Bonito atuendo.

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La primera vez no funcionó. Ahora con dos personas de apoyo y con la mente más concentrada, sin tanto nerviosismo, tenía que lograrlo. Imposible que no lo lograra.

-La segunda es la vencida. -la apoyó, dejando una caricia en su cabello.

-¿No es la tercera?.

-Consideremos que esta vez será la segunda. -una sonrisa contagió a la rubia.

-Siendo sincera, cuando yo di mi examen de conducir, me fue como la mierda. -Sooyoung estaba cruzada de brazos, sentada al lado de ellas dos. -Ojalá y a ti te resulten las cosas.

-¿Gracias?. -le contestó Jinsol.

-No te preocupes, Soul. Todo saldrá bien. -Jiwoo rodeó su brazo en los hombros de la rubia, dejando brillar esa sonrisa que la caracterizaba completamente.

Sooyoung también se unió a las buenas vibras. Jinsol merecía su permiso de conducir.

-Si, Jiwoo tiene razón y Jungeun igual. La segunda es la vencida. -las tres sin contar a Jinsoul, animaban a la dicha felizmente.

Aquel apoyo era el que necesitaba para poder sentirse segura de que lograría sacar su permiso de conducir.

A primeras no logró, al parecer los nervios le jugaron una mala pasada y el hecho de poner un pie en el acelerador le hizo fallar su primer intento.

Ya luego de una semana, parecía ser que su segunda oportunidad era posible y ante ello Sooyoung, Jiwoo y obviamente que Jungeun, accedieron a hacerle compañía a Jinsoul y esta lo agradeció.

El apoyo era mejor para que se sintiera más lista en hacer su examen.

-Ah... ¿Jung Jinsol?. -la voz masculina hizo que todas miraran con ilusión a la nombrada, quien sonrió nerviosa.

Respiró hondo y dejó sus mejores pensamientos a cargo de la situación.

Iba a poder, solo tenía que sentirse segura de sí misma.

Iba a poder, solo tenía que sentirse segura de sí misma

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Sus ojos miraban a ambos con duda.

Llevaban poco tiempo de conocerse, una semana aproximadamente y esos dos se hablaban como si tuvieran años de relación.

No era por se entrometido, pero le preocupaba que los sentimientos de su mejor amiga fueran rotos por su primo.

Ya no merecía mucho más de lo que le pasó, por lo menos no desde su punto de vista.

-Ustedes bien animados que están, recuerden que mi presencia también está aquí. -interrumpió la conversación de esos dos, los cuales se voltearon a mirarlo.

-Agh, siempre hablo contigo. Déjame hacer amistades. -un empujón pequeño en su hombro lo hizo hacer una mueca indignante.

-Sh, gracias. -siseó. -¿Y de que hablaban?.

crónicas de una adolescente | loona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora