Génesis 16 1-3Sara, la esposa de Abram, no le había dado hijos. Pero, como tenía una esclava egipcia llamada Agar, Sara le dijo a Abram:
―El SEÑOR me ha hecho estéril. Por lo tanto, ve y acuéstate con mi esclava Agar. Tal vez por medio de ella podré tener hijos.
Cuando tenemos una promesa (no importa cual sea) siempre se nos da una pequeña prueba llamada la espera, que a muchos desespera, tu sabes lo que te prometieron, pero en realidad no puedes esperar para que Dios te lo de.
Si vamos al caso de Abram padre de la fe y experto en tratar de ayuda a Dios, y no lo digo por criticar a nuestro amigo Abram, lo gracioso de esto es que todos somos así de una manera u otra. Y aquí Sara es la que comienza con la insistencia de tener un hijo aparte, buscando una solución sin permiso de Dios, pero antes de juzgar este cuadro vamos a analizar.
✔Sara era una mujer mayor y con 0 posibilidades de ser madre, la promesa se la comunican a Abram al principio y este tenemos entendido la comunica a su esposa, ¿pero que podemos observar aquí? simplemente una mujer desesperada...
Ponte en el lugar de Sara, una mujer literalmente anciana con ninguna posibilidad humanamente hablando y viendo un esposo ilusionado con una promesa que requería tener hijos ¿Te imaginas estas personas juntas y Abram hablando todo el tiempo de la descendencia que tendría? y ella mirándose cada día más anciana y dudando no de la promesa, pero si de ella misma
Te puedes imaginar lo mal que se sentía esta mujer. Hoy en día las mujeres a veces no quieren tener hijos por muchas razones, pero en esa época era hasta necesario pues si no eras la burla del lugar y no solo eso, a veces las bendiciones se median en cuantos hijos tenía una familia.
Entonces la situación de Sara no era fácil, ella creyó, pero al tiempo pasar la desesperación la llevo a un gravísimo error, el no sentirse capaz de ser ella parte de esta promesa.
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Un día Con Dios (Sin Editar)
SpiritualEste libro esta diseñado, para que puedas ver la necesidad que tiene la humanidad de ser salva. Y solo a través de Jesús tenemos esa salvación. No importa el momento, ni el lugar de nacimiento, o que tipo de persona eres, todos estamos invitados y l...