Nervios.

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Si ya normalmente se sentía nerviosa ante una presentación de porristas, sabiendo que Hyejoo iba a estar ahí todo lo hacia peor.

No sabía si haría las cosas bien, además, era muy probable que su hermano fuera al partido y aquellas cosas no quería que pasaran.

No quería alejar a Hyejoo, luego de haber logrado tanto para que estuvieran de esa manera.
Estaban bien y no tenía porque arruinarse ese momento.
Pero ya de por sí, los nervios si podían ser arruinados. Sin embargo, no sabía cómo.

Comer no le funcionaba, todo lo contrario. Los nervios aumentaban por cada cucharada de cereal que se metía en la boca y Jiwoo, quien no tenía nada que ver con su nerviosismo, estaba muy sonriente. Más de lo normal y a pesar de que la sonrisa de Jiwoo siempre era adorable y muy positiva, eso le generaba más nervios.

-¿Puedes dejar de mover tu pies? En cualquier momento golpeas la mesa con la rodilla. -advirtió Jiwoo, sentada al frente de Chaewon.

-Estoy nerviosa. -sonó demasiado obvia y eso era notorio ante Jiwoo.

-¿Por Hyejoo? No te preocupes, lo harás todo muy bien. -eso no fue suficiente.

Desde que había colocado un pie en el suelo cuando se despertó, no podía controlar los nervios. Y a pesar de que aún le faltaban horas para la presentación, aún así sus emociones estaban muy alteradas.

-¿Y si me caigo haciendo alguna voltereta? O peor aún... ¿el zapato se me sale y golpeó a alguien en la cabeza? Que vergüenza. -Chaewon era muy dramática, además, era digna de ser una persona que se adelantaba a los peores hechos. Prácticamente muy negativa cuando estaba nerviosa.

-Ay, Chae... no pasará nada. Lo único malo que puede pasarte, es que te ensucies el uniforme, pero no se notaría. Es negro, pasaría desapercibido. -explicó Jiwoo con total ánimo, para luego volver a introducir una cucharada de cereal en su boca.

-Es fácil para ti decirlo, porque no eres porrista. -Jiwoo torció su cabeza, como gesto de darle la razón a Chaewon. Pero podía decirse que ambas estaba nerviosas, solo que una lo demostraba mucho más que la otra.

En ese preciso día, Jiwoo tendría la valentía de poder al fin abrir su corazón y dejar que este actuara ante lo que quería y sentía.

Estaba nerviosa, no podía negarlo. Pero el hecho de disimularlo, a veces podía salirle bastante bien.

-Pero no estes tan nerviosa ¿que te interesa más? ¿La opinión de Hyejoo o la opinión de los demás ante un error tuyo?. -la pregunta era difícil de responder, pero posible de hacerlo.

Entre errores, sabía que Hyejoo era incapaz de juzgarla.

-La de Hyejoo. -respondió rápidamente y sin darle muchas vueltas o pensamientos.

-Bueno, entonces no estes tan nerviosa. Hyejoo no te dirá nada malo si te equivocas. -y luego de decir aquello, Jiwoo se levantó del asiento en la mesa. Había terminado mucho más rápido de lo que había pensado.

-¡Ahhhh!. -dio un grito cuando los nervios quisieron apoderarse más a su interior.

Jiwoo simplemente sonrió y soltó una risa. Se le hacia bastante divertido "vivir" con Chaewon y las cosas serían así por mucho tiempo. No tenía muy en claro cuándo todos sus problemas con su familia terminarían, pero la apoyaría mucho.

Si Chaewon necesitaba y quería vivir en su casa por meses, se lo aceptaría con total confianza.
Su abuela no desconfiaba de Chaewon y ella mucho menos, entonces... la rubia era parte de la familia.
Jiwoo la consideraba así y lo haría hasta que su amistad no diera para más.

crónicas de una adolescente | loona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora