Prólogo

477 21 1
                                    

¿Qué haces cuando intentas reparar un corazón roto por tu propia cuenta?

¿Le lloras día tras día a la chica que te dejó por uno de tus mejores amigos? Porque claro, la sigues amando.

¿Vas y ahogas tus penas en alcohol?

¿Sales con un montón de chicas para olvidarla, y si es una por noche, que mejor?

No, ninguna de las anteriores, por lo menos Antonio Briseño no, o tal vez un poquito de las últimas, pero jamás había estado realmente ebrio, no como había visto a algunos de sus amigos, así que no contaba. Y las chicas, bueno, sus atenciones para con él no le desagradaban.

No, él había dejado que la chica con la que había estado los dos últimos años en una relación fuera feliz con uno de sus mejores amigos en cuanto se dio cuenta de la relación que por tres meses habían tenido a sus espaldas y es que según él "¿Qué más podía hacer?" la dejó ir porque la amaba y porque si ella no era ya feliz con él, ¿qué caso tendría?

No, cuando intentas reparar un corazón roto por tu propia cuenta, sin darle tiempo, intentas que la chica nueva te distraiga, sobre todo si tu ex parece ponerse celosa, total, la niña nueva es guapa y qué más da, no se puede tener el corazón más hecho mierda que como Antonio pensó lo tenía.

Y es que Danna, la chica nueva, resultaba muy tentadora, y no sólo era su imaginación, la mayoría del alumnado masculino quedó sorprendido por su llegada, era linda, sobre todo por lo incómoda que parecía con la atención sobre ella.

Hay un montón de chicas que se sentirían a gusto con la atención sobre ellas...

Pero no, no era lo que Danna quería, no en esos momentos y mucho menos la clase de atención que sus nuevos compañeros de escuela tenían con ella, sus planes para el último año en preparatoria eran simples:

Intentar que sus padres se comportaran como los adultos que decían ser y llevaran un divorcio normal. Y no volverse loca en el intento.

Asumir con la mayor calma y madurez posible que su padre rehacía su vida, fuese con quien fuese.

Aplicar para el semestre tecnológico foráneo como había querido desde año y medio atrás.

Sí, básicamente a eso se reducían sus planes.

No estaba en su lista imaginaria de cosas por hacer el salir con un tipo petulante, egocéntrico y altanero, sin importar lo guapo que el hombre le pareciera. En resumidas cuentas, no recordaba que "enamorarse del cabrón rompe corazones de la escuela" estuviera en aquella lista.

Pero generalmente cosas así pasan, cosas imprevistas que terminan pordarte grandes lecciones.     

Mentiras de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora