Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina]

Capítulo 50 parte 2

"Tengo que invitarte a dormir a mi casa, eso sí que no quiero perderlo".

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Llegó al gimnasio y se acercó a su amigo que practicaba junto con Kageyama, éste le estaba intentado enseñar el tiro, el pase que sólo Hinata podía recibir.

- Suga, ¿tienes un momento? – los interrumpió.

- Claro Daichi – se volvió hacia Kageyama – ¿me esperarías un momento?.

- Si – Kageyama siempre escueto.

- ¿Qué pasa Daichi?.

- Hoy, ¿te quedarás en mi casa, por favor? – pidió por favor, nunca antes eso había sido necesario.

- No sé Daichi, déjame pensarlo, recuerda que fuiste tú el que me pedió que nos alejáramos y encuentro que tienes razón, debemos hacerlo.

- Pero... Siempre... Tú... Por favor – puso carita de cachorro desvalido.

Suga era tan débil frente a ese rostro, tan débil que sólo pudo decir que sí.

- Está bien Daichi – le sonrió.

- Que bueno, pediré unas pizzas con pan de ajo, sé que te encanta.

- Gracias, pero no es necesario.

- Sí, lo es, quiero... – "estar contigo".

- ¿Qué cosa?.

- No, nada.

- Bueno, seguiré practicando.

- Sí, ve.

El entrenador Ukai solicitó un partido de práctica con otra preparatoria, los contrincantes llegaron a la media hora de haber comenzado el entrenamiento, todos estaban sorprendidos, nadie les había avisado, el entrenador quiso probar el temple de sus pupilos, quería ver el cómo reaccionarían bajo presión sin estar preparados de ante mano.

La primera mitad del partido fue reñido, no estaba Hinata, hacía falta y mucha, todos estaban desconcentrados, pero la segunda mitad lograron repuntar y se quedaron con la victoria.

Yachi no fue al entrenamiento, estaba en su casa haciendo los resúmenes para Hinata, por nada del mundo le fallaría a su amigo.

Luego de la victoria recibieron el discurso del entrenador, les aconsejó que siempre deben estar preparados para dar lo mejor de sí, que este partido era prueba que les costó concentrarse y que tuvieron varias fallas en la primera mitad, pero que luego de que asumieron donde estaban y lo que estaban haciendo repuntaron, habló sobre la fuerza mental; Takeda sensei les habló de la importancia de una mente serena y calmada, que los pensamientos podían ser ríos turbulentos, pero que debían convertirlos en amables caudales y encausarlos, dirigirlos y concentrarse.

Luego de los discursos se fueron a cambiar, en el camarín Nishinoya silbaba contento, Asahi murmuraba en voz baja algo sobre no poder creer algo que Nishinoya le había contado, Tsukishima conversaba con Yamaguchi, le decía llámala, no pierdes nada. Tanaka andaba malhumorado ya que falló varios remates, Enoshita estaba contento porque jugó una mitad del partido. Pero Suga y Daichi no hablaban, ambos estaban absortos en sus pensamientos, que dígase de paso, eran mutuos, Suga pensaba en su amado capitán y Daichi en su querido amigo Suga.

Los líderes del equipo salieron juntos, se despidieron del resto recordándoles que debían traer el permiso firmado para mañana viernes, ya que debían tener todo listo para el campamento de cuatro días en Tokyo. Daichi se acercó a la salida a Kageyama.