Capítulo 66: Visita inesperada

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Jun se despertó la mañana siguiente un tanto exhausto—como si todo lo que había tratado de soportar esos últimos días se había acumulado y ahora sentía el peso de ello.

"Ahh."

Se estrechó en la cama, y al paso de unos minutos decidió abrir los ojos, y ver que le deparaba ese nuevo día. La verdad era que no se sentía bien—física y mentalmente. Era muy probable que estuviera deprimido, pero debía ir a trabajar. Era el primer día luego de regresar del viaje y no se vería bien que faltara cuando lo más probable era que Brendan ya estaba allí.

Se sentó en la orilla de la cama y sacudió su cabello para ver si despabilaba. Luego miró por la ventana y frunció el ceño al ver que el cielo estaba nublado.

"Este día cada vez se pone peor." Murmuró.

"Veo que ya estás despierto." Se coló la voz de Kayden, quien sostenía una bandeja con lo que parecía ser el desayuno. "Te traje algo de comer."

Kayden colocó la bandeja en la mesa de noche, y se sentó junto a Jun en la cama con una taza en su mano. "Deberías descansar por hoy." Le pasó un vaso de jugo y una rodaja de pan con mermelada. "No te ves muy bien."

Jun le dio una mordida al delicioso pan, y un suave sonido complacido salió de su boca. "... No puedo, Kayden. Llevo una semana fuera de la oficina y hay mucho trabajo pendiente."

"Agh... ¿Podrías dejar de ser un empleado ejemplar por al menos una vez?" Se quejó. "Está bien, date un baño. Te llevaré al trabajo,"

"Pero tú odias conducir..."

"Hay ocasiones que ameritan una excepción."

"Ya veo." Jun sonrió cálidamente. Se paró de la cama, removió su ropa quedándose solo en calzoncillos y luego tomó su toalla.

"Dios mío." Exclamó Kayden, mirándolo detenidamente. "¿A caso te quiere comer?" Preguntó incrédulo.

"¿Huh?" Jun estaba confundido. "¿De qué hablas?"

"Están por todos lados..." La expresión en el rostro de Kayden se tornó seria, y extendió su mano señalando su cuerpo.

"Ah—" Jun inclinó su cabeza y vio las marcas en su pecho, sonrojado. "Esto es... es normal."

"¿Normal?" Repitió su amigo, estupefacto. "Esas marcas son bastante... um, agresivas. Tienes incluso moretones..."

"... Sabes que mi piel es un tanto sensible, Kayden."

"Bueno, tienes razón." Dijo aún mirando aquellas marcas que variaban en color y tamaño a medida que se esparcían por su cuerpo. Jun se cubrió con la toalla, al sentirse al descubierto. "Pero creo que es la primera vez que veo... tantas. ¿No duelen?" Agregó en un murmuro.

Jun sonrió, cabizbajo. "No, ya estoy acostumbrado."

"... Es así. No te había preguntando, pero ¿cuánto dinero te ofreció en el contrato?" Llevó la taza de café a sus labios.

"Cincuenta mil euros."

Kayden tosió y escupió el café al escuchar su respuesta y luego habló cuando se alivió un poco.

"... cincuenta mil." Repitió sorprendido y se limpió los labios. "¿Por dos meses?"

Jun asintió.

"Que presumido, pero así es la gente rica." Kayden lo miró nervioso. "Bueno, no todos."

"Yo no soy rico. Mi familia lo es,"

Laureles y PeoníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora