Despertar tan temprano nunca fue el panorama favorito de Hyunjin. Claro que hacer lo que te gustaba, tenía sus "sacrificios".
—¡Vamos, Hyunjin!. —el grito de su entrenador hizo que despertara más aún. Se estaba quedando dormida mientras daba las cinco vueltas a la cancha de fútbol, que el hombre le había pedido.
Hyunjin practicaba fútbol, era una de las mejores del equipo, pero la más impuntual de todos. Claro que a sus diecisiete años, todo eso era "entendible", era parte de la edad. Como a mucha gente le gustaba llamarlo.
Si bien Hyunjin siempre fue dedicada al fútbol y los estudios, las amistades no eran tantas. Cualquiera diría que era la típica popular, pero eso no era así, estaba lejos de que eso pasara.
Mayormente el "defecto" que Hyunjin tenía en sí misma, era parecer fría, odiosa, cortante y dura. Nada que ver con lo que era su personalidad. La mayoría de la gente que se daba el tiempo de conocerla, sin antes criticarla, la describía como una persona única, muy tierna, literalmente perfecta. Claro que no todo el mundo pensaba así.
—¡Te queda una, tu puedes!. —el animo que se entrenador tenía, era totalmente diferente al entrenador que Hyunjin tuvo en Busan, antes de mudarse a Seúl.
Se mudó desde allá, por temas de trabajo sobre su padre. Prácticamente necesitaban un mejor lugar donde vivir y Seúl parecía ser buena opción.
Hyunjin corrió la última vuelta y terminó por ir a sentarse en el banco de suplentes. El calentamiento era el peor para ella.
Tomó su botella de agua y le dio un gran sorbo, para luego suspirar y mirar a su alrededor con curiosidad.—¡Ahora vamos a jugar. Pónganse en sus posiciones!. —Hyunjin no podía estar menos agradecida con el día que estaba teniendo.
Recién era martes y ya quería que fuera viernes.
—Odio esto. —se susurró a sí misma, para luego ajustar mucho mejor sus agujetas y levantarse del banco dispuesta a jugar.
—¡Muy bien chicas. Quiero cinco en un lado y cinco en el otro!. —el entrenador señaló ambos lados donde se encontraba cada arco.
Hyunjin fue a su posición de delantera, lista para comenzar ese pequeño "partido".
Ya cuando todas estaban en sus posiciones, el balón comenzó a rodar y las jugadoras a hacer su "trabajo" respectivo a lo que sería que ese balón entrara si o si en el arco contrario al equipo.
Hyunjin era muy buena, sobresalía entre las restantes nueve jugadoras. Era casi perfecta en todo lo que se llamaba fútbol... pero, a ella no le gustaba tanto dicho deporte. Más que nada fue "obligada", entre muchas comillas, a ser parte de él.
Todo comenzó con una petición de su padre. El siempre quiso ver a su hija o hijo en esas situaciones de delantera principal en un equipo de fútbol.
Claro que Hyunjin siempre quiso ver feliz a su padre, así que no le negó aquello de ser futbolista y ahora que se había mudado, la escuela nueva en la que comenzó a estudiar tenía equipo de fútbol.
Era una mejor oportunidad para ella, que tener que pagar en otros lados para ser parte de un equipo.—¡Aquí!. —gritó Hyunjin levantando su mano derecha como gesto de pedir.
El balón voló por los aires y llegó hasta los pies de Hyunjin. Ya cuando todo estaba listo, comenzó a correr sin parar hasta el arco.
Posicionó mejor el balón y de un momento a otro, este dio contra toda la red blanca.Los aplausos del entrenador no tardaron en hacerse presentes. Hyunjin se sintió feliz de escuchar aquello.
Si bien el fútbol no era su pasión, en esos años de haber jugado bastante, le agarró cierto cariño a ser felicitada por anotar un gol o por hacer una excelente jugada.
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crónicas de una adolescente | loona.
FanfictionHeejin es popular, sin querer serlo. Vive confundida por estar enamorada de su mejor amiga. Hyunjin es parte del equipo de fútbol. Personalidad única, pero parece ser fría, odiosa y cortante. Haseul es algo torpe e inocente. La más inteligente de su...