Capítulo 48 parte 2

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-    Esta vez ganas – dijo muy bajito para que la madre de Hinata no escuchara – pero no la tendrás fácil.

-    Tanaka, gracias por venir a visitar a mi hijo – dijo educadamente la madre de Hinata pero estaba abriendo la puerta de salida al decirlo.

-    No se preocupe, volveré mañana – habló mientras iba bajando las escaleras, se puso los zapatos, le sonrió a la mamá de Hinata – como siempre un gusto volver a verla – hizo una pequeña reverencia y se fue.

La mamá de Hinata cerró la puerta se puso el dedo índice sobre los labios pidiendo silencio, Kageyama bajó despacio, la mamá apoyó su oreja en la puerta y luego de un rato la abrió y miró, nadie afuera.

-    Precauciones – le sonrió a Kageyama – disculpa Kageyama, no tengo un plato de comida para ti, no sabía que ibas a venir, sólo lo dije para que te quedaras, espero no haber hecho nada mal.

-    Gracias por eso, hizo muy bien.

-    Kageyama, ¿cómo es ese niño Tanaka? – preguntó la mamá.

- Es un fastidioso – Kageyama no sabía qué más decir.

-    Mmm al parecer está enamorado de mi hijo, las madres sabemos esas cosas, que nos hagamos las tontas ese es otro problema, además ese fue muy obvio – de su bolsillo del pantalón sacó un papel – mira, vino ayer también y le dejó una nota a Hinata, fue muy osado en dibujarle unos corazones.

Kageyama mientras escuchaba se iba crispando, primero porque las madres saben de esas cosas, tuvo miedo de que supiera lo que él y Hinata habían hecho; segundo, por lo descarado que era ese maldito de Tanaka. "¿cómo mierda puedes hacer ese tipo de cosas, acaso no te da vergüenza?".

- pero él no me gusta para mi hijo, no porque crea que él no lo ama, si no porque Shou chan perdería su esencia al estar con él, dejaría de ser él mismo y se amoldaría a Tanaka, ese niño se nota es dominante y tiene una personalidad muy fuerte y además estoy segura que mi hijo no lo quiere de esa forma – siguió divagando la mamá.

-    ¿y no le molesta que un hombre esté enamorado de su hijo? – preguntó muy inseguro, "mierda, no debí preguntar algo así, soy un irrespetuoso".

-    Ay, no es lo que uno esperaría, yo quiero nietos, ¿sabes?, pero nadie controla al corazón – suspiró y cambió de tema –¿tienes hambre?, ahora que lo pienso vienes de las prácticas y no has comido, te puedo hacer un sandwich, ¿qué te parece?.

-    Gracias, lo acepto.

-    Kageyama,¿te quedas a dormir hoy también?, me preocuparé de que te levantes temprano para ir a la preparatoria, pero tienes que llamar a tus padres, yo no puedo interceder otra vez por ti.

-    Claro – respondió.

-    Ya sube, debe estar estresado – señaló hacia la pieza de Hinata.

-    Gracias, permiso.

Kageyama subió las escaleras contento pero se le quitó de inmediato porque debía llamar a sus padres, es más, él sabía que la decisión no la tomaba su mamá si no su padre, se armó de valor y antes de entrar a la pieza de Hinata apretó el contacto de papá.

-    Buenas noches padre.

-    Hola hijo, ¿vienes en camino?

-    No, vine donde Hinata porque ha estado enfermo.

-    Mmm...

-    Llamaba para preguntar... Si, me da permiso para quedarme a dormir.

-    ¡¿Qué acaso eres un maricón?!, no, por ningún motivo te quedarás a dormir de nuevo en su casa, no quiero que la gente piense que tengo un hijo cola, un adefesio, por ningún motivo, entendiste, vente de inmediato.

-    Pero papá, sólo es mi amigo.

-    Pero los amigos no duermen todas las noches en la casa de sus amigos, eso se ve mal, por donde quieras que lo mires, no quiero que la gente hable, así que te devuelves ahora.

-    Sí papá. Nos vemos en la casa.

-    Apúrate – dijo su padre y cortó.

Kageyama entró a la pieza del naranjito, lo miró con ternura, estaba acostado sobre la cama en posición fetal, se notaba que dormía y soñaba porque sus ojos bailaban frenéticamente tras sus párpados, Kageyama suspiró, entró de puntillas hasta quedar al lado de la cama y del número diez de karasuno, se puso en cuclillas y acarició el cabello largo de Hinata, colocó un mechón rebelde tras la oreja del naranjito, sonrió con mucha tristeza, sus ojos se humedecieron y arrugó más aún su frente, su labio inferior tiritó, cerró los ojos y dos lágrimas rodaron a través de sus mejillas, se las secó con la manga de su uniforme.

-    No me puedo quedar contigo, pero quiero que sepas que muero de ganas de estar ahí – apoyó sus dedos sobre el corazón de Hinata – mientras sueñas – dijo susurrando.

Se inclinó y besó la frente del naranjito – no creo que pueda venir mañana, ni pasado, ni el viernes, pero estaré pensando en ti, adiós.

Se paró con su bolso en mano, y salió del cuarto del señuelo, cuando estaba en lo alto de las escaleras se encontró con la mamá del naranjito con una bandeja.

-    Oh, ¿ya te vas Kageyama? – dijo asombrada.

-    Sí, lo siento, no me dieron permiso y es tarde, puedo perder al autobús.

-    Toma, saca el sandwich, es lo menos que puedo hacer ya que te tomaste la molestia de venir – miró hacia la pieza de Hinata – ¿cómo se lo tomó?

-    ¿Qué cosa? – Kageyama no entendió la pregunta.

-    Shou chan, él quería que vinieras hoy y te quedaras como ayer, ¿cómo se tomó el que te tuvieras que ir? – explicó la madre.

-    No se dio cuenta, está durmiendo.

-    Está bien, anda con cuidado Kageyama, por favor, mándame un mensaje de texto que llegaste sano y salvo a tu casa, con lo que le pasó a Shou chan ando espirituada, tienes mi teléfono, así que no tienes excusa si no lo mandas – hizo el movimiento típico con el índice, ese acusatorio cuando te regañan de antes de que te portes mal.

-    Sí, le escribiré – tomó el sandwich y bajó las escaleras.

Se puso sus zapatillas y cerró la puerta de la casa del naranjito, "nunca seré un adefesio"...

Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora