El tiempo sana heridas profundas

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Jacob envía mensajeros a Esaú

Génesis 32:1-8

Jacob también siguió su camino, pero unos ángeles de Dios salieron a su encuentro. 2 Al verlos, exclamó: «¡Este es el campamento de Dios!» Por eso llamó a ese lugar Majanayin.

3 Luego Jacob envió mensajeros a su hermano Esaú, que estaba en la tierra de Seír, en la región de Edom. 4 Y les ordenó que le dijeran: «Mi señor Esaú, su siervo Jacob nos ha enviado a decirle que él ha vivido en la casa de Labán todo este tiempo, 5 y que ahora tiene vacas, asnos, ovejas, esclavos y esclavas. Le manda este mensaje, con la esperanza de ganarse su favor».

6 Cuando los mensajeros regresaron, le dijeron a Jacob: «Fuimos a hablar con su hermano Esaú, y ahora viene al encuentro de usted, acompañado de cuatrocientos hombres».

7 Jacob sintió mucho miedo, y se puso muy angustiado. Por eso dividió en dos grupos a la gente que lo acompañaba, y lo mismo hizo con las ovejas, las vacas y los camellos, 8 pues pensó: «Si Esaú ataca a un grupo, el otro grupo podrá escapar».

El pedir perdón es una de las experiencias más difíciles que le toca pasar a un ser humano, y más cuando este es creyente y vive bajo la convicción de que a él se le dio un perdón inmerecido

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El pedir perdón es una de las experiencias más difíciles que le toca pasar a un ser humano, y más cuando este es creyente y vive bajo la convicción de que a él se le dio un perdón inmerecido.

Todos nos hemos visto en una situación donde nos equivocamos o hacemos algo indebido y debemos pedirlo, a veces es peor cuando es a nosotros a quienes nos hirieron el daño y tenemos que darlo y quedarnos como si nada hubiese pasado.

En este caso la situación es más difícil debido a que eran hermanos. Cuando hay familia envuelta hay cosas que nos pesan más, porque te acuerdas de los momentos buenos cuando todo estaba bien y cuando compartían momentos familiares.

Es muy difícil cuando hay situaciones que se salen de nuestro control y las heridas se hacen más profundas, obligando a una de las partes a huir del problema o más bien a no hacer nada al respecto. En este caso así hizo Jacob, su hermano lo quería matar bajo un momento de ira y odio... y este termina huyendo.

¿Pagaría Jacob su atrevimiento y engaño a su hermano y Padre?

Ponte a pensar en esto ¿no le sirvió a Labán por 14 años literalmente de gratis? No mas bien fue el mismo Dios moldeando este comportamiento, al punto de que lo sacó cuando Jacob ya estaba preparado para enfrentar la situación.

Y no solo Jacob también Esaú, para Esaú no era fácil tener que ver a su hermano de nuevo, la última vez que lo vio este dijo claramente mi hermano es un tramposo que me ha robado todo.

Entonces podemos imaginar que este estaba aborrecido al ver que su Padre no tenía ni una bendición completa para darle... y que su Madre no estaba de acuerdo con sus esposas, convirtiéndose el en el hijo que no era muy favorecido en cuanto a la opinión de sus Padres.

Ahora el tiempo hace un trabajo maravilloso en estos casos, y no hay duda de que Dios usa el tiempo como la mejor medicina para curar heridas profundas.

Pues estas se van suavizando a medida que el tiempo pasa y se van cicatrizando al punto que toda la herida sana, ¿quedarán cicatrices? Sí, probablemente  puede que queden... pero es bueno mirar las cicatrices, ya no como algo que duele, sino como esa experiencia que quizás te marcó y no te derribó.

Continuara...

Un día Con Dios (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora