Heejin es popular, sin querer serlo. Vive confundida por estar enamorada de su mejor amiga.
Hyunjin es parte del equipo de fútbol. Personalidad única, pero parece ser fría, odiosa y cortante.
Haseul es algo torpe e inocente. La más inteligente de su...
*En este capítulo, para tener una mejor experiencia, pongan una canción que sea un poco triste y que les guste mucho, o simplemente una canción que les guste mucho. Yo lo escribí con "Better" de Ateez y sentí penita* *Recomendaciones geniales :)*
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Heejin suspiró y volvió a dirigir su mirada a su cuaderno. El reloj en la parte de atrás, todo en silencio y el único sonido era el "tic tac" de las manillas del reloj. Y eso en un momento de total silencio, si que le estresaba.
Tampoco era como que su estrés, malhumor y tristeza estaba enfocado al cien por ciento en ese irritante sonido. También tenía que ver la clase en la que estaba, la culpa que sentía y que, en cierto modo, necesitaba a Hyunjin.
Pero no la necesitaba en la escuela como tal. La necesitaba fuera de la escuela, en cualquier otro lugar que no fuera ese. Quería poder abrazarla y decirle que a pesar de lo "tonta" que podía llegar a ser, la amaba mucho.
Y para hacer aquello tenía que pasar una hora más.
Todos se encontraban en un silencio realmente imposible de lograr algunas veces. Ella solo miraba su cuaderno, al frente donde estaba la maestra y por ultimo al reloj que se encontraba en la parte de atrás. Eso era lo único que hacia.
Se encontraba impaciente de que terminara su clase de historia. También de que terminara la jornada escolar, pero aún faltaba para eso y su hora más cercana, era la del receso.
Luego de su continua rutina de mirar el cuaderno, a la maestra y por último el reloj, decidió dirigir su mirada a Ryujin, quien se encontraba a algunos puestos más adelante, en la fila del lado suyo.
Ella no quería romperle el corazón a Ryujin, y aunque sabía que estando con ella o no, le hacía daño igual, no podía ir directamente a decirle la verdad. No sabía cómo decírselo de alguna manera que no fuera tan dolorosa, o por lo menos una manera que ahorrara mucho más dolor del que ya generaría normalmente.
Su muy buen perfil. Su cabello muy bien cuidado y perfecto. Su mirada concentrada en su cuaderno. Heejin no merecía romper el corazón de alguien como Ryujin.
Era una chica sumamente buena. A parte de ir en el equipo de fútbol, de ser muy responsable y tener una gran imagen como amiga, persona y alumna. Era alguien muy amoroso y tierno, a pesar de no demostrarlo tan abiertamente.
Era alguien, el cual Heejin no merecía ni como amiga, ni novia.
¿Como podía romperle el corazón a ella?. Era imposible.
Algo que destacaba más que nada en el salón de Heejin, era lo bromistas, burlones y sin vergüenza que podían llegar a ser sus compañeros.
Y en esos momentos se arrepintió tanto de haber fijado totalmente su mirada y atención en Ryujin.
Un chico que era el peor de todos, se dio cuenta de la mirada tan atenta que Heejin ejercía contra Ryujin, quien no tenía ni idea de que ella la estaba mirando de esa manera.
