Amistad.

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Aquello lo había pensado desde hace mucho tiempo y podía decirse que era lo más correcto... o tal vez no.

No veía a sus padres desde hace meses, le generaba nervios de todas formas, pero aún así lo deseaba. Sentía que lo necesitaba y que era lo mejor, cuando tal vez no lo era.

Hablaría con su tía, llamaría a su padres para informarle la situación y les pediría a ambos un pasaje para viajar en unos cuantos días más. Era complicado, pero sentía que lo necesitaba.

La última vez en la cual fue a Francia, fue cuando tenía seis años. Ya no recordaba el lugar y el idioma lo sabía muy poco, no recordaba algo más que no fuera "hola".

Se sentía cansada, pero lo quería. No sabía cuánto duraría lejos de todo lo que conocía, pero quería intentarlo.

Quería olvidarse de todo. Olvidarse de Hyunjin, olvidarse de que no valía la pena como persona. Quería olvidarse de cosas que eran medianamente imposibles.

No admitía que necesitaba ayuda, cosa que realmente necesitaba.

Su tía había llegado, tocó la puerta de su habitación para avisarle y Heejin simplemente le dijo que; "está bien".

No se levantó de su cama ni siquiera por intentarlo y en ese momento se levantó para informarle a su tía sus planes. No sabía cómo se lo tomaría, era una decisión bastante complicada.

-¿Tienes hambre?. -cuando Heejin apreció en la sala con un rostro cansado, su tía aprovechó de preguntarle aquello. No sabía si su sobrina había comido algo en toda la tarde.

-No, no te preocupes. -respondió, apoyándose contra la pared. -Quiero hablar contigo...

Su tía dejó de poner atención en la revista que tenía entre sus manos y miró a Heejin. No sabía lo que le quería decir, pero tampoco temía de lo que pudiera decirle.

-Claro, dime. -sonrió y la castaña oscura dejó salir un suspiro.

-He estado pensado un poco en muchas cosas y... creo que tomé una decisión. -la mujer frunció su ceño. -Hace tiempo que no veo a mis padres... -tal vez sabía a que extremos iba eso.

Heejin suspiró. No tenía ni idea si lo que estaba haciendo era lo correcto o no, pero sentía que ya no pertenecía en donde estaba. Ya no se sentía bien en el lugar donde en algún momento fue feliz.

-Quiero irme a Francia. -soltó sin más.

Para su tía, fue un golpe duro en lo que era su vida. Siempre estuvo con Heejin, desde que esta cumplió los siete años.

Dejarla irse por el tiempo que ella quisiera, era algo que no quería.

-Necesito hablar con mis padres para confirmar, pero... quiero irme. -Heejin pedía a gritos silenciosos ayuda, sin embargo, su tía no podía leer la mente de su sobrina.

Tal vez Heejin estaba actuando de manera inmadura, pero ya no sabía que hacer para sentirse bien. Suponía que por estar alejada de todo, podía sentirse mejor.

Lo que no sabía, era que eso no terminaba siendo así. El dolor seguiría en ella, aún así se fuera al fondo del mar.

-¿Por que, Heejin?. -"porque no aguanto, me siento horrible. Me siento una basura que no sirve para nada. Arruine todo y soy una maldita cobarde que quiere escaparse de todos sus problemas".

-Porque extraño a mis padres. -claramente mintió. No podía decir todas esas palabras, era una cobarde.

-Ellos te preguntaron que si querías irte a Francia este año y dijiste que no ¿Por que cambiaste de opinión?. -"porque perdí todo y la perdí a ella".

crónicas de una adolescente | loona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora