Un abrazo de hermanos

85 6 3
                                    


Genesis 31:13-21

13 Jacob pasó la noche en aquel lugar, y de lo que tenía consigo escogió, como regalo para su hermano Esaú,

14 doscientas cabras, veinte chivos, doscientas ovejas, veinte carneros,

15 treinta camellas con sus crías, cuarenta vacas, diez novillos, veinte asnas y diez asnos.

16 Luego los puso a cargo de sus siervos, cada manada por separado, y les dijo: «Vayan adelante, pero dejen un buen espacio entre manada y manada».

17 Al que iba al frente, le ordenó: «Cuando te encuentres con mi hermano Esaú y te pregunte de quién eres, a dónde te diriges y de quién es el ganado que llevas,

18 le contestarás: Es un regalo para usted, mi señor Esaú, que de sus ganados le manda su siervo Jacob. Además, él mismo viene detrás de nosotros».

19 Jacob les dio la misma orden al segundo y al tercer grupo, y a todos los demás que iban detrás del ganado. Les dijo: «Cuando se encuentren con Esaú, le dirán todo esto,

20 y añadirán: Su siervo Jacob viene detrás de nosotros».

Jacob pensaba: «Lo apaciguaré con los regalos que le llegarán primero, y luego me presentaré ante él; tal vez así me reciba bien».

21 De esta manera los regalos lo precedieron, pero Jacob se quedó esa noche en el campamento.

Aquí en este capítulo Jacob divide en grupos las personas que vienen con él para su tan esperado encuentro con Esaú. Como era de esperarse con esa personalidad tan única, Jacob trató de ganarse ese perdón con regalos y con palabras.

Mensajes y palabras que los que iban caminando adelante le iban diciendo a Esaú, es gracioso como actúa Jacob aquí, él estaba lleno de miedo no hay duda... pero que mucho la vida le ha enseñado en estos últimos años, ahora literalmente le estaba dando regalos a su hermano para compensar quizá la última robada de bendición.

Y es que no hay duda que los regalos pueden ayudar en situaciones así, pero realmente Dios sabía más que eso, ya Dios sabía que Esaú no iba a tocar a su hermano y que no hay nada que un fuerte abrazo de hermanos no pueda arreglar, eso vale más que todos los regalos que Jacob le pudo dar a Esaú .

Jacob también en este capítulo hace una oración y dice como Dios básicamente le ha bendecido... y expresa, cuando me fui unicamente tenía un bastón y ahora me has traído en abundancia.

Jacob le recuerda a Dios, que aunque él no es digno de tanta fidelidad, Dios se la ha dado a manos llenas y que él esperará a que Dios lo libre de la mano de su hermano. Recordándole a Dios que él le dio éxito para salir y ahora tendría que bendecir su entrada en este lugar denuevo.

Un día Con Dios (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora