero a la vez quería tenerlo cerca, quería que las cosas fueran como antes, cuando no había pasado nada entre ellos, así estaban bien, maldición ahora todo era un enredo, debía mantenerse al margen de los sentimientos de Hinata, porque para qué andamos con cosas, Kageyama ya sabía y entendía que Hinata estaba enamorado de él, pero le daba rabia y celos que fuera tan fácil como para andar con Tanaka, Yachi y ese maldito extranjero, no le constaba lo de Tanaka y de Yachi, pero con el extranjero él los vio, vio como lo tocaba, vio como Hinata sentía placer al ser tocado por ese hombre. Agarró bien fuerte su teléfono, cualquier atisbo de arrepentimiento por decirle eso a Hinata desapareció al recordar lo sucedido con ese extranjero el sábado. "Maldito Hinata, me confundes".



Hinata se quedó con el teléfono en la oreja escuchando nada, tomó el teléfono y con sumo cuidado lo dejó a su lado en  la cama, así sentado con las piernas cruzadas se quedó mirando al vacío, los pastelillos estaban al frente de él, pero no los veía, estaba mirando un punto fijo, sentía angustia y dolor, mucho dolor en el pecho, "no debí decirle que lo quería, lo eché a perder, estábamos bien de nuevo y yo lo ... Soy un imbécil". Alargó su mano y tomó el pastelillo que se estaba comiendo antes de la llamada de Kageyama, esta vez no disfrutó al mascarlo, pero se sentía bien el tener la boca llena, tragó y bebió agua, siguió comiendo, esta vez fue por el segundo, masticaba y tomaba agua para que el bolo alimenticio pasara con mayor facilidad, así estuvo comiendo sin parar hasta que se terminó los pastelillos y se había tomado casi media botella de agua. Se miró las manos sucias con crema y azúcar flor, esas manos pegajosas le dieron asco, se tiró hacia atrás, se quedó mirando el techo, de pronto las palabras de Kageyama resonaron en su cabeza cada vez más fuertes, el sonido repercutía creando eco en su cerebro, era angustiante, y lo peor, era que él creía que esas palabras eran ciertas, se agarró la cabeza con las dos manos, quería dejar de escuchar esas palabras, quería dejar de sentirse horrible, quería dejar de estar ahí, dejar de existir tal vez, apretó todos los músculos de su cuerpo, los dientes rechinaban, no lo soportó, se levantó con rapidez y fue corriendo al baño, cerró la puerta por costumbre pero no había nadie en casa, no importaba, subió la tapa del baño y el líquido azul del fondo recibió de golpe la primera descarga, no fueron necesarios los dedos, salió todo muy fluido y explosivo, manchó mas de lo presupuestado pero menos mal no había nadie en la casa, así podría limpiarlo después, otra explosión que hizo que el líquido azul saltara y le cayera en la cara, olía muy fuerte a químico, con el olor fuerte se le quitaron las ganas de seguir vomitando pero aún no se había desecho de todo, ahora sí ocupó los dedos y se los metió hasta el fondo, esa fue la solución, descarga tras descarga terminó por fin su cometido, observó el desastre que había dejado, se levantó y lo primero que hizo fue lavarse las manos y la cara, luego con el papel higiénico limpió como pudo la taza pero se dio cuenta de que no era suficiente, la crema de los pastelillos era aceitosa quedando este rastro de aceite en la cerámica de la taza de baño, bajó a la cocina por utensilios de aseo. Tiró la cadena dos veces, y luego se dispuso a limpiar con un paño y un desinfectante junto con un removedor de grasas, limpió hasta que no hubo evidencia alguna, tiró nuevamente la cadena hasta que el líquido azul ocupó su lugar y guardó lo que usó donde estaban antes.

Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora