Capítulo 62 parte 1

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Hinata y Kageyama llegaron una hora más tarde de lo habitual, pero como habían avisado no hubo dramas. Incluso fue mejor porque cuando llegaron la mamá de Hinata había terminado de cocinar, el padre había puesto la mesa y Natsu ayudaba con las ensaladas.

- ¡Hijo!, ¡Kageyama!, que bueno que llegaron, tenemos visitas – dijo la mamá feliz de verlos a ambos.

- Hola mamiiiiiii – Hinata se abalanzó y la abrazó.

- Buenas noches – Kageyama hizo una pequeña reverencia.

- Hermanitoooooooooooo – Natsu corrió y agarró la polera por la espalda de Hinata, éste se dio vuelta y la abrazó.

- Hola Natsu, ¿cómo está la niña más linda del mundo? – le preguntó haciéndole cariño en la cabecita.

- Bien pero te 'tadaste'... Quiero mi beso – estiró la trompita.

- Natsu ya eres grande para ese besito, mejor te doy uno en la frente – eso hizo, besó su frente sonoramente.

- Yo quiero mi besiiiiitooooo – iba a comenzar a hacer escándalo pero su madre la frenó.

- Natsu, tenemos visitas – "entiendo que ya no puedas besar de esa forma a tu hermanita, pero ella aún no, creo que tendré que conversar con ella".

- Niños, lávense las manos y después vayan a saludar a la visita – ordenó el padre de Hinata.

Ambos obedecieron, llegaron al comedor y ahí estaba la mamá de Kageyama, éste al verla se emocionó, sus ojos se humedecieron pero intentó hacerse el fuerte aguantándose las lágrimas.

- Hijo querido – ella se levantó y abrazó al ceñudo – te he extrañado tanto...

- Yo igual madre, yo igual – escondió su rostro entre el cabello de su mamá.

- Hijo, te prometo que todo se va a solucionar, pero por ahora debes quedarte en casa de Hinata.

- Sí mamá, gracias por apoyarme.

- Obvio hijo, es lo mínimo que una madre debe hacer por su hijo.

- Gracias por ayudarnos – Hinata dijo muy contento.

- Ahora tú también eres mi hijo Hinata.

- Gracias – el rostro de Hinata irradiaba alegría.

- Bien, ya está toda la familia reunida, pasemos a la mesa – dijo la madre del naranjito.

Cenaron en completa armonía, Hinata se comportó muy bien, nada de meter la mano bajo la mesa par manosear a su novio, estaba la mamá de éste así que se abstuvo, pero ganas no le faltaron.

En ningún momento se tocó el tema del padre de Kageyama, estaban todos felices, Kageyama sonreía como nunca, miraba a su naranjito y se le inflaba el pecho de amor, "es tan lindo, ¿cómo pude ser tan imbécil por tanto tiempo?, debí haber confiado en que mi madre me iba a apoyar pero tenía tanto miedo...". Hinata notó la mirada persistente de su amado, lo miró coqueto sonriéndole, con su pierna derecha acarició la izquierda de su novio bajo la mesa, Kageyama sonrió, ya se estaba acostumbrando a las acciones osadas de Hinata.



Al finalizar la cena, la madre de Kageyama y su hijo se quedaron unos minutos más conversando, mientras Hinata y Natsu recogían los platos y la mamá de Hinata los lavaba y el padre los secaba. La mamá de Kageyama le pasó dinero a su hijo, una gran suma por lo demás.

- Hijo, quiero que sepas que no te faltará nunca nada, tienes que estar tranquilo – suspiró –  tu padre es un imbécil pero no es malo – intentó defender lo indefendible.

- Mamá – la interrumpió – no importa si es o no malo... Él no me importa, no me hables de él, con tu apoyo soy feliz.

- Ay hijo, es que tu padre no ha comido desde que se pelaron y está mal.

- Mamá...

- Está bien hijo no hablaré de él.

Ella tenía planeado separarse de su marido pero éste estaba sumido en una profunda depresión y se apiadó de él.

- Kageyama... Mañana tenemos inglés, ¿estudiemos? – dijo Hinata con sus manos detrás de su espalda y girando hacia los lados las caderas.

Kageyama sonrió, sabía que Hinata no se refería precisamente a estudiar.

La madre del ceñudo se despidió de la familia, agradeció nuevamente que hayan acogido a su hijo y se retiró.

- Ustedes dos alto ahí – Hinata y Kageyama se quedaron estáticos en la mitad de la escalera – vienen del entrenamiento y ninguno se ha bañado, tomen un baño antes de acostarse.

- Sí mamá.

- Sí señora.

Se miraron cómplices, tomarían el baño juntos. Lo intentaron pero sus planes fueron hecho trizas por el padre de Hinata que los vio entrar juntos al baño y les gritó 'entren de a uno', por lo que Hinata salió dejando solo a su novio en el baño.

Ya de noche se acostaron en la cama de Hinata, Kageyama abrazaba a su naranjito, éste estaba apoyado en el pecho de su novio acariciándolo sobre el pijama. El pequeño sonreía con sus ojitos cerrados mientras recibía besos en el cabello. Ambos aspiraron profundo y apretaron su agarre, de a poco sus cuerpos se relajaron y sus mentes viajaron al reinado del sueño.

- Kageyama, despierta, vamos a llegar atrasados de nuevo – Hinata saltó fuera de la cama.

- ¿Qué hora es? – miró su teléfono que estaba sobre el velador – ¡Hinata imbécil!, ¿por qué no me despertaste si era tan tarde? – también saltó de la cama.

Hinata se estaba poniendo los pantalones de pie, saltando para introducir una pierna – no es mi deber despertarte, tú también deberías haber puesto la alarma... A mí se me olvidó.

Kageyama no respondió, Hinata tenía razón, era una responsabilidad compartida. Se vistieron rápidamente, sacaron sus bolsos y bajaron corriendo las escaleras...

- ¡Dios! – exclamó la madre de Hinata cuando los vio correr escaleras abajo – ¡¿y su desayuno?! – les gritó.

- No alcanzamos mamá – Hinata estaba colocándose los zapatos.

- Alto ahí – ambos se quedaron estáticos, la mamá volvió con dos cajitas de comida – por lo menos llévense esto y coman algo a penas puedan.

- Gracias señora.

- Gracias mami.

Salieron y se subieron a la bicicleta, llegaron atrasados diez minutos, dejaron la bicicleta y corrieron a la sala, la puerta estaba cerrada.

- Toca tú – dijo Hinata.

- No, toca tú – respondió Kageyama.

- Si no tocas se nos hará más tarde.

- Lo mismo digo idiota.

- El idiota eres tú.

En eso se abre la puerta, era el sensei que los miraba muy serio.

- Perdiendo el tiempo desde temprano – se hizo a un lado – ¿nos honrarían con su presencia? – dijo sarcástico.

- Lo sentimos – hablaron al unísono bajando sus miradas.

Entraron y recibieron la mirada de toda la clase, Hinata se avergonzó y evitó hacer contacto visual con cualquiera, Kageyama tragó saliva de manera sonora, "lo saben, todos lo saben, saben que estamos juntos, ¿qué haré?".  Se sentaron y la clase comenzó.

Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora