Capítulo Cuarenta y Siete

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Antonio.-

Pensé que cuando ella dijo "no te me acerques más" se trataba de tan sólo una advertencia, una frase que había dicho enojada, que quizá sólo la pensaba pero no la sentía, desafortunadamente estuve muy equivocado.

Danna estaba realmente decidida a evitarme a toda costa, como si quisiera sacarme de su vida.

—Hola —saludó Karly sentándose a mi lado, me dedicó una pequeña sonrisa y luego se concentró en su comida frente a ella.

—Hola —murmuré en respuesta—, ¿no deberías estar con las niñas? —cuestioné.

—Vendrán en un momento —contestó sonriendo ampliamente.

—¿Marlen y...?

—¿El amor de tu vida? —preguntó—, sí, Danna también —respondió antes de que yo pudiera decir algo, suspiré y negué un poco.

—Ella no es el amor de mi vida —murmuré.

—No he sido tu amiga tantos años por nada —interrumpió—, ¿estás de acuerdo con eso, cierto? —asentí—, mi punto es que eres como un libro abierto, para algunos, pero en ocasiones creo que tanto jugar en el sol ha matado miles de neuronas tuyas y se te olvida un poco como leerte a ti mismo —agregó en medio de un suspiro.

—No me quedó tan claro tu punto —murmuré, Karly esbozó una pequeña sonrisa y asintió.

—No te cierres a las posibilidades, Antonio —pidió—, porque tal vez, cuando veas las cosas de manera clara ya sea muy tarde

—¿Al fin se terminó la ley del hielo a la hora de receso? —cuestionó Manuel a Karly sentándose frente a mí.

—Algo así, sí —decidió la castaña—, extrañamos las idioteces que suelen decir —Manuel fingió ofenderse.

—¿Dónde está tu esclavo al que apodaste Daniel? —preguntó el pelinegro casi haciéndome escupir un poco de jugo.

—Oye —se quejó Karly lanzándole la mitad de una papa a la francesa que Manuel esquivó con facilidad—, respeta a mi novio —exigió.

—Ya sabes que es broma, pero, ya en serio, dónde está, quiero hacer un par de apuestas con él —informó Manuel.

—Comprando todo lo que contenga una buena cantidad de grasa del menú —respondió Karly.

—Entonces... —inquirió Carlos tomando asiento junto a Manuel—, ¿ya comerán con nosotros de nuevo? —preguntó dirigiéndose a Karly.

—Síp

—Al fin —exclamó pareciendo aliviado—, a ver si ya quitas tu carota de no felicidad —espetó hacía mí.

—Yo no tenga esa cara —defendí.

—La tienes —apoyó Manuel—, constantemente

—Bueno pues les recuerdo que ella me dejó —me quejé.

—Sí, sí que triste —murmuró Carlos—, yo creo que lo merecías —Karly asintió de acuerdo—, pero ahora, actúa normal porque Marlen y Danna vienen para acá oh y tu Daniel también —avisó a la castaña.

—¿Actúa normal? —pregunté, mi amigo se encogió de hombros y asintió.

—Sí, tu cara triste no la hará regresar, muestra dignidad y comienza a hacer algo —ordenó, lo miré dudoso y Manuel se encogió de hombros.

—Deberían darte un talk show —opinó Manuel.

—Esta comida es un asco —declaró Daniel tomando asiento al lado de Karly con Marlen y Danna imitando su acción, sólo que Danna quedó algo así como atrapada entre Carlos y Manuel.

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