Capítulo 47 parte 2

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-    Si, está bien Daichi, te espero en casa.

-    Te llamo.

Suga levantó el pulgar y entró en su casa, fue directo a su pieza y lloró, no podía soportar la idea de perderlo, toda su convicción se vino abajo, él sabía que esto iba a suceder y aún así continuó, se debería haber negado, pero fue tan hermoso ese momento vivido, no debía arrepentirse, debía recordarlo, agarró una hoja y un lápiz y escribió todo lo que pasó y sintió el domingo por la mañana, algunas lágrimas cayeron en el papel diluyendo la tinta, pero no tanto como para borrar las palabras. Guardó el papel en un libro que tenía sobre el escritorio, corrió al baño, se encerró y sacó el frasco que tenía el pañuelo desechable empapado del perfume de su amado capitán, olfateó el interior varias veces mientras lloraba, lo cerró y volvió a guardar, se desvistió para darse un baño, dejó llenándose la tina, mientras él se duchaba en un minuto.

Esperó desnudo hasta que había una cantidad aceptable de agua, y se metió, apoyó la cabeza en el borde de la tina y suspiró, el vapor llenaba el cuarto de baño, el espejo estaba empañado, hacía calor, pero era un calor acogedor que relajaba sus músculos, no supo cuánto tiempo se quedó ahí, pero cuando sus dedos estuvieron arrugados se salió, tomó dos toallas, una se la amarró a la cintura y con la otra se secaba el pelo, salió del baño, se encontró a su madre se saludaron, ella le dijo que cuando estuviera listo le llevaría comida al cuarto, un pequeño mimo por parte de ella, él agradeció el gesto, y se retiró a su pieza, abrió la puerta con la toalla sobre su cabeza, se olvidó de cerrar con llave, se sacó la toalla que llevaba a la cintura, abrió el cajón del clóset y sacó un pijama, así desnudo como estaba se miró en el espejo que tenía detrás de la puerta del clóset, al ver su reflejo suspiró resignado.

-    Esto es lo que hay – dijo con voz triste – debo conformarme.

-    Pero no estás tan mal – dijo Daichi.

-    ¡¿Qué?! – Suga se giró y ahí estaba su amado sentado en la cama viéndolo desnudo completamente.

Suga se puso rojo, tanto que en su cara se podría freír un huevo – ah jajajajaja, no sabía que estabas aquí – buscó el pantalón del pijama y se lo puso.

-    Tú mamá me abrió la puerta y me dejó subir, sorry si te asusté.

-    Ah jajaja, está bien Daichi, no fue nada – "mierda me vio completamente desnudo, quiero desaparecer ahora mismo".

-    Yo me bañé en casa, me pondré el pijama ahora – le advirtió a su amigo, ya que sabía que si se desvestía delante de él así sin motivo alguno se podría prestar para malos entendidos, y lo menos que quería era que hubieran más enredos entre ellos.

Suga le dio la espalda y se puso la parte de arriba del pijama, luego no supo que hacer porque si se daba vuelta vería a su amigo desnudo

-    Mi mamá dijo que nos traería la comida al cuarto, ahora que lo pienso debe haber sido porque estabas aquí, ah jajaja fui un iluso al pensar que era para mimarme un poco.

-    Mi mamá también hace lo mismo cuando tú estás en casa, te mima más a ti que a mí.

-    Ah jajaja estamos a la par entonces – sonrió con ternura, "Dios cuánto te amo Daichi".

-    Nuestras madres parecen que quieren más al amigo de su hijo antes que a su propio retoño.

-    Ah jajaja Daichi que cursi, retoño, ¿de dónde sacaste esa palabra?.

La mamá de Suga abrió la puerta con una bandeja en la mano, Daichi caballeroso fue y le ayudó.

-    Aquí tienen, la otra bandeja debes ir a buscarla Koushi – dijo la mamá a lo que Daichi respondió.

-    No, yo voy, no se preocupe – Daichi se paró camino a la puerta.

-    Gracias madre, gracias Daichi – Daichi levantó la mano haciendo el gesto de que no tenía importancia y salió del cuarto – pero mamáaaaa debes tocar antes de entrar – le reprochó porque Daichi hace sólo un momento se estaba cambiando de ropa.

-    Perdón hijo, se me olvida que son grandes, para mí siempre serán niños, lo siento – su madre de verdad estaba apenada pero era cierto, los veía como pequeños adolescentes.

-    Bueno madre, pero para la otra toca, o si no dejaré la puerta con llave.

-    Está bien, déjala con llave porque a mí se me va a olvidar tocar – no mentía.

-    Daichi se estaba cambiando de ropa justo antes de que llegaras – dijo enfurruñado.

-    Ya, lo siento, deja con llave mejor.

Daichi llegó con la otra bandeja y la dejó sobre el escritorio.

-    Listo, oh, esto se ve delicioso, gracias – Daichi le sonrió a la madre de su amigo.

-    De nada hijo, ves Koushi debes ser más agradecido como Daichi.

-    Pero si te dije gracias... – enfurruñado como estaba le salió de lo más tierno el comentario.

-    Jajaja sólo estaba molestándote, te ves tan lindo así medio furioso – dijo su mamá a lo que Suga sonrió cansadamente – ya, me retiro, coman y dejen las cosas abajo, yo mañana lavo.

-    No, yo lavo, dijo Daichi.

-    ¿Ves hijo?.

-    Sí, mamá, yo también voy a lavar – miró a su amigo con rabia fingida.

-    Buenas noches, que duerman bien – cerró la puerta tras de sí.

Suga fue y le puso seguro, Daichi lo notó pero no dijo nada sólo lo miró extrañado, Suga no se dio cuenta de la mirada curiosa de Daichi, lo hizo sin mala intención o dobles intenciones, no quería que su madre viera a Daichi cambiándose, o lo que sea.

-    ¿comamos? – dijo el moreno.

-    Sí, está bien Daichi – cada vez más complaciente.

Alistaron las cosas y comieron en silencio, Suga no levantaba la vista de su comida, en cambio Daichi, lo miraba a cada rato, observaba sus pestañas, sus ojos, sus cejas, su nariz, su pelo, ese pelo plata y ordenado, su madre tenía razón era buen mozo, atractivo, las mujeres de verdad le lloverían en la universidad, se le retorció el estómago frente a ese pensamiento, "¿por qué me molesta tanto?, ¿será porque ya no podremos hacer lo que hacemos ahora?, ¿será porque nos separaremos?, pero eso siempre pasa, todos los amigos de secundaria nos separamos y tomamos distintos caminos y no me afectó tanto que digamos, en este caso pasará lo mismo, él irá a una universidad yo tal vez a otra y ya no nos veremos todos los días, sí, porque eso hemos estado haciendo viéndonos todos los malditos días, fuck estoy ultra acostumbrado a tu presencia y eso hizo que me sintiera inseguro y te besara para mantenerte a mi lado soy un bobalicón, te estoy haciendo daño por mi egoísmo, mejor hablo contigo Suga, mejor te digo que dejemos esto, es simple, volveríamos a lo de antes del beso, yo sé que tú lo podrás aguantar, además ahora tienes a esa Yamada Reiko que te persigue desesperada, sí, es ahora o nunca, debo dejar de ser un egoísta".

Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora