Felices.

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Si, volvían a los viejos tiempos.

Debía de admitir que el hecho de volver a tener a Jinsoul sobre su espalda, no se hacía presente hace ya varias semanas y al no alcanzar un libro de la biblioteca, aquel método fue el mejor.

No encontraban a nadie alto que pudiera ayudarlas y entre ambas se las arreglaron solas, de una manera dolorosa desde la perspectiva de Jungeun.

-Jungie, álzame un poco más, estoy que lo alcanzo. -Jinsoul se estiraba para lograr alcanzar el libro, pero era ciertamente difícil lograrlo.

-H-Hago mi mayor esfuerzo, Soul. -expresó quejándose a la vez, pues le dolía la espalda.

-No es suficiente, debes de hacer más fuerza. -pidió e insistió, pero Jungeun no era capaz de mucho más.

Si era verdad que comenzaba a recuperar fuerzas por comer mucho mejor y también dormir, esa no era razón total como para que su fuerza fuera la más impresionante de todas. Por lo menos no para lo que estaba haciendo en esos momentos.

-Jin... no se puede, mejor busquemos ayuda. -sugirió, sin embrago, nada fue como lo propuesto. Jinsol solo se negó.

-No hay nadie, Jungie y este libro debe de estar en mis manos hoy mismo y ahora. -la menor suspiró frustrada, realmente estaba agotada.

Y no era por esa razón que Jinsoul le repitió una y otra vez en sus instantes de conocerse, solo era forcejear contra algo que no tenía mucho sentido, mientras no se pudiera generar.

-Yo las ayudo. -ambas chicas voltearon su mirada a la persona que se hizo presente, para luego dejarlas a las dos con la boca abierta cuando logró sacar el dichoso libro con una extraña especie de tabla con algo difícil de definir en la parte superior.

Tanto Jungeun, como Jinsoul conocían a aquella chica, sin embargo, no eran tan amigas entre sí.

Si bien Jinsoul tenía una amistad cercana con Yerim en cierto modo, Jungeun solo la podía considerar como una "amiga". No tenían una amistad tan avanzada como su novia lo tenía con la castaña oscura.

-Toma, Soul. -sonrió ampliamente estirándole el libro a la nombrada, la cual estaba feliz por esa suertuda situación.

-¿Podemos poner los pies en el suelo, Jinnie?. -expresó Jungeun de la mejor manera posible e intentando no verse tan frustrada por la situación.

La mayor accedió a la idea de su novia, saltando al suelo como ella lo deseaba.

-Gracias, Yerimmie. -Jinsoul miró el libro, para luego mirar a la anterior dicha. -Si causamos alboroto, perdón... Jungeun no es tan fuerte.

A pesar de estar de brazos cruzados y bastante pendiente en lo que eran sus pensamientos, no tuvo problemas en escuchar a la rubia. Sin duda se sintió ofendida.

-Yah, Jinsol. -advirtió y aquello solo fueron ciertas risas por parte de ambas restantes al frente suyo.

-Solo bromeó. -le sonrió tiernamente a su pareja, a la par que esta le devolvía ese hermoso gesto.

A pesar de estar soltera y encontrarse frente a una pareja que se notaba demasiado lo mucho que se amaban, Yerim no se sentía mal por ello.

Nadie tenía la culpa de su separación con Yeojin y era verdad que esas cosas podían generaban ciertos sentimientos tristes, pero Yerim no lo veía así.

Seguramente porque siempre supo cómo seguir con todo, a pesar de las dificultades.

-Oye, Yerim-ah... ¿Quieres pasar el receso con nosotras?. -se señaló a sí misma y luego a Jungeun, quien trató de verse amable y ocultar su expresión... quizás fría.

crónicas de una adolescente | loona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora