Este libro esta diseñado, para que puedas ver la necesidad que tiene la humanidad de ser salva. Y solo a través de Jesús tenemos esa salvación. No importa el momento, ni el lugar de nacimiento, o que tipo de persona eres, todos estamos invitados y l...
1 Partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto.
2 Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto;
3 y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.
Este capítulo nos vuelve a hablar de lo mismo que veníamos diciendo en otros capítulos..., y mas que la ingratitud de un pueblo, nos habla de un Moisés que estaba en medio de una situación bastante desagradable, donde tenía él que literalmente interceder por un pueblo que hasta este momento se comportaba de manera tal que pareciera no merecer nada.
El hecho de que ellos fueran esclavos, no significan que no tuvieran acceso a la comida que en Egipto se les daba, ellos comían, tenían una vida establecida y una rutina la cual pareciera que comienzan a extrañar ya una vez en el desierto.
Pero vamos a analizar el por qué de este pensamiento, y es que estos capítulos nos dejan ver que el pueblo cuando pedía libertad,literalmente no sabía lo que pedían, pues Dios le cumple todas esas cosas a ellos, pero realmente hay una parte donde Dios los prueba por una razón, y es que obtener libertad requiere un cambio de mente y corazón que el pueblo no habia experimentado.
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Cada uno de nosotros hemos tenido pruebas en nuestras vidas, las pruebas no son para Dios, las pruebas son situaciones difíciles que sacan lo que uno tiene por dentro realmente, dejándonos saber lo que muchas veces aún nosotros mismos preferimos ignorar.
Pero este pueblo de estar adorando y exaltando a Dios con panderos y cánticos paso a murmurar de nuevo, porque sentían que no comían bien, y comienzan a extrañar la rutina que ellos tenían en Egipto, donde se les daba carne y lo que necesitaban para seguir con sus duras tareas.
Quizá el anhelar comer algo diferente no era malo..., a todos nos pasa quizás en un momento de hambre, pero el comparar la situación de esclavitud y no entender el propósito de Dios, ese es el verdadero problema que demuestra este pueblo.
¿De que le valían las ollas de carne en Egipto si nunca iban a poder ser dueños de sus propias tierras? Es triste pensar que preferían que sus hijos comieran carne y heredaran cadenas...
¿Entonces de qué valía todo eso al final del día?
El camino del desierto de ninguna manera sería fácil, quizas no iban a tener cosas como las de Egipto, pues era obvio que era una generación que le tocaba sacrificarse por darle una tierra a sus hijos ¿Y es que acaso eso no es más importante?
Nuestras próximas generaciones disfrutaran del fruto de nuestro sacrificio, por eso es importante no mirar atrás cuando se quiere obtener algo para mejorar, no nuestra situación solamente, si no la de nuestras futuras generaciones.
Ellos quizás no estaban comiendo carnes como las de Egipto, pero si obedecían sus hijos serían dueños de tierras llenas de ganado, en una tierra donde fluía leche y miel ¿no es eso mejor?