Cuidaré de ti.

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Luego de aquel momento lleno de lagrimas, emotivo y donde Hyejoo junto a Chaewon aprendieron a conocerse mejor bajo la vida personal de ambas, terminaron saliendo de ese pequeño lugar, dispuestas a ir por lo prometido.

Aquel café invitado por la rubia.
Hyejoo no se negó, y eso de por si ya era bueno.

La azabache salía detrás de Chaewon, cabizbaja mirando sus zapatos de manera atenta.
No recordaba la última vez en la cual lloro tanto junto a otra persona.

Ambas tenían sus narices rojas, Chaewon un poco más que Hyejoo, pero al fin de cuentas ambas estaban en esas circunstancias.

Todo parecía ir muy bien, la verdad es que no deseaban vivir otro momento más, en el cual todo fuera incómodo, agresivo y realmente innecesario.

Chaewon no comprendía cual era el objetivo de ir contra Hyejoo. Todos sus compañeros la molestaban a ella, siempre era Son Hyejoo.

Se preguntaba "¿por qué ella?". Hyejoo no era diferente a los demás, no le hacia ningún tipo de daño a nadie de sus compañeros ni mucho menos criticaba a los demás por diversión o por burla.

La azabache era alguien más, solamente eso. Estaba en su asiento, estudiaba, actuaba, prácticamente todo lo que un adolescente, como sus compañeros, hacia.

Diferencia prácticamente no había, y Chaewon no sabía el por que molestar a Hyejoo era tan necesario. Y aunque no supiera la razón, no dejaría de defender a la azabache.

Costará lo que le costará.

-Oye, Chaewon. -esa voz no era directamente de Hyejoo, era una voz masculina.

Miró, frunciendo su ceño, a la persona que se encontraba frente suyo.
Iba con el uniforme de porristas y corría hacia a ella en forma de trote.

Hyejoo por su parte alzó su cabeza de la misma manera que la rubia. Su expresión cambió inmediatamente a una de "miedo", estaba harta de que se burlaran de ella y llegaba a tener algo de miedo.

-¿Vas a ir al entrenamiento?. -jamás se percató que detrás de aquel chico, que ya se encontraba frente suyo, habían algunas cuatro personas más.

La azabache ya comenzaba a ponerse nerviosa. Le sudaban las manos y su corazón latía de manera rápida.

Estaba cabizbaja, no era capaz de mirar a nadie. Tenía miedo, era toda la verdad.

-No lo creo, tal vez mañana. -el chico y los otros cuatros de atrás fruncieron su ceño confundidos.

Chaewon era muy buena para entrenar ¿ahora por que no quería?
Tampoco tenía la obligación, era la líder y sólo se encargaba de su parte en la coreografía y de esta misma. Los demás nada más debían practicar lo que la rubia creo.

Pero cuando vieron a Hyejoo detrás de la rubia, todos rieron, se burlaron y murmuraban cosas que a los odios de Hyejoo, si eran audibles.

Disimuladamente, Chaewon apretó fuertemente la mano de la azabache con la suya, tratando de darle a entender que mientras estuviera con ella, nada malo le pasaría.

-¿No vas a practicar por estar con la rarita?. -eso enrabió a la rubia. La verdad es que si, y estaba a nada de lanzarse contra los cinco chicos a golpearlos, por menos fuerza que tuviera contra ellos.

Eran un total de tres chicas y dos chicos. Todos parte de la formación de porristas.

-Si tu madre, padre y tu familia en general supieran que te juntas con alguien como ella, no sales viva. -otra burla más y no solo contra Hyejoo, sino que también contra ella.

crónicas de una adolescente | loona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora