Tú y nadie más.

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Heejin y Hyunjin también habían decidido asistir a esa fiesta.
Las invitaron y ninguna dijo que no ante esa divertida invitación.

Entre ellas dos, el problema del alcohol era prácticamente inexistente. Hyunjin odiaba beber bebidas alcohólicas y si lo hacía, era con suerte un solo trago.

Por el lado de Heejin, ella tomaba hasta cierto punto. Se controlaba y no recordaba que alguna vez se hubiese embriagado o haber tomado en exceso.

Tal vez esas dos eran las más responsables en temas de alcohol, pues en las caso de Jinsol las cosas eran medianamente diferentes.

Para Jinsoul, el hecho de beber no tenía un punto definido. O tomaba o no tomaba, pero jamás era algo que pudiera controlar con tanta facilidad.

Jungeun era más de... no beber. Más de una vez probó el alcohol, pero todas esas veces jamás le encontró el ritmo de beberlo y que le gustara.

Estaba de más decir lo que Sooyoung era capaz de hacer con tal de beber, pero en ese último mes siendo novia de Jiwoo, había aprendido a controlar las cantidades de alcohol que su cuerpo se atrevía a consumir. Por lo que no se corría peligro de algo malo generando por la embriagada de Sooyoung. Ya podía controlarse medianamente.

Jiwoo era simplemente inocente. No le gustaba el alcohol y por más que tratara de agarrarle el gusto, no era posible.

Hyejoo no bebía. Jamás en su vida tuvo una sola gota de alcohol en su cuerpo y no le gustaba. Ni siquiera el aroma que tenía.

Y Chaewon... Chaewon era difícil.

La rubia tenía cierto control en su cuerpo y se podía decir que tampoco era fan de las bebidas alcohólicas, pero tenía muy poca resistencia ante ellas. Por lo que caía muy propensa a embriagarse con menos de cinco tragos.

Iba ser larga la noche. Muy larga.

La mayoría a esas horas de la noche disfrutaban de la música, del trago y la poca comida que existía

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La mayoría a esas horas de la noche disfrutaban de la música, del trago y la poca comida que existía.

Entre Jungeun y Jinsol, prácticamente no pasaba nada interesante.
La rubia mantenía un vaso de plástico entre sus manos bebiendo a momentos de este, mientras que Jungeun rodeaba su brazo por los hombros de su pareja.

La casa no estaba llena a reventar de gente, era posible estar ahí sin querer salir o estar totalmente apretado.

La pareja se encontraba apoyada en lo que era una pared, mirando el lugar, hablándose de oreja a oreja por la fuerte música y disfrutando de esta dependiendo de que colocaran.

-Pensé que habría más gente. -habló Jungeun, cerca de la oreja de Jinsol.

-Creo que es mejor así. -y la contraria hizo el mismo gesto respondiéndole.

Jungeun sonrió ante la respuesta y por mera casualidad volteó su mirada hacia algún lugar de la casa. Gracias a eso, pudo ver un rostro que se le hizo conocido.

crónicas de una adolescente | loona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora