Capítulo 32 parte 2

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El pequeño señuelo miraba su dona, la contemplaba, analizaba su color, su forma, incluso la olfateó, dulce, mucho dulce, un perfume empalagoso y delicioso... Estaba dubitativo, tenía esa bomba calórica en su mano, era cosa de moverla hasta sus labios y listo, morderla y sentir su agradable sabor, pero... Significaba que su meta se alejaría... Dudaba, "¿lo como o no?, hace tiempo que no comía una dona, pero... Ya basta Hinata, habíamos decidido sólo comer la mitad de una, ¿recuerdas?, sólo la mitad y esta será tu última comida del día". Así, convencido de su pensamiento, acercó la circunferencia calórica a sus labios. Olió su aroma, "delicioso", el bañado de chocolate tocó sus labios, se derritió por la tibieza de éstos, una pequeña porción del chocolate derretido ingresó a su boca estimulando a todos los receptores de su lengua, sus papilas gustativas estallaron de placer al recibir el sabor dulce, su corazón se aceleró, su respiración se hizo más profunda, "más", abrió la boca en su máxima expresión y luego movió su mandíbula hacia arriba y mascó, mordió más de un simple pedacito o pedazo, casi fue la mitad de la dona, la mermelada de mora escurría por la comisura de sus labios en demasía, chorros de mora bajaban como cascadas para luego caer en la polera de Hinata, el contenido se amasaba en su boca, los sabores se mezclaban y potenciaban unos con otros, "dulce, delicioso", ese primer mordisco fue el recaer de un adicto, perdió el control, tragó rápidamente y mascó de nuevo, el chocolate estaba pegado alrededor de sus labios, la mermelada seguía escurriendo por la comisura de sus labios y ahora por sus dedos, pero al parecer a Hinata no le importaba, sólo importaba esa agradable sensación, ese agradable sabor, tragó y volvió a morder, no se dio cuenta cuando la dona había desaparecido de su mano, fue como si nunca hubiera estado ahí, así lo sintió, se le hizo nada, no estaba satisfecho, faltaba más, necesitaba más, tomó la siguiente, ésta estaba cubierta de chips de colores, el relleno era un misterio, le gustaba el misterio y las sorpresas culinarias, porque sabía que lo que saldría de allí sería delicioso. Enterró sus incisivos en la masa dulce hasta que separó el pedazo, el relleno se vislumbró como una crema de chocolate espesa, ahora las cascadas serían de chocolate, la devoró en un segundo, tomó otra, esta vez el relleno era crema amarilla, no se demoró en tragarla por completo, iba a tomar la cuarta cuando se da cuenta de la mirada fija que Yachi le estaba dando. Quedó petrificado en el acto, con su mano sucia y pegajosa estirada y su boca abierta toda embetunada de los distintos rellenos.

- Hinata... – susurró Yachi con preocupación – ¿estás bien?.

- Jajajaja, lo siento – inconscientemente se llevó su mano hacia su nuca – ups, creo que me ensucié el pelo.

- Hinata... No me habías dicho que tenías tanta hambre...

- jajajaja, no es nada... Eeeeh... Creo que debo ir al baño a limpiarme – dijo mientras se paraba – me voy a demorar un poco – se disculpó antes de salir de la pieza rumbo al baño.

Cuando estuvo fuera de la pieza de Yachi se miró la mano derecha que estaba sucia, pegajosa, evidenciando su desenfreno, "maldición era sólo la mitad de una Hinata, sólo la mitad, la cagaste estúpido Hinata, la cagaste medio a medio", corrió al baño, se detuvo frente a la puerta cerrada, iba a abrir con su mano derecha pero la tenía sucia por lo que lo hizo con la izquierda, tomó el pomo y giró, la puerta se abrió, dudó a lo que venía, venía sólo a lavarse las manos y el pelo, o venía a algo más, él lo sabía, ya había tomado la decisión cuando le dijo a Yachi que se iba a demorar pero no lo quería admitir, quería creer que aún había tiempo de recapacitar y no hacerlo, quería creer que no era un problema, que es sólo una simple decisión, nada más, no entendía que no lo estaba controlando, que era al revés, el impulso lo controlaba a él, se estaba volviendo una marioneta de sus miedos y ansiedades, un ser sin decisión, como un barco a la deriva que iba derecho a los roqueríos directo a estrellarse.

Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora