Tu y yo.

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Hyunjin era muy buena en la cocina.

Podía cocinar lo que pudiese, siempre y cuando tuviera los materiales.

La tía de Heejin no llegaría hasta bien tarde en la noche. Por lo que escuchó a Heejin hablar por teléfono, su tía se quedaría algunas horas más ordenando el local y atendiendo lo que quedaba de horas trabajando.

Aquello era algo muy bueno. En cierto modo, consentiría lo que más pudiera a Heejin.

Luego de algunos momentos pensando en que cocinar, decidió preparar Bibimbap. Algo que tanto ella, como su pareja amaban mucho comer.

Tenía todo lo necesario, y aunque sabía que después debería justificarle a la tía de Heejin el hecho de que quedara sin muchas cosas para preparar la comida al día siguiente, sabía que todo valdría la pena.

Por otro lado, Heejin admiraba mucho a Hyunjin cocinar. Y no solamente a ella en específico, sino que a cualquier persona que fuera buena en la cocina.
Hyunjin lo era. Siempre que cocinaba, terminaba pidiendo un poco más, por más satisfecha que quedase.

Entonces, como amaba ver a las personas cocinar y quería muchísimo a Hyunjin, se apoyó en el marco de la puerta de la cocina, solamente para ver cómo su queridísima "novia", se encargaba de cocinar.

Heejin cada vez sentía más amor hacia la contraria. Más maripositas sentía en su estómago y más ilusiones se hacía en un futuro.

Aquello no era una confusión. Confusión era no entender como no podía amar a alguien como Hyunjin.

Sonrió a la nada. Sinceramente, pensar en todo lo qué pasó con Hyunjin para darse cuenta lo mucho que la quería, era algo muy lindo.

-¿De que te ríes?. -Hyunjin se dio cuenta de la presencia de la castaña oscura, detrás suyo.
Sonrió de manera feliz al ver lo linda que se veía Heejin, en ese preciso momento.

Podía quedarse horas observando la belleza de la persona que tenía en frente suyo. Jamás se cansaría de verla.

-Solamente recordé algo divertido. -mintió y de a poco se fue acercando a la menor, dispuesta a rodear sus brazos en el cuello de ella y dejar un suave beso en su mejilla.

Hyunjin cocinaba y por más que intentara no prestarle atención a Heejin, era imposible.
Miraba de reojo la comida y también a la castaña oscura.

-¿Quieres que queme la cocina?. -cuestionó Hyunjin, siendo divertida.

A Heejin no le importaba. Con tal de estar cerca de la menor, le daba lo mismo si se quemaba la comida o no.
Bueno, eso también podía quemar al casa, pero Hyunjin no era tan descuidada.

-¿Me das un beso?. -a esas alturas de ese sólo día, Hyunjin perdía la vergüenza de besar libremente a Heejin.

Obvio que la quería besar. Todos los días de su vida si podía hacerlo, pero en esos momentos, la olla donde cocinaba estaba bajo fuego. No sabía si un beso en esos momentos sería una buena idea.

-Heekki, creo que... -la contraria la interrumpió.

-Uno solo. -suplicó a ojos de perrito abandonado.

Era irresistible. Hyunjin no podía contar las caritas tan adorables de su novia.

-Esta bien, uno solo... -la castaña oscura sonrió y la menor se acercó lentamente a los labios de Heejin, con tal de besarlos apasionadamente.

La contraria acariciaba la parte trasera del cuello de Hyunjin, y a su vez, la acercaba más a ella con tal de hacer chocar sus labios.

-¡Heejin-ah!. -a menos que todo ese momento tan perfecto, fuera arruinado por la voz chillante, que era de la prima de Heejin.

crónicas de una adolescente | loona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora