Capítulo 41 parte 2

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- Suga, ayer yo... Sentí algo que jamás había sentido... – Suga lo miró con ojos suplicantes, esperanzadores, Daichi sonrió con ternura.

- Ah jajaja –risita nerviosa – dime.





- Cuando te fuiste con ella, no, antes, cuando te vi, sí, te vi besándola, sentí una rabia tan grande que quería ir y separarte de ella, te odié, odié que me quitaras a la mujer que me llamó tanto la atención, me puse celoso, jajaja, muy celoso que ella te eligiera a ti antes que a mí, cuando siempre había sido al revés, ellas me elegían y tú te quedabas a un costado, mirabas y no hacías anda, pero siempre me esperabas, siempre te quedabas ahí, como un perro fiel que no se separa de su amo, yo siempre volví a ti, ¡maldición!... – hizo un pequeño "no" con la cabeza –  siempre estaba pendiente de donde estabas, cuando las besaba abría los ojos buscándote, cuando te veía sonreía, ellas creían que era por ellas pero en realidad era porque estabas ahí aún cuando estaba con otra persona, aún cuando te dejaba solo, aún cuando te hacía sufrir, porque Suga, yo siempre, siempre he sabido que tú me amabas, creo que fuiste demasiado obvio, no con tus acciones, para nada, lo que pasa es tu mirada, tus ojos, fueron tus expresiones las que me lo dijeron a gritos, a mí no me molestó, me sentí halagado y querido, me decía: ya se le va a pasar, es pasajero, no es de preocuparse, es sólo una confusión producto de la edad, no es importante; pero, cuando comenzó a pasar el tiempo, tres meses, un semestre, un año y luego siguió durante todo el segundo año e incluso ahora... Me di cuenta de que esto era serio, no era una confusión, era algo del alma, por eso decidí decirte que lo sabía, quería facilitarte el hecho de decírmelo y así sacarte un peso de encima.

Suga estaba anonadado, no podía decir nada, mejor dicho no hacía nada, ni siquiera asentía, estaba estático, escuchaba con atención, no quería perderse palabra, su corazón estaba tibio, sorprendido, "o sea él sabía desde siempre... Jajaja soy un iluso, soy un torpe jajajaja, y yo que creía que pasaba desapercibido"

– Ayyy  – Daichi suspiró –  ... – hizo una pausa –  en resumen, para mí nunca fue un secreto pero aún así me quedé a tu lado, no te miento, me sentía maduro, jajajajaja, sí, maduro, pero Suga, ayer... Ayyy ayer... Fue horrible, por primera vez eras tú el que se iba, eras tú el que me dejaba solo, el que se iba con una chica, y no cualquier chica, una universitaria, una mujer más experimentada, que era obvio que sólo los besos no bastaban, sabía que ella iba por algo más, cuando vi que tocabas sus senos, me dio envidia, yo nunca he llegado a segunda base, tal vez porque soy tímido, o un caballero, no lo sé, me dio más rabia para contigo, bueno, la cosa es que cuando los vi irse de la casa mi corazón latió muy rápido, pensé: qué mierda; no es normal que mi corazón se comporte de esa forma, me pregunté: si acaso me había gustado tanto esa mujer; me pregunté: si mi envidia llegaba a tanto, no te miento estuve dándole vueltas al asunto mucho rato, quería irme de ahí, pero sabía que volverías, sabía que regresarías como el perro fiel que eres, no, no mires así, no lo digo de forma despectiva, al contrario, es un halago, porque te conozco, sé como vas a reaccionar, se que es lo que piensas, jajajaja, te conozco en demasía, incluso hay  veces en que se que vas a decir o como vas a reaccionar antes que yo mismo, antes de pensar en una respuesta propia estoy pensando en lo que dirías, y se me confunden los pensamientos. Suga, lo que quiero decir es complejo, creo que me he alargado pero no quiero que falten detalles, además los detalles son lo sabroso del asunto jajajaja – Suga sonrió por primera vez, sus ojitos estaban brillantes, casi como piscinas – ... Bueno, volviendo al asunto, te fuiste con ella, me quedé solo, muy solo, nunca sentí tanta soledad, me di cuenta de que durante todo este tiempo siempre estuviste a mi lado, y que por primera vez me dejaste, por primera vez elegiste a otra persona antes que a mí, eso me dolió, no un poco, mucho, entendí que mi corazón latía de esa forma porque sentía que te estaba perdiendo, que te irías alejando de mí, claro, al principio poco a poco, imaginé el futuro, un futuro donde ya no estabas a mi lado, un futuro donde ya no me llamabas, uno donde yo te decía que fueras a mi casa y tú te disculpabas porque saldrías con Reiko, odié que la llamaras por el nombre, me dio rabia porque demostraban una cercanía que no quería que tuvieras, al principio creí que era porque ella me gustó físicamente, pero luego me di cuenta que era por ti, porque ya no sería tu prioridad, sería el premio de consuelo, lo que dejó la ola, lo que elegiste porque ella no podía salir contigo, cuando me di cuenta de eso pedí alcohol, quería olvidar, o por lo menos ponerme feliz, o algo contento, o simplemente perder la timidez y desinhibirme, pero fue peor, no podía dejar de mirar la hora, y pensaba, ¿qué estarán haciendo?, ¿dónde fueron?,¿ a qué hora volverán?, miraba mi celular a cada rato viendo pasar la hora y a cada minuto que pasaba te odiaba, odiaba estar anclado ahí, quería hablar con alguna mujer, una se me acercó, se me insinuó pero lo peor fue que yo sólo estaba pensando en que te iba a perder, ella pasó a segundo, no, tercer plano, estaba desesperado por llamarte, me pasaba rollos mentales de ti teniendo relaciones sexuales con ella, lo aborrecía. – sonrió de medio lado y miró con ternura a su amigo y vice capitán – fue tanto que quise beber y beber, rogaba porque volvieras lo antes posible, y así fue, llegaste, te vi y quise ir donde estabas pero me mareé y corriste a ayudarme, cuando me abrazaste ya no sentí soledad, ya no me sentía vacío, al contrario, me sentía completo, fue ahí donde decidí nunca dejarte ir, no quiero que te vayas y si para eso tengo que hacer esto – lo atrajo así sí y lo besó, luego sonrió y dijo – lo haré, pero no estoy seguro de lo otro, pero ya veremos.

- Me basta con los besos – Suga no lo podía creer, su sueño se estaba cumpliendo, se volvía realidad, "Dios, gracias, no lo puedo creer, soy tan feliz, aunque sean sólo besos, con eso me conformo, no lo puedo creer".

Suga se puso a llorar en silencio, las lágrimas caían fluidas, una tras otra, una cascada salada, Daichi movió sus pulgares y con ellos detuvo el camino de las lágrimas.

- ¿Qué debo hacer para que dejes de llorar?.

- Ah jajaja, no lloro de tristeza – su voz hipeaba un poco – lloro porque estoy incrédulo, ¿eres real? – acercó su mano a la mejilla de Daichi y acarició su rostro con una ternura sublime.

- Sí, real – Daichi se humedeció los labios con su lengua y otra vez atrajo la cara de Suga, lo besó con un poquito más de pasión, dos mascadas a los labios de su vice capitán.

Suga esta vez correspondió el beso, y con mucho miedo paseó su lengua por los labios de su amado, sin hacer presión no quería que pensara que quería invadir su boca, no, no quería que lo pensara pero sí quería hacerlo, por lo que tanteó el terreno, luego cuando se separaron se miraron y una vergüenza suprema dominó a Suga que se tapó la cara con sus dos manos, las lágrimas aún salían, algunas cayeron en sus labios por lo que tenía un sabor salado.

Daichi le tomó las manos y las separó de su rostro fucsia.

- Nunca me había fijado bien, pero sonrojado te ves lindo.

- Ah jajaja, ¿lindo?, un hombre no es lindo, es guapo, buen mozo ¿pero lindo? – lo estaba incitando a que le volviera decir lindo, le sonrió socarronamente.

- Sí, lindo – lo besó esta vez abrió y cerró su boca tres veces y copió la pasada de la lengua sobre los labios de Suga.



Suga sintió la lengua de su amor sobre sus labios, un escalofrío recorrió todo su cuerpo, incluso tiritó, fue un leve estremecimiento que lo asustó.

- ¿Tiritaste? – preguntó el capitán.

- Ah jajajaja, así parece – otra vez el rojo lo dominó.

- Eres doblemente lindo.

- ¿Ah sí? – le pestañeó repetidas veces.

- Ven.

Daichi lo atrajo y lo abrazó, Suga estaba en el paraíso, se podía morir en ese minuto y se moriría feliz de haber vivido este momento. El moreno estaba shockeado, nunca pensó que fuera tan fácil besar a su amigo, que fuera algo tan natural, se sentía correcto, era extraño, lisillanamente un enigma.

- Te amo Daichi... – Suga se apoyó en el hombro de su capitán e inspiró para llenarse de su aroma.

- Mmm – no le dijo yo también, pero para Suga era suficiente.

  

Volemos (yaoi) [ Haikyuu] [kagehina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora