crónicas de una adolescente | loona.

Es mejor estar en casa. [Final]

[ Ya saben, canción sentimental porque es el final y pasan cosas bonitas ]

Jungeun tomó la mano de Jinsol. La apretó con fuerza, le sonreía con orgullo y su solo murmullo diciéndole que todo estaría bien, la dejaba algo más tranquila.

Meses, largos meses, por fin podía tener la capacidad de ir contra su padre y arreglar las cosas.

Al lado de ella Jungeun jamás le fallaría. Su sonrisa le entregaba paz, le aseguraba que nada malo pasaría porque estaba segura de que ella la protegería, le diría al oído que estaría siempre con ella y la abrazaría hasta que la última luz del vecindario se apagara.

Que si no podía dormir, Jungeun sacrificaría sus propias horas de dormir hasta verla descansar como quería. Que si se llegaba a lastimar, un beso de Jungeun le aliviaría el dolor.

Que si lloraba, Jungeun la acogería. Que si reía, Jungeun lo haría con ella y que si discutían, no habría excepción para que a los cinco minutos ya estuvieran en los brazos de la otra en una reconciliación.

Porque se amaban. Porque su amor era único y porque a pesar de todo, lograban siempre llegar a la otra sin importar las dificultades.

Porque por más diferentes que fueran, se amaban desde la misma diferencia.

-No te preocupes, todo saldrá bien. Es cosa de... dejarnos llevar. -un beso en sus nudillos calmo su respiración.

-¿Segura?. -seguía completamente indecisa.

Jungeun volvió a sonreír. -Segurísima.

No bastaron más aclaraciones para sentirse segura y para que el hecho de tener a Jungeun no fuera impedimento para sentirse segura.

Fue la castaña clara quien tocó, al igual que Jinsol también estaba nerviosa, pero ella se controlaba porque ya sabía del progenitor de su novia.

Estaba enterada de él y lograba saber que todo estaría bien.

Tres golpes, algunos segundos. La silueta del hombre con la mujer al lado hizo que la pareja terminara temblando en nervios.

Jinsoul se escondió de manera disimulada detrás de Jungeun, está solo tomó su mano e insistió en entrelazarla con sus dedos.

-Buenas tardes, señor y señora Jung. -la castaña clara hizo una reverencia leve. Jinsol detrás suyo estaba nerviosa.

-Hola, Jungeun. -oh Dios, a Jungeun se le caía las buenas vibras con ese tono de voz por parte del hombre.

Ciertamente no quería matarla, de verdad que su mirada parecía ser amigable, pero su tono de voz era otra cosa y eso la ponía nerviosa.

Pero aún así estaba firme, reflejando lo mejor de sí misma.

-Pasen, por favor. -la mujer mayor se hizo a un lado para que el dúo pasara y Jungeun tiró levemente de Jinsoul para que pudiera entrar. Para que tuviera confianza en que nada pasaría.