Laureles y Peonías

Capítulo 8: Abuso de Poder

Ya era lunes, inicio de semana. No escuchó la alarma y salió apurado de casa. Para su buena suerte el tránsito no estaba tan pesado, así que llegó a tiempo. 

Se sentó en su escritorio y encendió su computador. Noah entró a la oficina y saludó a Jun asintiendo brevemente. Los dos pasaron las primeras horas trabajando sin decirse nada.

Tenía un fuerte dolor de cabeza y se acarició suavemente la sien con los dedos, para ver si el dolor se aliviaba. 

"¿Te duele la cabeza?" Preguntó Noah.

"Si, ayer me acosté un poco tarde y creo que no me hizo bien," Respondió un tanto sorprendido de que el Omega haya hablado primero.

En realidad no podía dormir y solo descansé tres horas, pero eso solo son pequeños detalles.

"Tengo una pastilla aquí que creo que te ayudaría."

"Oh, gracias." Expresó, sonriendo.

Noah buscó en su bolso y le pasó una diminuta pastilla azul, la cual no dudó en tomarse.

Una hora más tarde ya se sentía mejor, el medicamento le ayudó a aliviar el dolor, el cual Jun supuso era causado por el estrés.

Tuvieron algunas conversaciones en el transcurso del día, y ya el ambiente no se sentía tan incómodo.

Pasaron los días y ambos se la pasaban conversando mientras trabajaban y estaba de buen humor. A pesar de que únicamente hablaban de trabajo y nada profundo o personal, se sentía bien poder conversar con alguien más tan casualmente.

Ya era jueves y Charles había regresado de su viaje de negocios. Fue asignado a una sucursal en otra ciudad para hacer una inspección y le tomó casi tres semanas terminarlo.

Hizo una mueca al pensar que sus días de paz habían terminado.

"Junne, sígueme en este instante." dijo Charles con una voz fría mientras entraba a su oficina.

"Si, señor."

Noah lo miró de reojo, y Jun le sonrió forzadamente. Se paró de su asiento y se dirigió hacia donde Charles. El lugar era un tanto extravagante, demasiado para el cargo que tenía, según su opinión.

Charles ya se encontraba en su escritorio revisando unos documentos y sin siquiera mirarlo o decirle que tomara asiento, empezó a hablar.

"Estuve verificando cómo se manejó todo en mi ausencia. Y me ha llamado la atención el hecho de qué hay trabajo sin terminar en mi escritorio," Dijo y colocó la carpeta que tenía en sus manos en la mesa. "Me podrías explicar, ¿por qué?"

"No entiendo a que se refiere. Yo cumplí con cada una de mis asignaciones y los demás empleados por igual. Me aseguré de eso." Respondió, confundido.

Aunque estuvo un poco enfermo estos últimos días  nunca dejó de hacer su trabajo, de eso estaba seguro.

Charles empujó la carpeta hacia él sin decir nada, pero era obvio que quería que la revisara. Al hacerlo, Jun seguía sin comprender, las asignaciones mencionadas en ella no le pertenecían a él e incluso había algunas que deberían haberse cumplido hace semanas, mucho antes de su viaje de negocios.

"Disculpe, pero estas asignaciones no son mías."

"Betas," Charles suspiró. Jun se enojó por el comentario xenófobo, pero se contuvo. "¿Tengo que decirte lo que tienes que hacer cuando es bastante obvio? Recuerda que te contraté porque pensé que tenías potencial, de todos los candidatos yo te elegí a ti, y créeme que había otros que merecían más la posición que tú."