crónicas de una adolescente | loona.

Arruinar la relación.

En vez de poder haber ido al departamento de Kahei, entre ambas decidieron ir a un lugar público para comer.

Si eran sinceras, el dinero les alcanzaba para una poco cosa en algún sitio del centro comercial, en los puestos de comida.

Haseul optaba por tomar una malteada, mientras que Kahei quería comer pollo. Más de una vez les pasó en no estar de acuerdo de que comer, pero no era algo totalmente terrible.

-Es fácil, podemos comprar pollo y una malteada. -la propuesta ingeniosa de Haseul claramente llamó la atención de la pelirroja y no se pudo negar.

-Buena idea, me gusta. -sonrió dulcemente y gracias a eso, Haseul trato de divisar a los lejos aquel lugar donde poder comprar tanto la malteada, como el pollo.

-¿Me dirías tu gran amor hacia el pollo?. -interrogó, una vez comenzaba a caminar hasta el sitio donde se vendía lo que querían.

-El pollo de Corea es muy rico. -expresó con deseo de comer.

-No puedo negar eso. -Haseul sonrió y luego de caminar unos cuantos pasos más, llegó hasta donde debía de adquirir lo que deseaban.

Fueron unos cuantos largos minutos de espera en donde Haseul compró lo que quería ella y Kahei, mientras que esta misma buscaba una mesa para poder sentarse y comer en el sector.

Si eran sinceras, no les importaba comer algo contundente a las cinco de la tarde. Era algo sumamente adorable mientras ella fueran las dueñas del momento.

La pelirroja estaba feliz, no podía negarlo. Luego de tanta carga sobre sí y la inscripción a la universidad, rechazarla fue un peso menos de encima.

Debía de admitir que estar en Corea tenía las mismas o más oportunidades sobre su carrera universitaria, y como deseaba estudiar algo que tuviera que ver con cálculo y números, deseaba quedarse en el país que estaba para poder comenzar con aquello.

-Bien, creo que fue más barato de lo que pensaba. Así que en vez de comprar una malteada, compré dos. -Haseul llegó a la mesa con una bandeja en mano y de manera delicada la dejó sobre esta misma, mientras se sentaba en la silla que estaba frente a Kahei.

-Se ve... muy bien la verdad. -los ojos de la pelirroja se llenaron de ilusión y deseo cuando las patas de pollo se cruzaron por su vista. Se veía delicioso.

-Entonces, a comer. -ante las palabras de la menor, ambas chicas sacaron una pata de pollo y comenzaron a comer dejando salir un largo "Mmh" en forma de decir que aquello sabía muy bien.

-Creo que podría comer toda mi vida pollo frito, aún así me haga engordar. -Haseul soltó una risilla.

-No creo que sea por engordar, sino las enfermedades que te puede causar comer tanto pollo. Seas como seas, eres hermosa. -la mayor se sonrojó con aquello.

-Que cursi de tu parte. -sonrió con sus mejillas sonrojadas.

-Creo... pero es tierno.

Estuvieron entre risas, piropos y cariños mientras comían pollo durante varios minutos, y ya para cuando Haseul le surgió una duda, el tema de conversa fue otro.

-Quiero saber algo, simplemente curiosidad. -Kahei la escuchó con atención y mientras la menor limpiaba sus dedos con una servilleta, comenzó a hablar. -¿Que vas a estudiar?.

-No lo se muy bien, pero me gustaría algo que tuviera que ver con números, cálculo y todo aquello que mucha gente odia. -contestó con diversión.

-Yo soy una de esas personas. -Haseul le siguió el juego. -Bueno, no soy mala en ello, pero no es algo que me guste como tal.

La pelirroja asintió con su cabeza mientras bebía por la pajilla su malteada.