Capítulo 54 parte 1

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Daichi estaba sorprendido de sí mismo, jamás pensó que podía llegar a sentirse tan excitado por su amigo, debía reconocer que lo estaba volviendo loco como gemía, se estremecía y retorcía bajo él, su rostro lleno de placer lo encendía como si fuera un incendio en verano y en época de sequía, los gemidos del peli plata eran el viento que mantenía y incrementaba la extensión del fuego.

Con parsimonia deslizaba  su miembro a través del anillo de Suga, entraba empujando suavemente sintiendo la calidez, la presión y la humedad que lo recibía, adelantaba sus caderas con cuidado pero luego el movimiento de salida era brusco, lo necesitaba así porque esto  provocaba que Suga se estremeciera y eso le fascinaba  porque sentía como las pequeñísimas contracciones de su amante estimulaban su miembro; quería que su amigo no sufriera ningún daño y que disfrutara tanto como él,  por lo que se movía lento y con cuidado pero por dentro sólo quería acelerar las estocadas.

- Suga dime si te hago daño – dijo con voz sensual al introducirse con un poco más de fuerza.

- Está bien Daichi, muévete ...aaah... Con confianza – Suga movió sus manos intentando alcanzar las caderas de su amante para profundizar sus movimientos y así demostrarle que estaba bien.

El capitán miraba el cuerpo desnudo de su amigo, su piel blanca y tersa, los músculos definidos de su abdomen, como este cuerpo ondulaba bajo él perdiéndose y entregándose al deseo, le asombró encontrar sexy el vaivén del miembro erecto de Suga cada vez que él empujaba contra los glúteos del peli plata, cómo éste golpeaba consecutivamente el abdomen de su amante.

Las manos de Suga alcanzaron las caderas de Daichi al hacer un pequeño abdominal y levantar un poco su torso, lo que provocó que apretara su aro haciendo presión en el eje de Daichi.

- Muévete mas rápido Daichi, no me voy a romper... Creo – dijo con sus mejillas teñidas de fucsia.

Suga estaba en el paraíso, sólo podía pensar en lo delicioso que es sentir que su amado capitán estuviera en su interior, llenándolo y por ende haciéndolos uno. Sentía dolor pero no era comparable al dolor que sintió cada vez que veía a Daichi con otro persona, o el dolor que sentía cuando recordaba que su amor no era correspondido, ahora eso quedó atrás y estaba siendo reemplazado por un dolor maravilloso, uno que lo reconfortaba y aliviaba el alma; su amado Daichi por fin era de él, por fin lo miraba con otros ojos y esa mirada expresaba deseo y amor, su sueño se volvió realidad; aún incrédulo de lo que estaba sucediendo abría los ojos de vez en cuando para observar el rostro de su amado que estaba embelesado al hacerle el amor, porque eso era lo que sentía Suga, no era simple sexo, no podía ser así, esto era hacer el amor, Suga sabía que era una cursilería pero no podía pensar de otra forma.

Daichi aumentó el ritmo del movimiento de sus caderas, agarró los muslos de Suga para mantenerlo en posición y que no se fuera alejando de él por la fuerza de sus embestidas y así profundizarlas hasta que la totalidad de su eje estuviera dentro de su amado; las piernas de Suga estaban meciéndose en el aire mientras Daichi las sujetaba por los muslo haciendo una gran presión que dejarían unas hermosas marcas cuando el acto hubiera finalizado. Suga intentaba  sujetarse de las frazadas del futón pero aún así no lograba quedarse en el lugar y con cada embestida se deslizaba hacia atrás. Daichi detuvo el movimiento de sus caderas lo que provocó el asombro del peli plata que súbitamente dejó de gemir, lo primero que pasó por su mente es que Daichi se había arrepentido, su presión sanguínea bajó, "no, no puede ser Daichi se arrepintió, esto es lo peor, nuestra amistad se acaba de destruir, soy un imbécil debí...", sus pensamientos fueron interrumpidos por un beso en sus labios, fue un beso dulce lleno de ternura y emoción.

Daichi aún con su miembro dentro de su amado le habló.

- Creo que debemos cambiar de posición – le dijo con una sonrisa pícara y ladeando su rostro.

- Ah jajaja, claro – "era eso, sólo era eso... no debí preocuparme, ufff, tengo mucho miedo" – ¿qué posición? – preguntó avergonzado, "esa cara de casanova que pones me fascina Daichi".

- Levántate un poco – el peli negro ordenó.

Suga obedeció inclinándose hacia delante ayudándose con los brazos al apoyarlos en el futón, Daichi lo tomó por las axilas y levantó de golpe dejándolo sobre la cama, al moverse su unión se detuvo lo que acarreó que Suga sintiera de inmediato la desconexión. Sólo la mitad superior del cuerpo del peli plata estaba sobre el colchón, Daichi lo dejó así para dejar expuesto el trasero de Suga y penetrarlo con mayor facilidad.

- ¿Estas bien? – Daichi  preguntó con preocupación.

- Sí – respondió Suga tapándose el rojo de su cara con ambas manos.

En un acto reflejo por vergüenza cerró las piernas pero las manos firmes de su amado capitán se lo impidieron.

- Me gusta verte – le susurró.

Suga no respondió, se quedó con las manos sobre su cara pero ya no hizo fuerza con las piernas.

- Déjame verte – con su mano derecha intentó mover el brazo de su amigo para que despejara su rostro pero éste opuso resistencia – por favor, me gusta mirar tus expresiones – siguió en su tarea de sacar las manos del rostro de Suga.

El peli plata no podía más de la vergüenza, su amado capitán lo estaba observando desnudo y con las piernas abiertas, obviamente viendo todas sus partes íntimas. "Me está viendo tan expuesto...".

- Por favor, no te tapes, me encanta ver tus expresiones tan eróticas – Daichi se acercó y besó el dorso de las manos de Suga y luego con fuerza pero delicadamente separó las manos del rostro de su amado.

Suga estaba muy avergonzado pero este era su sueño no podía desperdiciarlo, tenía que disfrutarlo ya que aún tenía miedo de que mañana las cosas se volvieran extrañas de nuevo así que le sonrió a su capitán y se dejó llevar sólo por las sensaciones de placer, echó a un lado el miedo y la vergüenza, su amor se lo merecía.

- Daichi penétrame – le rogó con una voz profunda y seductora.

Daichi hizo exactamente lo que le solicitó Suga, lo penetró con fuerza y de una sola vez arrancando un grito ahogado de la garganta del peli plata; inmediatamente comenzó un ritmo más veloz incluso frenético, entrando y saliendo de aquel interior que lo volvía loco y excitaba como nunca pensó que lo haría.

Suga gemía con cada embestida, " aaaaah Daichi... Aaaah.... Ooooh.... Mmmmh.... Sigue así"; el dolor que sintió anteriormente estaba siendo reemplazo sólo por placer , uno que le arrancaba gemidos cada vez más fuertes; alzó los brazos por sobre su cabeza y con las manos agarró con firmeza la cubrecama enterrando sus uñas, con  sus ojos  semi cerrados, vidriosos y llenos de anhelo miró a su capitán, quiso gemir más fuerte pero recordó que los padres los podían escuchar por lo que se mordió el labio inferior intentando acallar sus sonidos de placer.

- ¡No!, gime para mí Suga, hazlo – Daichi exigió.

- Tus padres... – no terminó de hablar ya que Daichi empujó con fuerza y tocó el punto exacto de placer del peli plata que sólo pudo gemir con fuerza tal como lo exigía su amado capitán - aaaaah... Aaaaah...

- Así me gusta amor... – se relamió los labios que estaban secos por tanto jadeo.

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Necesito clases para escribir el hard... Nunca quedo satisfecha, lo leo y releo y no sé que más agregar o qué sacar... Me falta imaginación.

Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora