La [torpe] carta de Hyejoo.

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Chaewon entró en la habitación silenciosamente, sonriendo sin que la azabache la mirara.

-Hola... -saludó mientras cerraba la puerta. -Iba a venir mañana, pero creo que era mejor venir hoy ¿no?.

-Si, bueno... no te quitaré tanto tiempo la verdad. Solo... quería entregarte algo y si era posible estar... un rato contigo. -sonrió de manera tímida.

Ganas de estar con Chaewon le sobraban a Hyejoo, pero tampoco quería parecer insistente en darle y darle con que se quedara con ella.

La rubia amaba pasar unas horas con Hyejoo, las horas que el centro médico le permitía dependiendo el día.

Obvio que quería quedarse y no se negó, porque esa sonrisa de Hyejoo era su debilidad.

-Claro que me quedo contigo. -se sacó su mochila colocándola de manera leve sobre la orilla de la cama.

Miró toda la habitación, completamente blanca y solo con cosas que eran del tratamiento de Hyejoo.
Lo único destacable, era que en su mesita de noche había un platillo hondo con unos cuatro trozos de sandía y un tenedor dentro de el. Eso la hizo sonreír, haciendo que Hyejoo se percatara de eso.

-¿Quieres? A mi me darán más, solo que mañana. Puedo sobrevivir sin comer sandía... creo. -se sentó en su cama y Chaewon asintió vergonzosamente.

Tomó el platillo con cuidado estirándolo a la rubia, la cual lo tomó entre sus manos y sin dudarlo mucho comenzó a comer de el.

Independientemente que estaba feliz por comer sandía, fruta que no comía hace mucho, su felicidad destacaba más sobre que Hyejoo estaba comiendo. Estaba sintiéndose bien con tal de llevar una cucharada de algún alimento para comer.

-Hace tiempo no comía sandía. -habló luego de tragar ese trozo de sandía.

-Creo que es lo mejor que he podido comer. -sonrió, para luego percatarse de la principal razón por la cual quería que Chaewon fuera tan repentinamente al centro médico.

Miró detrás suyo, debajo de su almohada. De ella sacó un papel blanco doblado con una carita feliz en el centro a modo de decoración aleatoria. Eso fue lo primero que vio bonito para hacer la carta algo más... llamativa, si se le podía decir así.

-Chaewon-ah... principalmente quería entrarte esto. Por eso insistí tanto a que vinieras y... y bueno, también para que estuviéramos juntas, pero principalmente por esto. -le estiró la hoja, dejando que la rubia frunciera el ceño al ver el gesto.

Dejó el platillo a un lado sacudiendo sus manos, para luego recibir la hoja blanca sobre sus manos.

-¿Que es?. -la miró de reojo.

-Ábrela cuando estés sola... es personal y también importante para mi. Me daría vergüenza que lo abrieras frente mío... -un pequeño sonrojo se hizo notar sobre sus mejillas.

Mejillas que Chaewon adoraba ver y si era posible, apretar.
Tantas cosas que quería hacer con Hyejoo y aún estaban limitadas a hacer esas cosas.

-Bien... lo abriré cuando esté sola. A ver con que me sales ahora. -soltó divertida, levantándose de la silla y caminando a la cama para sentarse a su lado.

-Sh, gracias. -siseó fingiendo indignación.

Chaewon soltó una risa pegando un leve codazo en el brazo de Hyejoo. Gesto que hizo a la dicha reír de igual forma.

crónicas de una adolescente | loona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora