Capítulo 41 parte 1

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Suga despertó en los brazos de su amado, lo observó durante cinco minutos, apreció cada detalle de su hermoso rostro, "deja de ser tan perfecto...  ayer me besaste, ¿por qué hiciste eso?, ¿por qué eres cruel y a la vez tan adorable?, me confundes, haces que mi corazón lata fortísimo, tanto que siento que se me va a salir del pecho... te amo con locura Daichi".

- Te amo Daichi – dijo bajito.

Daichi abrió un ojo y levantó la ceja acompañándolo – lo sé Suga – Daichi había despertado antes que Sugawara pero se hizo el dormido.

- Pensé que estabas dormido, lo siento – Suga se ruborizó e intentó levantarse pero Daichi lo abrazó – Daichi ayer discutimos sobre esto mismo, suéltame, por favor.

- No te voy a soltar, y con respecto a lo otro, tú dices que me amas pero te fuiste con ella y me dejaste solo.

- ¿Recuerdas lo que pasó ayer? – Suga estaba asombrado se suponía que la gente ebria no recuerda nada, por lo menos eso había escuchado.

- Tengo recuerdos vagos pero lo que tengo muy claro es que me dejaste botado y solo – hizo un puchero deliberado.

- Daichi yo tengo necesidades y sé que tú no me amas, me lo has repetido incontables veces, bueno, no incontables, creo que han sido tres, pero lo tengo muy claro – "si haces ese rostro no me podré contener y te besaré, debo alejarme ahora".

- Entiendo, pero no me gustó para nada que te fueras – lo apretó contra sí.

- No me hagas esto, eres cruel, suéltame por favor – comenzó a desesperarse, otra vez tenía ganas de golpearlo para que lo soltara.

- No lo haré, si lo hago me dejarás.

- ¿Acaso no es obvio que no puedo estar tan cerca tuyo?, me haces sufrir Daichi, me duele, ¿no lo entiendes?, esto es una tortura – bajó la mirada hacia el pecho de su amado y con su mano derecha acarició el pectoral de Daichi sobre su corazón – esto no me pertenece – dijo con lágrimas en los ojos.

- Entiendo, lo siento si te hago sentir mal – soltó su agarre.

Suga estaba feliz de que lo dejara escapar pero a la vez sintió un vacío profundo en su corazoncito, tristeza, añoranza y una pizca de angustia lo invadió.  Apoyó las manos a los costados del pecho de Daichi y en una flección se levantó, iba a girarse pero Daichi lo tiró de las axilas y lo subió para que su rostro quedara frente al suyo.

Se quedaron mirando, Suga no comprendía lo que sucedía, por qué su capitán lo tenía sujeto, por qué su capitán no lo soltaba, por qué lo había movido hacia arriba, no se le ocurría nada, no entendía el comportamiento del moreno. "Tu mirada me quema, me debilita, eres mi debilidad, desde hace tanto tiempo que ya no recuerdo lo que es vivir sin amarte, no recuerdo ser libre, porque antes lo era, ahora soy esclavo de tu mirada, de tus gestos, prisionero de ti en resumen, maldito seas por ser tan perfecto para mí".

- Suga ayer yo sentí algo que jamás había sentido antes.

Ambos se sonrojaron, Daichi por lo que iba a decir y Suga por la cercanía, por tener toda la atención de su querido capitán. Se produjo un silencio eterno, el enamorado no dijo nada, no lo presionó, no sabía si quería escuchar porque se estaba haciendo ilusiones, esas malditas que te inflan el pecho para luego darte una patada en el estómago y quitarte el oxígeno de golpe, y así agonizante quedas por unos segundos, luego cuesta volver a respirar porque sigues vivo pero sin la maldita esperanza.

- Suga, no quiero que vuelvas a abandonarme, por eso estoy dispuesto... – fijó la vista en los ojos de Suga – estoy dispuesto a intentarlo.

- ¿Intentarlo?, ¿a qué te refieres? – "no, es mentira, no es eso, no te ilusiones, no, sé lógico, él nunca te ha mirado de esa forma, él siempre dijo que sólo te quería como un amigo, no te ilusiones, por favor corazón".

- Tú sabes a lo que me refiero.

- No, no lo sé Daichi, se mas claro.

- A esto – se acercó y besó a Suga, sólo un "topón" una pequeña presión en sus labios.

Sugawara sintió tantas cosas, ilusión, incredulidad, angustia, alegría, miedo, mucho miedo... Se mareó, comenzó a hiperventilar, su pecho se apretó, un dolor fuerte le oprimía sobre el corazón.

No podía respirar, no entraba el aire, miedo, el miedo lo estaba paralizando, se iba a morir, de alegría, de miedo...

- No... – inspiración forzada – Dai... Chi ... – inspiración forzada, su garganta sonaba cuando el aire ingresaba – no pue... Do... Respirar – botaba rápido, inspiraba con fuerza el aire tenía que entrar pero se negaba, o eso es lo que sentía Suga, sus manos hormigueaban, su visión se nubló y se desplomó en los brazos de su amado.

Daichi ya estaba familiarizado con los ataques de pánico de Suga, por lo que sólo lo abrazó, siempre le ordenaba respirar, pero esta vez todo pasó muy rápido, no alcanzó a pronunciar palabra, pero nunca se había desmayado, lo tomó por los hombros y lo zamarreó.

- Suga, despierta, no me asustes, por favor, despierta, despierta – ahora él estaba hiperventilando, le tomó el pulso en el cuello, tenía pulso, eso lo tranquilizó, respiró con normalidad – tonto, me asustaste – le besó el cabello y lo apretó como si quisiera unir sus pieles en una sola.

Suga abrió los ojos, miró a Daichi y pestañeó varias veces, le sonrió socarronamente y le dijo:

- Daichi tuve un sueño tan realista, pero me da pudor decírtelo – se rió – ay Daichi creo que me voy a volver loco.

- ¿Qué soñaste?, dímelo – le agarró las mejillas y lo obligó a fijar la vista en su rostro.

- Ah jajaja, no hagas eso me pones nervioso, tú sabes... Lo que siento – miró hacia el lado y hacia abajo.

- Lo tengo claro – lo atrajo hacia sí y lo besó, esta vez abrió su boca y con sus labios abrazó los de Suga.

- Ah, jajaja, Daichi, ¿qué haces? – "Dios, esto es verdad, ¿no estaré soñando?, ¿esto es malditamente verdad?, si no lo es quiero seguir soñando, que se joda la realidad, viviría dentro de mi mente por siempre, aquí a tu lado".

- Suga, ayer yo... Sentí algo que jamás había sentido... – Suga lo miró con ojos suplicantes, esperanzadores, Daichi sonrió con ternura.

- Ah jajaja –risita nerviosa – dime.

Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora