Tiempo de dos.

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-¿Podemos cambiar la película, Hyunjin? Es aburrido. -pidió la mayor, rodeada por los brazos de la contraria.

Hyunjin frunció sus cejas, indignada. Sus películas de superhéroes eran las mejores.

-Es mucho mejor que tus películas de romance o de princesas. -le reprochó y Heejin dejó que un tierno puchero se apoderara de sus labios.

-¡Por supuesto que no!. -aquello parecía una discusión de dos niñas infantiles peleando por sus películas favoritas.

Ninguna de las dos coincidía en los gustos, por lo que habían ciertas discusiones infantiles entre ambas.

-Claro que si. Todo es muy cursi. -la menor hizo una mueca de desagrado al recordar todas esas películas que veía con Heejin cuando le ofrecía que pusiera una película a su gusto.

Aunque, ni ella misma se daba cuenta que era igual de cursi que esas películas. Había que admitirlo.

-Tu eres igual de cursi, Hyunjinnie. -Heejin dejó un toque en la nariz de la contraria, mientras sonreía feliz y de manera adorable.

Cuando estaba con Hyunjin, sentía que todos sus problemas se iban. Que nada de lo que podía hacerle mal, existía.

-No lo soy. -respondió, algo que sin duda fue una total falsedad para Heejin.

Claro que Hyunjin era algo cursi, solamente que no se daba cuenta.

-Bueno, bueno. No lo eres. -le siguió el juego y dejó salir una pequeña risita como modo de burla.

Hyunjin no pudo evitar sonreír al escuchar esa risita por parte de Heejin.
La acercó a si misma con su brazo que la rodeaba, con cariño y amor, dejando un adorable beso en la frente de ella.

Heejin pasó su brazo sobre la cintura de la contraria y apegó su cabeza al pecho de esta, escuchando así el latido de su corazón.

Era algo muy lindo escuchar los latidos de Hyunjin. Era como un pequeño tambor que retumbaba de manera lenta y tranquila.

-¿Escuchas mi corazón?. -cuestionó la menor al ver lo concentrada que se veía Heejin escuchando su pecho.

-Si. -y está le sonrió.

Hyunjin soltó una risa y dejó pequeñas caricias en cada parte que podía de Heejin.

Su piel era tan suave como una nube y tan blanca como la nieve. No sabía cómo, pero Heejin se ganaba cada vez más su corazón.

[...]

-¿Hace cuanto llegaste de China?. -cuestionó Haseul con interés y su mirada fija en el helado que tomaba.

Kahei pensó algunos momentos. No recordaba con exactitud hace cuanto tiempo había llegado, solo sabía que hace algunos meses atrás.

-Algunos meses...atrás. -respondió, confundiendo un poco sus palabras. Al fin de cuentas, Haseul le entendió.

La menor miró de la de flequillo de reojo y dejó salir una pequeña risa al ver lo adorable que podía verse con un poco de helado en su labio inferior y a su vez, en su barbilla.

-Kahei... -esta se volteó a mirarla y Haseul no evitó sonreír. -Tienes... -trato de señalar disimuladamente el lugar manchado por el helado, sin embargo Kahei limpio otra zona, completamente alejada de donde realmente estaba sucio. -No, es más abajo. -le señaló, pero no logró limpiarse adecuadamente.

Haseul tuvo que optar por limpiar ella misma el rostro de la mayor. No tenían un espejo para que la pelirroja se viera el rostro y limpiara los lugares que se encontraban manchados con helado.

crónicas de una adolescente | loona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora