crónicas de una adolescente | loona.

¿Deseas ir conmigo?.

-¿Helado o frutas?. -cuestionó la pequeña, sonriendo ilusionada por la respuesta de la castaña oscura.

-¡Helado!. -Yerim hizo un gesto de emoción con su mano, alzándola hacia arriba junto con una sonrisa de oreja a oreja.

-¡Yo también elijo helado!. -Yeojin sonrió de igual manera, dejando derramar un poco de su malteada al suelo.

Ambas caminaban por el parque tomando una malteada. Yerim ofreció aquello y Yeojin no dudó en aceptar.

Las dos reían. Era impresionante de cómo se hicieron amigas en tan poco tiempo.

-Yerim Unnie. -llamó Yeojin y la nombrada volteó su cabeza, como gesto de que la pequeña pudiera continuar.

Yeojin, por alguna razón desconocida, sintió nerviosismo y timidez. Yerim era alguien especial para ella, aún la conociera desde hace poco o no.

-¿Nosotras...?. -comenzó a hablar nerviosamente. -Tu y yo...

-¿Yo y tu...?. -Yerim esperaba que la pequeña ranita hablara rápido y sin tanto rodeo, pero como Yeojin era...Yeojin, espero a que hablara y no la apresuró.

-¿Nosotras somos amigas, Unnie?. -soltó, sin tanta complejidad.

La pregunta era muy fácil de responder, Yerim no entendió por que tardo tanto en responderle.
Se la quedó mirando de pies a cabeza y terminó soltando un "por supuesto que si" muy emocionada.

Yeojin sonrió alegre, mucho más de lo que Yerim podía ver en la pequeña, siendo que esta sonreía bastante feliz todo el tiempo.

Las dos guardaron silencio por un rato. No era incómodo, al contrario, era como un silencio que decía lo feliz que estaban las dos siendo amigas.

Yerim sonrió de un momento a otro. Pasó su brazo por el hombro de Yeojin y la apego a ella con cariño y ternura, juntado su mejilla en la cabeza de la pequeña y está abrazando la cintura de su Unnie.

Era una escena muy tierna. Ninguna se arrepentía de haber ido al parque juntas después de la escuela.

-¿Que podemos hacer ahora?. -cuestionó Yerim, aún abraza a la pequeña.
Estando en esa posición, no les incomodaba caminar.

-Podríamos...¡un globo!. -exclamó de repente.

A lo lejos, Yerim divisó una pequeña tienda de globos. Podía que Yeojin tuviera sus añitos como para comprarse un globo, pero la pequeña era más que fan de los globos, algún tipo de obsesión tenía con ellos.

-¿Que?. -la castaña oscura trato de procesar mejor aún ese momento cuando Yeojin se había zafado de su brazo.

La pequeña corrió hasta la pequeña tienda llena de globos. Yerim dejó salir una pequeña risa al ver lo emocionada que estaba la más baja apreciando cada uno de aquellos globos.

Trotó hasta donde estaba Yeojin y se paró a su lado, siguiendo con su mirada en donde la pequeña ranita miraba tanto.

-¿Quieres uno?. -cuestionó Yerim.

Yeojin asintió con su cabeza junto a un puchero.

-No tengo dinero ¿Me dejas verlos?. -la mayor asintió con su cabeza y la castaña clara comenzó a ver todos los globos con emoción y curiosidad.

Sabía que Yeojin quería un globo y ella se lo daría como buena amiga que era.

-¿Cual te gusta?. -habló repentinamente y Yeojin la miró de reojo, para luego señalar un globo de delfín.

Yeojin amaba los animales, así que era más que obvio que elegiría un globo de algún animal cualquiera.

Yerim sonrió y sacó su billetera. Yeojin no se daba cuenta de nada, su vista era de todos esos globos.