¡Qué Dios me salve de esta!

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Continuación

Génesis 12:17-20

17 Mas Jehová hirió á Faraón y á su casa con grandes plagas, por causa de Saraí mujer de Abram.

18 Entonces Faraón llamó á Abram y le dijo: ¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer?

19 ¿Por qué dijiste: Es mi hermana? poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora pues, he aquí tu mujer, tómala y vete.

20 Entonces Faraón dió orden á sus gentes acerca de Abram; y le acompañaron, y á su mujer con todo lo que tenía.

En estos versículos vemos a Dios literalmente interviniendo en este problema.

¿Qué hizo Dios? envió plagas a la casa del faraón, porque allí había algo que no les pertenecia.

Sin embargo, la culpa no la tuvo el faraón. Abram fue el que dijo una mentira a medias, ya que Sara si era su media hermana. Sin embargo, Dios envía las plagas para que todos en esa región supieran que esta pareja era una pareja protegida por Dios, por eso no los enviaron a matar por tan terrible mentira.

Pongámonos a pensar ¿Qué hubiese pasado si Dios no interviene?

La promesa se hubiese visto muy afectada, debido a que había oportunidad para que este faraón tomara por mujer a Sara.

¿Cómo luego rescataría Abram a Sara? O ¿Cómo escaparían?

Bastante complicado todo esto, pero gracias a Dios y a su intervención, ambos pudieron salir con vida.

Este capítulo nos recuerda que cuando tenemos una promesa, debemos tener mucho cuidado con la manera que pensamos, actuamos y nos comprometemos, pues todo nuestro futuro se puede ver afectado por una mala decisión.

Así como le pasó a Abram, Dios siempre interviene a favor de sus hijos, pero cuando nosotros mismos somos los que abrimos puertas a tales confusiones y enredos, tenemos que tener cuidado pues muchas veces tendremos que enfrentar graves consecuencias.

Un día Con Dios (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora