Mala noticia.

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Unos días y el fin de semana fue totalmente normal. Nada de que quejarse, pero tampoco nada de que comentar animadamente.

Bueno... si era honesta, si tenía de cosas por las cuales reprochar y no era precisamente por su culpa.

Estrés era algo que todos en algún momentos teníamos y siempre lo vamos a tener, cada uno sabe cómo llevar dicha sensación a algo positivo y no un colapso que podía generar problemas.

Sooyoung era más de... no hacer completamente aquello y, quizás, era muy propensa a explotar cuando menos lo deseaba.

Entre varias cosas de su familia, su relación con Jiwoo y en sí lo que era la escuela y sus méritos para poder entrar en la universidad de Yonsei, la cual era bastante exigente, Sooyoung estaba a nada de colapsar.

Quizás era muy poco, pero esas "pocas" cosas juntas se acumulaban entre sí hasta generar lo que sentía Sooyoung.

No deseaba hablar con nadie, quería faltar a la escuela ese día lunes, pero eso no se podía hacer posible. La suerte ya no era parte de ella, las cosas que lograban eran ante sus propios logros y su propio esfuerzo, no por lo que la vida quisiera con ella.

Intento evitar muchas veces a Jiwoo, quiso verse bien ante ella, pero era inevitable verse como la basura. Mintiéndole a quien amaba, obvio que la haría sentirse como una idiota.

No tenía ganas de nada y a pesar de que su mejor día fue el viernes, el fin de semana fue un desastre emocional para ella.

El primer receso no fue un suspiro, solo fueron más minutos de vida en ese estado estresante de ánimo. Ni siquiera habló con Kahei o con Jinsoul, ambas chicas se alejaron lentamente de ella cuando su expresión parecía ser mucho más seria que otras veces.

Jiwoo, quien a pesar de saber muchas cuando hablar y cuando no, siempre trataría de comunicarse con Sooyoung, cuando esta se lo permitiera o le dejara hablar libremente sin necesidad de discutir.

Por más que quisiera negarlo, sabía que toda y cada pareja tenía sus discusiones. Por supuesto, y como toda discusión, dolían porque no eran cosas positivas.

Jamás pensó muy bien en cómo actuar ante algún conflicto con Sooyoung, la verdad es que nunca pensó en ello porque no lo veía como algo bueno en lo cual ponerse a cuestionarse o prepararse. Las cosas se darían a su debido tiempo y por las razones que fueran.

Solo que... probablemente Jiwoo nunca pensó en empezar su semana así. Nadie quería un día lunes, más frustrante de lo que ya era cotidianamente.

Tratar de buscar a su novia fue algo sencillo, la vio a lo lejos sentada en el pasillo donde la mayoría de salones se encontraban, con sus audífonos puestos y su mirada fija en lo que era el teléfono.

Honestamente, jamás vio tan extraña a su pareja. Siempre era Sooyoung la que estaba detrás de ella y las cosas parecían ser contrarias en aquellos momentos.

Se acercó a pasos rápidos con una sonrisa radiante y adorable. Una sonrisa que Sooyoung amaría ver.

-Hey, Sooyoungie. -saludó, a la vez que la llamó. Era primera vez que mantenían una conversa en la mañana.

Se sentó a su lado, mirándola con sus ojos llenos de brillo, pero con cierta sensación extraña en su estómago.

-¿Que haces?. -interrogó curiosa y tierna... algo que no capto mucho la atención de la mayor.

Frunció el ceño inmediatamente cuando las cosas no fueron según lo pensaba y era verdad que le pareció muy extraño el comportamiento de Sooyoung. Sabía que detestaba los días lunes, pero jamás tanto como para tratarla así.

crónicas de una adolescente | loona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora