Capítulo 56 parte 4

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- Sí, Kageyama, llama, llama, llama – caminó a saltitos hasta llegar frente a su novio – llama – insistió – lo tomó del brazo abrazando su extremidad – por favor, llama – puso cara de cachorro abandonado y se apoyó en él..

-  Está bien, a esa cara no me puedo negar – dijo sonriendo, agarró el mentón de Hinata y lo levantó con la intención de besarlo, Hinata cerró los ojos para recibir el beso, pero Kageyama reaccionó, estaba su suegro frente a él por lo que sólo acarició el rostro de un defraudado Hinata.





- ¿Y mi beso? – reclamó Hinata.

- Tu padre está presente – se excusó Kageyama.

Hinata lo tomó de la mano y lo arrastró escaleras arriba, mientras iban en la mitad de ésta Hinata gritó – papá perdóname pero me llevo a novio para besarlo sin tu presencia.

- ¡Hinata! – gritó Kageyama que tenía los ojos abiertos en su máxima expresión, ya se le salían de la órbita.

- Está bien hijo – el padre sólo puedo suspirar, "es por la felicidad de mi hijo".



Ambos llegaron a la pieza de Hinata, el pequeño no aguantó y se lanzó sobre Kageyama, lo atacó con furia.

- Nunca me dejes esperando un beso –  lo reprendió en un tono ultra mimado – yo me alimento de besitos y cariño, si no lo me los das  me voy a morir – dijo fingiendo enojo.

- Amor – lo agarró de las mejillas – por mí te besaría a cada minuto pero estaba tu papá presente, me dio vergüenza, ¿me perdonas? – le sonrió apenado.

- Sólo por esta vez – Hinata se puso en puntillas y chupó los labios de Kageyama – nunca más ¿ya? – de nuevo lo dijo con un puchero delicioso.

- Nunca más – lo agarró y giró, ahora él lo puso contra la pared – ahora te voy a comer – advirtió y comenzó a besar a Hinata como si no hubiera mañana.

El beso fue en aumento, a Hinata se le salió un gemido por la intensidad, eran puro fuego, el pequeño metió sus manos bajo la polera de Kageyama acariciándolo bruscamente paseando sus manos por los costados de aquel torso y abdomen perfecto, Kageyama por su parte hacía exactamente lo mismo; sentían un millar de sensaciones al tocarse mutuamente, su piel estaba erizada lo que la hacía infinitamente más sensible al roce, sus corazones bombeaban sangre a mi por hora, cada pulsación era sentida por todo el cuerpo hasta que llegaba a la entrepierna de ambos, cada uno estaba gozando del contacto del otro; Hinata acarició el pelo de Kageyama, pasando sus dedos por las hebras negras para luego agarrarle el cabello y mover su cabeza a su antojo; Kageyama por su parte tenía el mentón de Hinata sujeto obligándolo a moverse como él quería, ambos eran demandantes para satisfacer sus necesidades; el beso no se detenía mientras se comían respiraban jadeado pero sin separar por completo sus bocas, la saliva escurría por la comisura de sus labios; Kageyama interpuso su muslo entre las piernas de Hinata, apretó e inmediatamente sintió el miembro del pequeño duro y caliente, el peli anaranjado por su parte hizo los mismo pero por la diferencia de altura sintió el eje erecto de su amado en su cadera, Kageyama presionaba deslizando su pierna provocando una deliciosa fricción en el duro eje de su amado.

- Kageyama... Hagámoslo – solicitó en la boca de su novio un ardiente Hinata.

- No podemos... Aaah... Hinata... Tus padres... Natsu – Kageyama a penas podía articular palabra, su mente estaba ida pero gracias a Dios no del todo o si no habrían concretado de inmediato.

- Pero... Te necesito – bajó su mano hasta el miembro del peli negro y bombeó sobre los jeans haciendo que Kageyama gimiera encantando.

- Hinata idiota, aaah, no podemos, padre... Natsu... – Kageyama intentaba por todos sus medios contenerse, ser racional, pero la cercanía y los movimientos de su amado naranjito no lo estaban ayudando.

- Y si... – seductoramente arrastró besos por el cuerpo de Kageyama hasta llegar al borde de los jeans, casi arrodillado hizo una pausa y lo miró relamiéndose los labios –¿seguro? – preguntó incitándolo.

- Mierda Hinata, tus padres – lo agarró de la cabeza y lo alejó con delicadeza – tú sabes que te deseo con locura pero están tus ¡padres! Y Natsu... Oh, Hinata... – Hinata estaba mordiendo su miembro sobre los jeans, Kageyama se deshizo en placer, agarró la cabeza del naranjito y la empujó hacia sí, no quería que se detuviera el contacto.

- Hinata hijo, tu papá me dijo que te ibas a bañar – gritó la mamá subiendo las escaleras.

Inmediatamente ambos se separaron jadeantes y sonrojados, era imposible esconder que 'algo' estuvieron haciendo, Kageyama no podía más de los nervios, estaba caliente, asustado y contento, el poder ser descubiertos lo había encendido más de lo que esperaba y ver que Hinata era el que tomaba las riendas lo excitó aún más, su pequeño hiperactivo podía ser un gran seductor; rápidamente acomodó su erección que apretaba sus jeans y se sentó disimulando sobre la cama. En eso entra la mamá a la pieza.

- Hijo, no me respondías, quiero saber cuánto se van a demorar porque la comida está casi lista, teníamos algo congelado y sólo falta el acompañamiento que se demorará unos 12 minutos.

- No me voy a demorar nada mamá, saco ropa limpia y me ducho en cinco minutos – de su clóset sacó unos jeans que se arremangan, una camiseta color azul oscuro, bóxer limpios y calcetines de panda, ocuparía el mismo polerón. Miró a Kageyama y le cerró un ojo muy coqueto.

- Está bien, Kageyama ¿quieres bajar para no quedarte solo mientras Hinata se baña? – preguntó la madre que notaba que ambos estaban muy sonrojados, ya se imaginaba lo que estaban haciendo y si los dejaba solos sabía que se iban a demorar más de unos cinco minutos.

- Sí, por supuesto – respondió pero la verdad quería quedarse pero no le podía hacer un desaire a su suegra. "Debo esconder esto, no puedo bajar aún, ¿cómo lo hago?", estaba nervioso e incómodo. Suspiró antes de ponerse de pie y disimuladamente colocó sus manos en los bolsillos de su jeans.

Cuando iba saliendo Hinata lo llamó y le cerró un ojo justo cuando se estaba mordiendo su labio inferior, se veía jodidamente sexy, Kageyama volvió a suspirar, debía calmarse y Hinata no estaba ayudando. El pelinegro frunció el ceño y salió del cuarto siguiendo a la madre de su amado.

- Kageyama, ¿llamaste a tu casa? – lo miró hacia atrás mientras bajaban la escalera.

- No, aún no – "si llamo mi papá me va a regañar y me ordenará volver de inmediato a la casa".

- Yo sé que tienes miedo Kageyama, pero nosotros te apoyaremos en todo, no te preocupes – se refería a su familia y a la madre de Kageyama pero no se lo dijo explícitamente ya que quería que su hijo hablara con su madre, era cosa de ellos, ella no podía entrometerse.

- Gracias por su apoyo, la verdad tengo mucho miedo de la reacción de mi padre – se sinceró el ceñudo.

- Tranquilo, ya hablé con tu madre que te quedarás a almorzar, después de comer los llamas y veremos – le sonrió con ternura y complicidad.

- Gracias – se limitó a responder, los nervios se estaban haciendo latentes en su tiritar de manos y sudoración excesiva, pensar en su padre era suficiente para dejarlo al borde de un infarto.

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Perdón lo cortito... Trataré de publicar el próximo mañana temprano.
Beshitos!!!

Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora