Me gusta tomar tu mano.

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La directora se retiró en cuestión de segundos.

En su oficina se encontraban las doce muchachas en un silencio realmente incómodo. Bueno, para algunas eso era así.

La mujer las obligó, literalmente. A conocerse entre sí.
Saber sus nombres, edades, algo que tuviera que ver con una relación de personas conocidas.

Tampoco les pidió que se hicieran las mejores amigas. Esperaba que se hicieran grandes amigas, sin embargo eso no dependía de ella.

-Ehh... -la voz de Sooyoung se hizo escuchar entre tanto silencio. -Yo no se hablar por el silencio ¿alguien quiere decir algo?. -ninguna habló.

Sooyoung bufó y señaló con su dedo a la primera persona que consideró que podía decir algo útil para la situación.

-Tú. -señaló a Hyejoo y esta levantó apenas su mirada. -Di algo.

La azabache claramente no dijo nada e ignoró lo que Sooyoung le había dicho.

La única que entendió la situación de Hyejoo y el por qué no hablo, era Chaewon. Y mentiría si dijera que no estaba preocupada por ella.

-Si quieres que hablemos, lo haré yo primero. -todas excepto Hyejoo miraron a la chica de cabello corto. Algunas la conocían, otras no tenía ni idea de quién era. -Haremos lo siguiente. Nos separaremos en cuatro, y entre las cuatro se presentarán, se conozcan o no ¿bien?.

-¿Para que?. -cuestionó Jungeun, estando a nada de clavar su puño en cualquier chica que estaba junto a ella.

-Para conocernos de una manera más fácil y rápida. -explicó Haseul, sin ganas de iniciar una discusión. Pues esa situación se veía algo tensa, digna de ser en cualquier momento una discusión.

-Es estúpido. -murmuró Hyejoo, dispuesta a irse de esa oficina en la cual estaba "encerrada" con todas esas chicas.

Solo conocía a dos y ni siquiera eso. Solo sabía que Chaewon se encontraba ahí.

La azabache se levantaba de su silla bajo la mirada de todas, más la preocupada mirada de Chaewon, la cual deseaban ir con ella.

-Nadie saldrá de aquí. -Haseul se interpuso en la puerta, sin dejar que Hyejoo saliera.

La azabache frunció su ceño y sin importarle cuáles fueran las consecuencias o lo dura que podía ser, dejó un empujón en el hombro de Haseul para sacarla de la puerta. Abrió la esta y salió de esa oficina, sin intenciones de regresar.

La de cabello corto se hizo muchas preguntas y se sintió indignada al sentir aquel gesto por parte de aquella azabache.

Chaewon miró a todas esas chicas que estaban a su alrededor, torpemente se levantó de su silla y corrió tras Hyejoo, dejando a la mayoría confundidas.

Cuando salió de la oficina, vio como la silueta de Hyejoo se alejaba lentamente y no dudó en correr tras ella, antes de que las cosas fueran peor.

-Hyejoo. -la rubia colocó su mano sobre la de Hyejoo, una vez más en todo ese día. Ella se dio media vuelta y miró seriamente a Chaewon, a los ojos.

-No haré eso, Chaewon. Olvídalo. -trato de irse, sin embargo el agarre de la rubia sobre su mano se lo impidió.

-Te pueden expulsar por no hacer esto. La directora lo advirtió. -volvió a reprochar e intentar convencer a Hyejoo de que no se fuera.

-Me harían un gran favor si me expulsan ¿sabes?. -Chaewon sintió su corazón apretarse y en su mirada se notaba que aquellas palabras que Hyejoo había soltado, no eran palabras que quisiera escuchar.
La azabache agachó su cabeza con arrepentimiento por haber dicho tal cosa.

crónicas de una adolescente | loona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora