Suga y Daichi llegaron temprano como siempre, cada uno en su puesto, sin hablarse, no se dijeron nada durante toda la mañana, Suga creía que Daichi estaba pensando en cómo terminar con él, "si Daichi me dice que quiere conversar conmigo, debo decirle que ya sé lo que me quiere decir, que no importa, que lo entiendo, que muchas gracias por haberlo intentado, sí, eso, y siempre con una sonrisa, no vaya a pensar que lo estoy manipulando con lástima, eso por ningún motivo", en cambio Daichi, estaba enrollado pensando en qué mierda pasaba por su cabeza, había escuchado llorar a Suga anoche y sintió unas ganas horribles de saltar de la cama y meterse en el futón, abrazar y hacerle cariño a Suga, pero esto era porque era su amigo, obvio, ¿por qué más iba a ser?, pero se resistió, no quería darle falsas esperanzas de que iban a tener sexo, no, eso nunca, no podía imaginarse con un hombre, aunque otrora no se imaginaba besando a un hombre pero lo hizo y no fue taaaaan traumático que digamos, al contrario fue algo muy fácil de hacer, pero hasta ahí llegaría su sacrificio por la amistad de Suga, no más, por lo que no iba a dormir nunca más con él, además estaba enrabiado porque esa tipeja le besó, ¡diuj! sus bacterias estaban ahora en la boca de Suga, pero si lo pensamos bien, ese sábado sí se besaron, y Daichi lo presenció y aún así besó a su amigo el domingo en la mañana, quién entiende a los adolescentes...
- Daichi,¿tienes corrector? – la primera oración del día.
- Sí, toma – le entregó el dichoso utensilio.
- Gracias, toma – se lo devolvió.
Suga fue a su puesto, y puso atención a las clases, ya no miraba tanto a su capitán, ya no suspiraba a cada momento porque debía ser fuerte por la amistad que tenían y debía superar este tormentoso amor, no podía estar amarrando a su amigo de esta forma siendo que él no estaba enamorado de él, así que puso todo de su parte para concentrarse en lo que debía.
Daichi sintió que algo faltaba, era extraño, no sabía a ciencia cierta qué cosa era, pero de que algo hacía falta, lo hacía, ¿qué será?, se preguntaba, en los recreos Suga pasaba por su lado y le decía educadamente, voy al baño, y se demoraba todo el receso en volver, así fue durante todos los recreos, Daichi no es tonto o imbécil, sabía que su amigo lo estaba evitando, por la tarde, miró hacia atrás y por primera vez su amigo no lo miró ni le sonrió como era habitual cuando se volteaba. Debían hablar.
Al término de clases Daichi esperó a Suga en la puerta de la sala, cuando se encontraron, se fueron juntos, como siempre, a la sala del club a cambiarse de ropa, Suga no miraba a su capitán, pero tampoco miraba el suelo, sólo no le estaba poniendo la excesiva atención de siempre, intentaba estar sereno para cuando escuchara la frase típica: tenemos que hablar. Así estaría preparado, ya no podía descontrolarse y golpearlo eso sería ridículo, porque ahora sabía que su capitán lo intentó, ya no hay ese maldito : y qué pasaría si..., no, ahora ya no había eso porque si hubo ese "si" condicional, lo intentaron y no funcionó, pero Daichi puso todo de su parte y esa mañana de domingo cuando estuvieron juntos lo valió, valió los años de estar enamorado y valía el sufrimiento que iba a vivir luego de la conversación, no se arrepentía porque esos momentos los atesoraría en su corazón por toda la vida, su primer amor, besándose en una mañana luego de haber dormido juntos abrazados, podía vivir del recuerdo aunque éste es engañador y con el tiempo se escapa o se difumina incluso se tergiversa, pero tenía el plan de escribirlo y así jamás lo olvidaría.
Llegaron a la sala y se cambiaron de ropa, Suga le daba la espalda a Daichi, aún le daba vergüenza que lo viera desnudo en puros bóxer, Daichi en cambio miró a Suga mientras se cambiaba, miró su espalda, como los músculos se movían, sus brazos marcados, y su derrier, sí tenía un lindo y redondo trasero, lo único que no tenía era una gran cintura, pero se veía bastante aceptable, recordó las palabras de su mamá, ese bombón, así que así veían las mujeres mayores a Suga, como un guapo hombre, que extraño, las adolescentes no se fijaban en él, recién cayó en cuenta de eso, porque la otra mujer que dijo y que demostraba que le gustaba Suga y que era guapo era una universitaria, que debía tener por lo menos unos veinte y tantos años, eso quiere decir que cuando vaya a la universidad Suga será extremadamente popular sobre todo con las senpai, fuck, pero esperen, por qué se enojó, otra cosa que no lograba entender del todo. Cuando Suga y él estuvieron vestidos con el uniforme deportivo, se miraron, Suga sonrió e inclinó un poco su cabeza hacia un lado.
- Vamos Daichi tenemos que dar el ejemplo – dijo sonriente.
- Claro – "ahora ya no está triste, mmm ¿por qué estará distinto?... ¿No será que... Se está enamorando de esa mujer y le da vergüenza decírmelo?...".
Llegaron al gimnasio, estaba Kageyama sentado en el piso, Nishinoya recibía los saques de Asahi, Enoshita practicaba remates... Aún no llegaban los demás.
- ¡Kageyama! – gritó Daichi - ¡ven!, acércate.
Kageyama así lo hizo.
- Hola capitán.
- Hola, ¿hablaste con Hinata?.
- ¿Otra vez no va a venir? – preguntó Suga que estaba al lado de Daichi.
- No, es algo complejo, me gustaría que esto quedara sólo entre nosotros – dijo bajando la voz.
- Está bien, salgamos del gimnasio – cuando estuvieron afuera, Kageyama les contó lo mismo que le había dicho la mamá de Hinata, ambos estaban sorprendidos y asustados, "pobre Hinata", pensaron lo mismo.
- Tal vez sería bueno ir a verlo – dijo Suga – yo voy a ir más tarde.
- No creo que sea buena idea, Hinata andaba muy retraído, el no fue el que me contó fue su madre, el no me habló del asunto.
- Es entendible – comentó Daichi – casi ser violado no es para menos.
Quedaron de acuerdo de no contarle a los demás lo sucedido con Hinata, la mentira sería que estaba con gripe, Kageyama le mandó un mensaje a Hinata contándole lo que debía decir si alguien le preguntaba, recuerda gripe, había escrito.
Al salir del entrenamiento, Suga y Daichi se fueron caminando en un silencio incómodo, éste fue roto por Daichi.
- Tenemos que hablar.
- Lo sé Daichi, tranquilo, no pasa nada, tarde o temprano iba a pasar, te agradezco haberlo intentado, eso significó mucho para mí – Suga vomitó a la perfección su discurso.
- ¿De qué rayos estás hablando? – Daichi estaba confundido.
- De que quieres terminar nuestra relación de amigos con ventajas, ¿no es obvio? – Suga arrugó su entrecejo – tranquilo, yo entiendo y esto no afectará nuestra amistad – le sonrió ampliamente, con su sonrisa ensayada.
- No me refiero a eso, aunque si es eso lo que quieres... – sintió una punzada extraña en su pecho.
- ¿Cómo no era de eso que querías hablar?.
- No, quería saber por qué me estás evitando, no soy tonto me puedo dar cuenta – dijo ya más sereno, el dolor que sintió se disipó.
- Ah jajajaja... Es que yo pensaba que tu querías dejar de ser mi amigo con ventajas – "no era eso... No era eso...".
- ¿Y?.
- ¿Y qué?...
- ¿Por qué me estabas evitando?.
- Por eso mismo, porque pensé que te habías arrepentido de tu sabes... Besarme...
- No sé Suga, no sé si es buena idea continuar así – "si yo me enamoro de una chica será más complejo dejarte, además te estás ilusionando" – sería mejor mantener un poco la distancia, que cada uno comience a tener vida por separado, alejarnos un poco.
- Sí, está bien Daichi, entiendo – "pero algo de eso había ¿no?, ya me lo imaginaba no debo demostrar tristeza, no debo dejar que piense que le estoy dando lástima".
Se quedaron en silencio mientras caminaban. Cuando estaban a unas cuadras de la casa de Suga que era la que quedaba mas cerca de la preparatoria, Suga habló.
- Bueno, aquí nos separamos... A no ser que te quieras quedar en mi casa y estudiemos un poco... – "por lo menos te tendré cerca, y así intentaré ser sólo tu amigo".
- Sí, iré, pero antes deja ir a buscar algo de ropa para mañana.
- Si, está bien Daichi, te espero en casa.
- Te llamo.
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Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina]
FanfictionHinata se da cuenta que le atrae Kageyama y de ahí para delante su vida se vuelve un caos, cada día un mal entendido tras otro, pasa por períodos en que añora morir, no estar, esfumarse del mundo por lo que toma pésimas decisiones que traerán nefast...