Capítulo 52: Celo Inducido

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Jun se despertó sintiéndose incómodo—abrió los ojos lentamente, adaptándose a la luz de la mañana o quizás de la tarde—no estaba seguro de la hora o incluso el día que era.

Estaba desnudo, debajo de una cómoda manta y en una inmensa cama que ya reconocía—era la habitación de Brendan.

No recordaba en que momento se habían movido, pero debido al desastre en el que se encontraba la alcoba, probablemente no era reciente.

Sintió un grande y fuerte cuerpo presionado contra su espalda, y una respiración caliente acariciar su cuello—y no pudo evitar estremecerse.

Jun se encontraba entre los brazos de Brendan y se sentía increíblemente bien. Su corazón latía con fuerza al estar en una posición tan íntima. Estaba sumamente feliz y no quería que el momento terminara. Su cuerpo ardía y su interior palpitaba, y esa incomodidad fue lo que lo despertó en primer lugar—era como si su cuerpo estuviera inquieto al no obtener lo que necesitaba.

Las caricias de un Alfa.

Sus caderas empezaron a moverse como si estuvieran poseídas al sentir el inmenso miembro de Brendan—específicamente contra sus glúteos.

"Hmm," Suaves gemidos salieron de su boca al sentirlo crecer y endurecerse.

Jun se movió con más insistencia—con movimientos lentos y sensuales—tratando de incrementar el placer. El miembro de Brendan se deslizó entre sus muslos y Jun empezó a moverse adelante y hacia atrás, frotándolo contra su entrepierna.

"Hmm, ahhh."

Se sentía bien—pero quería más.

Cerró los ojos y continuó moviéndose, tratando de bloquear sus gemidos con la almohada, para así no despertar a Brendan. Sin embargo, estaba llegando a su límite. Quería sentir las caricias del Alfa en todo su cuerpo, sus labios contra los suyos, y su intensa mirada enfocada en él.

"Ahhh..."

Jun tembló al sentir el orgasmo recorrer su cuerpo, mordió fuertemente la almohada para así detener sus fuertes gemidos con más eficiencia.

"Uhmm... .ahh."

"... Me encantaría despertar así todas las mañanas." Dijo Brendan en su oído, mientras reía.

"¡Ah! Brendan, yo—"

Brendan lo mordió y luego lamió su cuello, a medida que sus caderas empezaron a tomar la delantera. Continuó frotándolo, usando sus muslos en busca de placer.

"Ahhhh, ah... Hng ."

"No te comportes así delante de nadie más, ¿entiendes?" Le ordenó, sin detener sus movimientos. "Siempre hueles tan bien." Comentó, al oler su cabello.

Jun se estremeció un tanto asustado al escuchar sus palabras y al sentir los afilados dientes del Alfa presionados nuevamente contra su cuello—siempre pensó que era extraño, lo mucho que le gustaba que lo mordiera y todo tenía sentido. Era un Omega.

Estaba emocionado, se sentía inquieto como si no supiera que debía hacer para eliminar el ardor que torturaba su cuerpo.

"Brendan, ¡a-ah!"

Laureles y PeoníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora