Quiero verte bien.

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Heejin suspiró.

Llevaban más de cinco minutos sentadas ahí en el sofá de la sala y Hyunjin solamente se dedicaba a contradecirse y no soltar una sola palabra coherente.

-Hyunjin. Prefiero que estes en clase, a que pierdas tu tiempo viniendo a mi casa para no decir nada. -claramente eso era justo lo que pensaba Hyunjin, pero...era muy difícil estar en clases cuando sabía lo que sentía y sabiendo que Heejin estaba mal. Que no descansaba bien y que necesitaba a una persona para que la abrazara y la apoyara en todo. Hyunjin quería ser esa persona.

-No, solo... -se detuvo una vez más. ¿Por que era tan difícil hablar ese tema?. -Déjame terminar.

-No me haz dicho nada. -era cierto, ya ni sabía lo que decía.

-Bueno si, Heekki... -suspiró. -Necesito hablar sobre lo que nos pasó ayer. Aquello que...

Heejin sabía a que se refería. Asumía en todos sus pensamientos que Hyunjin ya no la vería jamás, que su supuesta amistad terminaría ahí y que ella debería olvidarse de alguna manera u otra de todos esos sentimientos tan fuertes.

-Ya lo se, Hyunjin. Estuvo mal, lo hice necesariamente por... -las manos de la contraria sobre las suyas hicieron que se detuviera de hablar poco a poco. -¿Que...?. -No volvió a terminar.

-Heejin... -suspiró una vez más. Ahora así dejaría salir todo lo que guardaba desde algunos pocos años atrás, cuando comenzaba a conocer mucho mejor a la contraria. -¡Por dios, Jeon! Eres tan jodidamente especial para mi. Tan hermosa, perfecta, divertida. Eres una maldita obra de arte. -Heejin no sabía cómo actuar, solo podía escuchar las palabras de Hyunjin.

Trataba de convencerse a sí misma de que eso no era un sueño.

-Odio verte llorar o mal. Eres tan adorable. Amo tu maldita sonrisa, tus ojos, tu nariz. Tus labios que...mierda, es lo mejor que pude haber tocado en mi vida. Eres una pequeña hermosa obra de arte que amo y que apreciaría cada día de mi corta vida. -Heejin no sabía si llorar, reír, abrazar a Hyunjin. No podía actuar adecuadamente.

-Hyunjin, yo... -la interrumpió nuevamente.

-Heejin, respóndeme esto. -la nombrada escuchó las palabras de la menor. -¿Como te atreves a hacerme feliz?.

Eso fue el golpe final. Lo único que necesitaba Heejin para abalanzarse hacia los brazos de Hyunjin y que esta la atrapara y la abrazara con todo ese deseo que tenía.

-Necesito, solamente saber que sientes tu... -le dijo aún abrazada. Acariciando su cabello de manera cariñosa y suave.

-Hyunjin... -le costaba decir que sentía lo mismo, aún sabiendo que no sería totalmente rechazada.

Pero...si era honesta consigo misma.

Ella no podía estar con Hyunjin, aceptando un cita con Ryujin el viernes.
No quería mentirle ni a Ryujin, ni mucho menos a Hyunjin.

-No puedo estar contigo. -eso fue un golpe duro.

Hyunjin sintió una confusión, pero su vez una desilusión como el tamaño de una bomba.

-¿C-Como?. -tartamudeó nerviosa. Hyunjin rara vez tartamudeaba, pero esa situación era para reaccionar de tal manera.

-Acepte una cita de Ryujin. -ahora todo tenía sentido.

crónicas de una adolescente | loona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora