¿Quieres pasear?.

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La puerta de salida se encontraba abierta. Todos los alumnos salían hacia sus casa o simplemente salían de la escuela, sin rumbo explícito.

Kahei esperaba a Haseul en la entrada, apartada del camino de los restantes estudiantes.

Se balanceaba de izquierda a derecha, jugando a su vez con sus pies e inflando sus mejillas, generando un gesto muy adorable.

Por otro lado teníamos a Jo Haseul.

Corriendo hacia la salida, mucha gente se le cruzaba por el camino a decirle unas cuantas cosas o simplemente a hacerle gastar su tiempo.

Tenía que correr hacia la salida, pues sabía que Kahei la estaba esperando para que juntas salieran hacia su "cita".

-Haseul, por favor, fírmame este papel. -insistió aquel chico que era de su clase, señalándole un papel que supuestamente decía; "líder del equipo de béisbol".

Según la escuela, la presidenta de clase debía firmar un extraño e innecesario papel para que alguno de sus compañeros pudiera quedar candidato para ser líder de algún equipo de deportes o presidente de alguna actividad.

Haseul no tenía tiempo de firmar los papelitos de sus compañeros.

-Ahora no, Jimin. Estoy ocupada. -dejó un empujón en el hombro de este, generando que se apartara de su camino y corriera nuevamente a la salida.

El chico no hizo más que rendirse. Esperaría hasta mañana para que Haseul le firmaba ese inútil papel.

La de cabello corto termino llegando a la salida. Vio una cabellera pelirroja y se acercó a ella, dispuesta a hablarle, pero no podía.

Estaba cansada y el aliento le faltaba.

Kahei sintió una presencia a su lado. Una respiración acelerada y pequeños murmullos de una voz muy reconocida para ella.
Se volteó y vio a Haseul casi en el suelo, tratando de recuperar el aire.

-¿Haseul?. -pregunto algo sorprendida. -¿Está bien?.

Haseul levantó su pulgar como signo de que si, estaba bien. Aunque no totalmente.

-¿Quieres agua?. -vaya que si, pero no tenía. Tampoco quería entrar nuevamente al interior de la escuela y dirigirse a algún baño cercano.

-No tengo. -hablo apenas.

Kahei sonrió. Sonrió de tal manera, que precia admirar mucho a Haseul.

Sacó su mochila de sus hombros y la apoyó en su estómago, para sacar una pequeña botella de agua color rosa, la cual contenía una cantidad prudente de agua. Necesaria para tomar y quedar en buen estado.
Eso era lo que quería para Haseul.

-Ten... -se la estiró, junto a una sonrisa totalmente adorable.

Haseul miró unos momentos la botella, para luego aceptarla con la misma sonrisa que Kahei le dedicó.

-Gracias. -la mayor asintió con su cabeza y se dedicó a ver cómo Haseul tomaba agua.

Su perfil, su nariz bien alineada, su cabello corto que caía por sus hombros. Kahei la veía embobada.

-Perdón por todo esto, tuve algunos problemas. -Kahei lo entendió, no la juzgó como Haseul pensaba, solo sintió su mano estar posada sobre la suya.

-¿Vamos?. -Haseul asintió con su cabeza, con aquella sonrisa embobada y de felicidad.

La pelirroja lentamente apartó su mano sobre la de Haseul, avergonzada.

Sería una larga salida y tal vez, la mejor que cada una haya podido tener.

[...]

Cuando Chaewon verifico si todo estaba listo en el lugar de entrenamiento y no quedaba absolutamente nadie en el lugar, procedió a salir del interior de la escuela, dispuesta a irse a casa.

crónicas de una adolescente | loona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora